sábado, julio 12, 2008

Armonía porque el planeta es la familia















Juliana Correa H. - Medellín | Publicado el 12 de julio de 2008

Aunque cada vez el trabajo invade los espacios para la familia, este sigue siendo fundamental en la escala de valores de los antioqueños.

Para la diseñadora de modas Johanna Logreira, su familia, conformada por un hermano, una hermana y sus papás, es el sostén y el motor de su vida.

En eso coincide con el 87,5 por ciento de los encuestados, que afirma que este es el valor más importante en sus vidas.

Ella se considera afortunada de contar con la familia que tiene y dice que son como un grupo de amigos.

Se reúnen los domingos a tomar vino y a conversar. Hablan de los problemas de cada uno, se ríen, comparten. En estas ocasiones se le suma a la familia un integrante, un tío paterno que es como otro hermano.

Para el profesor Adolfo Maya: "Hemos sido una sociedad en la que el concepto de familia ha sido nuclear, aglutina y sigue siendo referente de vida colectiva".

A la familia le siguen valores como la honestidad y la autoestima.

El porcentaje de honestidad del 85 por ciento, sorprende al sicólogo Francisco Restrepo, quien cree que de alguna manera, este valor ha sido mal visto en la cultura antioqueña.

En una tierra donde tradicionalmente el "vivo" y quien saca ventaja es el que se queda con los aplausos y la admiración, parece un poco contradictorio que la honestidad sea el segundo valor más importante. "Aquí se le dan garantías al ilegal. Se ven antivalores como la corrupción, el egoísmo, el individualismo, el esnobismo", agrega Adolfo Maya.

El sicólogo Restrepo precisa que la honestidad no se refleja tampoco en asuntos como las relaciones interpersonales, en las cuales "se manejan ganancias secundarias, intereses económicos y hasta políticos".

Conciencia ambiental
Johanna puede situarse dentro del grupo de "Justicia social", en el que se inscribe el 39 por ciento de los encuestados. En este colectivo son importantes valores como la tolerancia, responsabilidad social, igualdad, libertad y preservación del ambiente.

En esto último, Johanna se declara ecologista de tiempo completo. Sueña con vivir algún día en una casa ecológica en la que todo sea biodegradable y reciclable. De hecho, se considera casi maniática de esta práctica. En su empresa de modas, que dirige con su hermana Paola, no se desperdicia ni un trozo de papel ni de tela.

Es además, amante cien por ciento de la naturaleza. "Soy una enamorada del verde. Creo que hay que salvar al planeta, porque si no se va a desbaratar".

Cero indiferencia
Desde hace dos años va con frecuencia a Villatina con un grupo de amigos para ayudar a los habitantes de esa comunidad. "Desde la primera vez confirmé que vivimos en una burbuja de cristal de cinco metros de espesor, pero fuera de nuestros barrios hay comunidades apasionadas, que quieren trabajar y progresar".

En diciembre recogieron dinero para los regalos de los niños, organizaron natillas y apoyan diversos proyectos productivos.

También ayudan a los reinsertados de la zona. La diseñadora no los juzga, cree que son personas que por diversas circunstancias y por falta de oportunidades, tomaron decisiones erradas.

"Hay mucha gente que quiere seguir trabajando, progresar y luchar. Yo no me voy a quedar criticando".

Johana no cree en la caridad sino en el apoyo. Aunque un porcentaje de personas se apunta en la filosofía de la responsabilidad social al igual que ella, la encuesta muestra que valores como la tolerancia, la justicia y la igualdad tienden a descender.

Quizás es que el individualismo va ganando la partida. Como explica el sicólogo Restrepo: "Ahora cada uno cuida su pedacito".

Contexto
Un ejemplo de conciencia joven y social
Johanna Logreira es diseñadora de modas y creó junto con su hermana Paola, la marca Logreira.

Cree que los problemas que aquejan al país son de todos. Ella puede inscribirse en el grupo denominado Justicia social. Otro grupo en el que cabe es el de los nuevos "hippies" para quienes son importantes la espiritualidad y la autenticidad.


Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
igomeze@gmail.com
igomeze@une.net.co
Móvil (57) 300 2995502
(57) 311 3352839
COLOMBIA - SURAMERICA

Así somos... independientes y optimistas (Los paisas) Colombia


El paisa de hoy: solitario e inversionista
JULIO 12 DE 2008

Los Antioqueños, los Caldenses, Los Quindianos,
Los Risaraldenses y algunos Vallunos y
Tolimenses nos sentimos orgulloses de ser PAISAS.
Les invito a conocernos.....



Manuela Bernal Y Lilliana Vélez




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Juan Fernando Cano
El antioqueño de hoy se configura como una mujer que toma las decisiones económicas en casa, quiere tener máximo dos hijos y está dispuesta a trabajar por su realización profesional. Hay tendencia a otras formas de convivencia como el matrimonio civil y la unión libre.

Los paisas podemos seguir siendo descritos con frases como "echados para adelante, independientes, optimistas y rebuscadores". ¡Sí! Además de los avances tecnológicos y una mayor escolaridad en la población antioqueña, el empuje se mantiene como un factor de cohesión y liderazgo.

Así lo revelan los resultados de la encuesta que realizó Invamer entre el 30 de mayo y el 16 de junio de este año, entre 240 personas residentes en el Área Metropolitana, 50 por ciento hombres y 50 por ciento mujeres, de 18 años de edad en adelante.

Si bien la figura materna prevalece como la más importante en la mayoría de los hogares, de hecho un 73 por ciento afirma que es la mamá quien toma las decisiones económicas del hogar, los resultados muestran a un antioqueño más independiente, que ahora deja el hogar a más temprana edad y que, en general, tiende a vivir más solo, pues entre sus actividades favoritas están oír radio o los videojuegos, que no requieren tener a alguien al lado.

Cuando resuelve formar su propio hogar, el 41 por ciento sigue prefiriendo un matrimonio por lo católico. Sin embargo, el porcentaje de matrimonios por lo civil aumentó del 29 al 32 por ciento en el último año, como se incrementó también la decisión de vivir en unión libre.

Los resultados señalan que los fríjoles mandan la parada en el tema gastronómico, pero no es que la comida típica sea el plato obligado para todos.

El cuidado del aspecto físico, al igual que de la salud, también ha hecho que muchos tiendan ahora por comidas mucho más sanas. Lo light ganó terreno y pasó de un 22 a un 30 por ciento.

Aunque han aumentado los gimnasios en las ciudades, los antioqueños prefieren salir a caminar -un 53 por ciento- que ejercitarse en recintos cerrados.

Las vacaciones se gozan fuera de casa. Los paisas prefieren destinos locales y nacionales. Cuando lo hacen, prevalece el uso del transporte público terrestre a destinos como Santa Fe de Antioquia, Rionegro, Girardota, Coveñas, Cartagena, Bogotá y San Andrés. Solo un 6 por ciento se moviliza en avión.

Para la gran mayoría, la buena vida está asociada a gozar de buena salud, tener una casa propia y una relación afectiva feliz.

Así somos: optimistas y emprendedores.

Soledad: ¿la mejor compañía?

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Juan Fernando Cano, Modelo: Daniela Velásquez
Leer, esa actividad generalmente solitaria, aumentó entre los paisas en el último año. En promedio, las personas dedican a esto 4,6 horas a las semana. 20 minutos más que el año pasado. En general, las personas pasan solas más de 10 horas a la semana.


John Saldarriaga -



Como Raquel Hernández estudia psicología, la aplica en su hogar y les hace repulsa a las tendencias actuales, que indican que los niños suelen pasar cada vez más tiempo solos, viendo televisión y jugando play station.

Incluso el televisor de su casa es uno sólo y pequeño, porque ella y su esposo, Iván Darío Montoya, un ingeniero eléctrico, desean que este artefacto no se convierta en el centro de la vida familiar.

"Cuando los niños pasan mucho tiempo frente al televisor o en actividades en las que ellos son pasivos, pueden tener falencias en la comunicación con otras personas", afirma ella.

Los cuatro estudian, de modo que cuando están en plena actividad académica, son disciplinados y poco se ven con Iván Darío en todo el día. Él se encarga de dar el desayuno y despachar a los dos chicos, uno de siete y otro de cinco años, pues Raquel madruga más que todos para tomar clase de seis de la mañana en la Universidad de Envigado y toma casi una hora en llegar desde su casa en La Estrella.

Y si bien ella puede almorzar todos los días con sus hijos en casa de su madre, en Itagüí, es en la noche solamente que pueden comer juntos.

Los fines de semana del año se parecen a las vacaciones. Es en ellos cuando los chicos tienen permiso para ver televisión -tres programas que les fascinan-, jugar play y montar en bicicleta.

Un viernes u otro, la pareja sale a 'cervecear' y, a veces los domingos, la familia entera sale a disfrutar en un centro comercial, donde encuentran comida y cine.

Pero estas actividades lúdicas dependen del miércoles. Como éste es el día en que le pagan a Iván Darío y que, en la noche, los dos distribuyen el dinero, saben si va a quedar para una u otra cosa.

Hasta aquí, esta familia moderna le hace el quite a la tendencia reflejada en las encuestas: pasan juntos más que la media, que es de 25,4 horas a la semana; entre los esposos, pasan juntos ellos dos, más de 22,9 horas, sin contar el tiempo que pasan dormidos; más de las 1,7 horas navegando en internet.

Tampoco oyen radio, especialmente no escuchan noticieros, por mantener una salud mental, puesto que no quieren llenarse de noticias negativas -que en nuestro medio, son la mayoría-.

En lo que sí se parecen a la mayoría -53 por ciento- es en que no van a misa. No porque sean apáticos, sino porque tienen una religiosidad propia: casados por lo católico y con los niños bautizados en la misma fe, desde hace unos meses -movidos por inconsistencias que, dicen, encuentran en la Iglesia-, decidieron estudiar la Cábala judía y el Antiguo Testamento al lado de algunos amigos.

El sociólogo Fabio Betancur, cree que hacerle repulsa a esas costumbres individualizantes, que considera de influencia norteamericana y europea a través de los medios de comunicación y de la globalización, es saludable. Mantener unas prácticas más colectivas, como lo hacen los Montoya Hernández, son, según sus palabras, acordes con una cultura más local.

"Me parece detestable que la gente almuerce o cene en la pieza, por ver televisión o navegar en internet. Más acorde con nuestra cultura es la comida ritual, en grupo, pues es un momento que se aprovecha para conversar".

Y no porque crea que las costumbres deben permanecer intactas. Está bien que cambien. Lo nocivo es que se releguen las propias de manera abrupta, por copiar otras ajenas, que no tienen significado entre nosotros.

Lo que es natural en los Montoya Hernández, pasar mucho tiempo con los hijos, no lo es en la sociedad: los padres pasan, en promedio, 25,4 horas a la semana con ellos, casi dos horas menos que hace un año. La encuesta de Invamer señala que los paisas cenan menos de diez veces al mes juntos, levemente más que el año pasado.

"Aunque los cambios de un año a otro no pueden considerarse como tendencia y es más aconsejable estudiar las variaciones en lapsos de cinco o diez años, si en efecto lo que ocurre es este aumento, es porque en tiempos de crisis de valores y de violencia con el que vivimos, con una sociedad agrietada, existe la tendencia a refugiarse en la familia. Y a volver a la religiosidad inicial que perdieron". Y que esto sucede hasta en familias seculares y hasta ateas: "como una recristianización".

Fabio Betancur señala que los paisas son muy endogámicos y familísticos. Es decir, dan gran valor a la familia, aunque la estructura de ésta haya cambiado. Incluso, que la violencia intrafamiliar y el abuso sexual no están causados en enemistad entre los miembros de una familia sino, por el contrario, a que se llevan unas relaciones tan cercanas, intensas y posesivas, que hay fricciones.

Los Montoya Hernández no oyen radio, como se dijo. Y aunque, según la encuesta de Invamer, esta es una actividad que ha aumentado en el último año -de 13,6 horas a 15,3 horas a la semana-.

"La radio fue muy importante para las generaciones anteriores. Mucha gente escuchaba las radionovelas. Pero ahora, si la gente está volviendo a la radio, la relación con ésta es distinta; más interactiva. Los jóvenes, por ejemplo, se comunican por chat, correo electrónico o teléfono y cuentan su intimidad, incluso la sexual. Ahora hay una combinación de medios de comunicación". Y señaló que, en general, escuchar radio no es una actividad grupal, como era antes, sino individual, con el auge de los audífonos.

"El individualismo, que parece afirmarse por influencia de culturas foráneas, también puede deberse a que cada día más las personas entienden que es necesario dedicarse tiempo y cuidado a sí mismas. Y a que cada día hay más soledad y desamor".

Ah, y un detalle: Raquel Hernández es más dada a compartir con amigos, especialmente compañeros de estudio, que su esposo. Mientras él solamente unas dos veces al año la llama para decirle que se quedará tomando cerveza con ellos, ella lo hace cada 15 días.

Contexto

1. En la familia Montoya Hernández, los niños no viven pegados del TV ni del play, para que no adquieran problemas de comunicación.

2. Entre los paisas aumentan actividades individuales y disminuyen las colectivas, como pasar en casa con los hijos o compartir con la pareja.

3. Aunque aumentó la gente que va a misa al menos una vez por semana, ésta suma el 47 por ciento de la
población.

4. Aumentó el tiempo en que se escucha radio, se practican videojuegos y se repara el carro y las veces que se come con familiares.

Mi mamá me mima... y decide en casa

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Juan Fernando Cano
En el 73 por ciento de las familias paisas las madres toman las decisiones económicas más importantes del hogar, a pesar de que el 81 por ciento de las personas mayores de 18 años son independientes de sus padres.


Carmen Gutiérrez Remolina -
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Mirando en retrospectiva su vida, a Carlos Andrés López le resultan cómicos sus sueños adolescentes de casarse a los 27 años. Hoy, a sus 31, sigue prolongando la "edad ideal" para unirse a otra persona y se da otros tres años de soltería.

Carlos, al igual que el 40 por ciento de las personas encuestadas por Invamer, considera que entre los 30 y 34 años es el rango de edad en la que un hombre debe casarse: "por que primero está el desarrollo profesional, se necesita estar más preparado, tener más capital y disfrutar más la vida".

Curiosamente esos años de experimentación y satisfacción personal parecen estar limitados para la mujer. Casi la mitad de los encuestados consideran que ellas deben casarse entre los 25 y 29 años de edad, seguido del 25 por ciento que consideran que entre los 24 o menos.

Para el psicólogo Juan Carlos Posada esto se debe a que "las parejas aprendieron que esta decisión requiere madurez, experiencia vital y haber recorrido la vida un poquito; pero la mujer todavía tiene la programación de la familia y el deseo de estabilizarse, en cambio el hombre quiere el juego de la libertad".

El rito católico pierde terreno
Suponiendo que Carlos alcanza sus 34 años y decide no posponer de nuevo la fecha para formar su hogar, preferiría vivir en unión libre aunque a la hora de la verdad lo más probable es que se casaría por lo católico "por darle estabilidad al hogar, a los hijos y por tradición".

La tendencia a irse a vivir con otra persona bajo la bendición de Dios bajó un nueve por ciento con respecto al año anterior según la encuesta realizada por Invamer, mientras el matrimonio civil o de otra forma adquirió más adeptos.

La razón, según Juan Carlos, se debe a que "el matrimonio católico impide el divorcio, no es que las personas se estén alejando de Dios sino de las normas y ya no creen que el matrimonio sea para siempre; por esto prefieren hacer un tipo de ritual o ceremonia que les permita separarse cuando quieran".

Una vez conformado el hogar
El tradicionalismo en otras áreas de la familia continúa primando e inclusive va en aumento. El 73 por ciento de las personas encuestadas afirman que en sus hogares la madre es la que toma las decisiones más importantes.

Juan Carlos explica que esto se debe a cuatro variables: "el ausentismo del padre porque está ocupado en la parte laboral, a que el hombre cuenta demasiado con la opinión de la mujer, al madre solterismo que está en aumento y a la violencia en Medellín y Colombia que tiene como principales víctimas a los hombres".

Diana Mejía, por su parte, opina que "esto pasa sobre todo en Antioquia donde por tradición ha sido siempre un matriarcado. Como el hombre está en un rollo muy distinto, la mujer paisa es la que se inmiscuye más en el hogar y termina tomando las decisiones".

Para Natalia Sierra, su hija, es más una cuestión de carácter "mi mamá tiene más tiempo y más temperamento, en cambio mi papá es un merengue". Además a ciertas cualidades como que "las mujeres somos más ordenadas, tenemos mejor memoria y somos capaces de hacer varias cosas al mismo tiempo"

Sexo en pareja y tradicional
En la vida de pareja, más de la mitad de los encuestados se mostró en desacuerdo con explorar cualquier nueva tendencia sexual.

Para el sexólogo Guillermo González Illidge, esto se debe a la falta de información para descubrir que los juegos y ayudas sexuales y las sustancias estimulantes tienen un objetivo sano. No así la idea de participar en grupos, intercambio de parejas o bisexualismo, tendencias que en vez de aportarle a la relación le restan.

A pesar de que se vienen replanteando ciertas costumbres y las personas se adaptan a los tiempos modernos, la sexualidad sigue siendo un tabú. Entre risas Guillermo justifica esta conducta afirmando "seguimos siendo conservadores en la sexualidad así como en la política, aquí somos atornillados a las ideas y no las dejamos ventilar".

La mayoría de lazos se atan con aficiones

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Hernán Chica
La mayoría de personas tienen una relación cercana con amigos que comparten una misma afición. Según Carlos Augusto Villamizar, estas afinidades son por temperamento, carácter, preparación intelectual o cultural y hobbies. Como las noches de Wii de la imagen.


Carmen Gutiérrez Remolina -



La rutina une a las personas por casualidad en el ámbito familiar, escolar y laboral y desde allí se entablan relaciones interpersonales. Sin embargo, la mayoría de relaciones cercanas con personas diferentes a los miembros del núcleo familiar, se originan con individuos en quienes se descubre una afinidad por gustos y hobbies.

Así lo revela la encuesta realizada por Invamer, en donde el promedio de individuos con los cuales se tiene una relación cercana por hobbies y otras actividades es 9.4, seguido de familiares que no viven en el hogar con 6.1, compañeros de trabajo 5, vecinos 4.9, compañeros de universidad 4.2 y compañeros de colegio 3.6.

Según el sociólogo Carlos Augusto Villamizar esto se debe a que "al compartir los mismos gustos se vincula directamente el campo emocional y esto hace que la unión sea más profunda". Los encuentros con todos los grupos de amigos, excepto con los compañeros de trabajo en los que este escenario ocupa el tercer lugar por debajo del sitio de trabajo y de entretenimiento nocturno, se dan en una casa de familia. "La tradición familiar tiene una importancia sobredimensionada y para muchísima gente su vida gira alrededor de la casa. No somos muy cosmopolitas, seguimos conservando muchos aspectos por tradición", explica Carlos Augusto.

Armonía porque el planeta es la familia

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Juan Fernando Cano, Modelo: Ginna Marroquín
A pesar de que se observa una disminución en valores como la tolerancia, la justicia y la igualdad, muchas personas hacen de estos parte de su filosofía de vida. Un 70 por ciento de los encuestados se preocupa por cuidar el planeta y vivir en armonía con el verde.


Juliana Correa H. -



Aunque cada vez el trabajo invade los espacios para la familia, este sigue siendo fundamental en la escala de valores de los antioqueños.

Para la diseñadora de modas Johanna Logreira, su familia, conformada por un hermano, una hermana y sus papás, es el sostén y el motor de su vida.

En eso coincide con el 87,5 por ciento de los encuestados, que afirma que este es el valor más importante en sus vidas.

Ella se considera afortunada de contar con la familia que tiene y dice que son como un grupo de amigos.

Se reúnen los domingos a tomar vino y a conversar. Hablan de los problemas de cada uno, se ríen, comparten. En estas ocasiones se le suma a la familia un integrante, un tío paterno que es como otro hermano.

Para el profesor Adolfo Maya: "Hemos sido una sociedad en la que el concepto de familia ha sido nuclear, aglutina y sigue siendo referente de vida colectiva".

A la familia le siguen valores como la honestidad y la autoestima.

El porcentaje de honestidad del 85 por ciento, sorprende al sicólogo Francisco Restrepo, quien cree que de alguna manera, este valor ha sido mal visto en la cultura antioqueña.

En una tierra donde tradicionalmente el "vivo" y quien saca ventaja es el que se queda con los aplausos y la admiración, parece un poco contradictorio que la honestidad sea el segundo valor más importante. "Aquí se le dan garantías al ilegal. Se ven antivalores como la corrupción, el egoísmo, el individualismo, el esnobismo", agrega Adolfo Maya.

El sicólogo Restrepo precisa que la honestidad no se refleja tampoco en asuntos como las relaciones interpersonales, en las cuales "se manejan ganancias secundarias, intereses económicos y hasta políticos".

Conciencia ambiental
Johanna puede situarse dentro del grupo de "Justicia social", en el que se inscribe el 39 por ciento de los encuestados. En este colectivo son importantes valores como la tolerancia, responsabilidad social, igualdad, libertad y preservación del ambiente.

En esto último, Johanna se declara ecologista de tiempo completo. Sueña con vivir algún día en una casa ecológica en la que todo sea biodegradable y reciclable. De hecho, se considera casi maniática de esta práctica. En su empresa de modas, que dirige con su hermana Paola, no se desperdicia ni un trozo de papel ni de tela.

Es además, amante cien por ciento de la naturaleza. "Soy una enamorada del verde. Creo que hay que salvar al planeta, porque si no se va a desbaratar".

Cero indiferencia
Desde hace dos años va con frecuencia a Villatina con un grupo de amigos para ayudar a los habitantes de esa comunidad. "Desde la primera vez confirmé que vivimos en una burbuja de cristal de cinco metros de espesor, pero fuera de nuestros barrios hay comunidades apasionadas, que quieren trabajar y progresar".

En diciembre recogieron dinero para los regalos de los niños, organizaron natillas y apoyan diversos proyectos productivos.

También ayudan a los reinsertados de la zona. La diseñadora no los juzga, cree que son personas que por diversas circunstancias y por falta de oportunidades, tomaron decisiones erradas.

"Hay mucha gente que quiere seguir trabajando, progresar y luchar. Yo no me voy a quedar criticando".

Johana no cree en la caridad sino en el apoyo. Aunque un porcentaje de personas se apunta en la filosofía de la responsabilidad social al igual que ella, la encuesta muestra que valores como la tolerancia, la justicia y la igualdad tienden a descender.

Quizás es que el individualismo va ganando la partida. Como explica el sicólogo Restrepo: "Ahora cada uno cuida su pedacito".

Contexto
Un ejemplo de conciencia joven y social
Johanna Logreira es diseñadora de modas y creó junto con su hermana Paola, la marca Logreira.

Cree que los problemas que aquejan al país son de todos. Ella puede inscribirse en el grupo denominado Justicia social. Otro grupo en el que cabe es el de los nuevos "hippies" para quienes son importantes la espiritualidad y la autenticidad.

Techo propio el sueño en primer lugar

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Juan Fernando Cano, Modelo: Daniela Ospina
La gente preferiría invertir principalmente en propiedad raíz y en un negocio o empresa propia. Y antes que carros, viajes o aparatos, lo más importante es tener casa propia.


Óscar Darío Montoya Gómez




Salud, dinero y amor en realidad son deseados en ese orden. Para los antioqueños la buena vida sigue altamente asociada a la buena salud, una casa propia y un matrimonio feliz, según lo revela la encuesta de Invamer.

Y parece que somos menos materialistas que el año pasado, pues se evidencia un descenso importante en la buena vida asociada a la ropa, los accesorios y las joyas (pasó del 37% al 26%). También importa un poco menos la seguridad financiera (del 76% al 62%) .

Lo que sí está claro es que para vivir bueno se necesita, primero, estar aliviado y, segundo, vivir en casa propia.

Lo tiene muy claro Max Milfort, publicista y dibujante de padre haitiano, casado desde hace tres años y quien actualmente está construyendo su propia casa en Santa Elena: "Queremos tener un sitio donde podamos llegar, tanto en las buenas como en las malas, donde podamos tener tranquilidad", asegura.

Este es sin duda el bien más preciado para los antioqueños, por encima del automóvil, que sería lo segundo que nos gustaría haber cambiado o comprado al terminar este año, según la encuesta. Después están los muebles y el televisor.

Que los paisas somos emprendedores no es un cliché, sino pura realidad. De todas las personas que dijeron tener algún plan o idea para mejorar su estándar de vida, el 45% lo haría montando un negocio. Le sigue ahorrar dinero, con el 28% y estudiar, con el 26%.

"Uno puede trabajar en una empresa pero al mismo tiempo arriesgarse con un negocio independiente aunque sea pequeño, por si el primero falla", anota Max, quien tuvo un bar por algún tiempo.

A la hora de invertir dinero, Max lo destinaría a lo mismo que el 2% de los encuestados: viajes. Él no hace parte del 41% que preferiría invertir en propiedad raíz. El 39% invertiría en negocios o empresas propias.

Vivir en otros países
Los antioqueños estamos viajando fuera del país cada vez más. Mientras en 2007 viajó el 13% de los encuestados, este año lo hizo el 17%.

El número de personas que manifestó que se iría a vivir por fuera de Colombia creció un 2% con respecto al año pasado (del 39% al 41%) y es España el país mayormente elegido con el 14%, seguido de Estados Unidos con el 11%.

Un poco más apegados estamos de Antioquia que de Colombia, pues apenas un 31% dijo que se iría a vivir a otro departamento.

Trabajo, casa, viajes y negocios que nos hacen felices.

Ahora nos gusta comer saludable

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Juan Fernando Cano
Los antioqueños nos estamos arriesgando a probar sabores nuevos, los cuales son traídos de otros países o provienen de nuestra comida con algunos cambios. Por ejemplo, la cocina molecular del restaurante El Cielo sirve un plato llamado Aire de zanahoria.


Manuela Bernal -



Aunque los fríjoles siguen siendo el plato favorito de muchos, los paisas se están acostumbrando a comer más saludable.

No solo consumen productos dietéticos, también los que tienen fibra, pocas harinas y casi nada de fritos, pues la idea es cuidar la figura y evitar enfermedades asociadas.

La mayoría de los productos que consume Camila Escobar, de 24 años, son saludables, pues explica que "las grasas me hacen mucho daño para el colon y ya hasta me sabe más rico un helado dietético que uno normal".

Las comidas rápidas también están quedando un poco desplazadas de la dieta diaria y ahora el 78 por ciento de las personas encuestadas se está aventurando a experimentar con sabores nuevos. De ahí que cada vez sea más común la apertura de sitios que proponen cocinas como la fusión, la molecular o la creativa.

El nutriólogo Sandro Gómez dice que: "estamos cansados de los mismos sabores y queremos dejar a un lado los asados de siempre. Hay comidas más saludables gracias a sus ingredientes, como la de origen oriental o la thai que ahora están tan de moda".

El dicho "desayune como un rey, almuerce como un príncipe y coma como un mendigo", está fuera, añade.

La nutricionista Gloria Abad asegura que lo ideal es comer seis veces al día para evitar la ansiedad entre comidas y así podemos ser más selectivos al escoger lo que comemos.

Y esta recomendación la siguen cada vez más personas que prefieren alimentarse bien y no estar de dieta en dieta.

Hay más personas como Natalia Rodríguez, de 28 años, que leen la tabla nutricional de cada alimento antes de comerlo, con el fin de controlar las calorías y las grasas que consumen al día, algo que recomienda Sandro para no sobrepasarse. El ideal para el promedio de la población, es ingerir 2.000 calorías al día.

De todas maneras el 71 por ciento de los paisas encuestados todavía prefieren comer y beber lo que les gusta sin preocuparse por las calorías o las grasas que contenga, y el 38 por ciento no está dispuesto a sacrificar el sabor por consumir menos calorías.

Una mitad trota, la otra duerme

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Juan Fernando Cano
Correr y caminar son los preferidos para hacer, pero a la hora de ver deporte en la televisión el atletismo ni figura. Aquí lo que se sintoniza es fútbol. Lo hace el 55 por ciento de los entrevistados. Un 36% dijo no ver nada de deporte en la tv y luego están otras actividades, como el béisbol (4%), ciclismo (3%), tenis (2%) y motociclismo (1%).


Mario Alberto Duque Cardozo -



Mientras la mitad de los habitantes del Valle de Aburrá trotan, caminan, corren, van al gimnasio, sudan, se ejercitan, la otra mitad de los ciudadanos apenas si usa los músculos para lo estrictamente necesario.

Al menos eso es lo que revela la encuesta elaborada por Invamer. A la pregunta ¿Hace deporte? El 54 por ciento de los entrevistados dijo que sí.

Entre ellos está Fernando Arango. Veintisiete años. 1.75 de estatura. Amigo de las barras y las pesas.

"Pero también del trote y del gimnasio", asegura. Hace ejercicio por la mañana, antes de salir a trabajar. "Aunque la gente no crea, así queda uno más preparado para lo que pase en el día".

Tres veces a la semana va al gimnasio, los otros dos días trota por las calles de Itagüí, donde reside.

Lo hace por salud, para no entumecerse y "para no empezar a acumular grasa por todos lados".

Eso sí, reconoce que las calles de los municipios que componen el Valle de Aburrá no son las más propicias para caminar o trotar.

"Se acaban de repente o están en mal estado. En otros lugares, como El Poblado, por ejemplo, ni andenes hay."

La otra cara de la moneda es la de José Andrés Molina, ingeniero de sistemas.

"¡Deporte! ¿A qué horas?". El trabajo, dice, apenas si le deja tiempo para ver a la gente de su casa y descansar.

"Y la verdad, yo no soy esclavo del ejercicio, ni quiero serlo. Me cuido comiendo menos grasas y más ensaladas".

Los expertos
Jorge Iván Palacio es deportólogo y su consulta le permite saber que en los últimos años el volumen de personas interesadas en realizar actividad física va en aumento.

"Se ha creado conciencia en la gente y eso lo vemos en los gimnasios y en las propias calles", opina el especialista.

Incluso señala que hay un grupo especial, los pacientes con enfermedades crónicas, que "han entendido que su mal se puede paliar con ejercicio, pero el sedentarismo sigue siendo alto".

Con el sudor de la frente
Correr y caminar, como una sola categoría, es el ejercicio, más que deporte, que prefieren los activos: el 53 por ciento de ellos dice hacerlo.

Y entre los deportistas hay dos grandes grupos: los que son juiciosos y los esporádicos. Los primeros van al gimnasio, a trotar o a practicar su deporte favorito cuatro veces a la semana. Estos representan el 28 por ciento de los activos. El segundo grupo es el 24 por ciento.

¿Y de pasiones?
El verde puntea como el equipo de fútbol con más hinchas, pero entre el 2007 y 2008 el Independiente Medellín aumentó su fanaticada.

Hace un año el 15 por ciento de los encuestados dijo ser rojo de corazón. Ahora son el 20. El Nacional pasó del 55 por ciento en 2007 a 49 este año. Podría decirse que la afición varía de acuerdo con la presencia de los equipos en las finales.

También repuntaron los hinchas del Millonarios, el Junior y el América.

Consultas frente al espejo

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Juan Fernando Cano
Aunque según la encuesta son pocos los interesados en realizarse una cirugía estética en los próximos 12 meses, los más proclives son las personas entre 25 y 34 años.


Mario Alberto Duque Cardozo




La apariencia física ronda la cabeza de los antioqueños.

Y aunque en la encuesta realizada por la firma Invamer el 96 por ciento de los encuestados señaló que no se ha hecho ninguna operación y el 97 que no tiene planeado hacerse ninguna en los próximos 12 meses, el 26 por ciento de ellos piensa en su apariencia todo el tiempo.

Si el tema se mira por edad, cambia notablemente, porque para el 42 por ciento de las personas entre 18 y 24 años la apariencia física es una preocupación constante, mientras que el 44 por ciento de los individuos de 25 a los 34 años piensa en ella algunas veces.

Al mirar las razones por las cuales la gente intenta "verse lo mejor posible" se encuentra una diferencia con la encuesta del año pasado.

En 2007 estar bien consigo mismo era una razón mayor para el 92 por ciento de los entrevistados.

En la nueva medición ese dato cayó al 86 por ciento, mientras aumentaron otros como: para complacer a mi pareja (del 59 al 64 por ciento); porque es importante para mi trabajo (del 36 al 48) y para dar un buen ejemplo a los hijos (del 75 pasó al 76 por ciento).

Esto podría señalar que se le presta más atención a cómo nos ven los otros en lugar de cómo nos vemos nosotros mismos.

Cuando se habla del tema de la cobertura en salud se destacan dos cifras: que solo el seis por ciento tiene medicina prepagada o póliza médica y que un cuatro por ciento de los encuestados no está por fuera del sistema de salud.

Tecnología que nos asusta

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Juan Fernando Cano
Para algunos usuarios de tecnología, los dispositivos de la electrónica de consumo son un "mal necesario", que hay que dominar para estar vigentes, aunque perciben que los superan en ciertos sentidos,


Natalia Estefanía Botero -



Para Juan Alfonso Barreneche no ha sido fácil "pasar de la máquina de escribir Olivetti al computador personal".

Una transición sin duda compleja, en principio, por el grado de dificultad que entrañan algunos dispositivos, pero también porque su adopción es costosa.

Juan Alfonso es un abogado independiente, quien coincide con el 20 por ciento de los consultados por Invamer, que utilizan la tecnología porque es necesario dominarla para mantenerse actualizado, "a la vanguardia", tal como dice el profesional en Derecho.

Sin embargo, aunque no se debe pelear con los dispositivos, servicios y herramientas, también cree que se deben aprender a utilizar y emplear de acuerdo con las necesidades.

En su caso, no compraría una consola de videojuegos, pues considera que podría volverse un adicto, como algunos amigos que tiene, que incluso, comen encima del teclado y dejan de hacer salidas por jugar.

Ellos coinciden con un tres por ciento de los consultados, quienes consideran emocionante la tecnología, y la utilizan tanto como pueden.

En contraste, un poco más de la mitad de quienes compartieron su opinión con la firma Invamer, indican que no utilizan la tecnología.

¿Por qué? ¿Es que no la necesitan o les asusta?

Para Camilo Pérez, ingeniero de Soporte de Doctor PC, el temor a la tecnología no es tan frecuente en los jóvenes, quienes se criaron con este tipo de compañía.

Sin embargo, entre los que superan los 35 años hay quienes manifiestan miedo a un computador, por ejemplo, pues cuando eran artículos de lujo, "si los tocaban se podían desconfigurar".

Una percepción si se suma al hecho de que no tuvieron oportunidades de acercarse al tema desde pequeños, hizo que optaran por no incluir la tecnología en sus vidas.

A pesar de ello, el artículo con el que más familiarizados están es con el teléfono celular.

"El hecho de que estos dispositivos nos permitan comunicarnos con otros de manera remota se constituye en un elemento primordial y hasta necesario en la vida actual", indica el ingeniero eléctrico Iván Darío Restrepo.

Agrega que muchas de las aplicaciones que los celulares tienen en la actualidad permiten generar un lazo de intimidad entre las personas y el dispositivo.

Si bien el 44 por ciento de los encuestados prefiere enviar mensajes de texto a sus contactos, vía el móvil, el 21 por ciento utiliza la agenda y el calendario; y otros, en menor proporción, casi el 13 por ciento, descargan música. "Aplicaciones que, en cierta manera, les ayudan a vivir mejor", dice Iván Darío.

Un principio que los antioqueños apenas empiezan a comprender, porque por ahora la tecnología los asusta.

Vamos de paseo ¡por tierra!

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Juan Fernando Cano
Producto de la seguridad, los antioqueños salen ahora más vía terrestre, sobre todo los jóvenes, que gustan descubrir nuevos destinos por su cuenta.


Lilliana Vélez De Restrepo -



Santa Fe de Antioquia, Coveñas y Estados Unidos son, en su orden, los destinos preferidos por los antioqueños cuando de elegir sitios para vacaciones se trata.

Así lo revela la encuesta que adelantó Invamer entre el 30 de mayo y el 16 de junio de este año, en la que queda confirmado que a la hora de descansar, los paisas prefieren hacerlo en familia (un 85 por ciento) y desplazarse vía terrestre dentro y fuera del departamento.

Las cifras señalan que al 51 por ciento de los encuestados le gusta dedicarse a recorrer los municipios antioqueños, siendo Santa Fe de Antioquia, Jardín y Girardota los lugares preferidos.

El regionalismo es tal, que el 69 por ciento reconoce que si tuviera la oportunidad de irse a vivir a otro sitio, no lo haría fuera de Antioquia.

Otro 51 por ciento prefiere aprovechar la ocasión para recorrer el país, y en ese caso sobresalen en su orden de preferencias Coveñas, Cartagena y Bogotá.

Solo un seis por ciento se desplaza vía aérea, y por lo general lo hace para visitar algunas ciudades en Estados Unidos.

Según la Asociación Colombiana de Hotelería, Cotelco, el programa de Seguridad Democrática le devolvió la confianza a los colombianos para desplazarse por las vías nacionales. Esto explica por qué el 51 por ciento de los viajeros prefiere el transporte público terrestre.

Además, el alto costo de los tiquetes aéreos le impide a una gran mayoría utilizar este medio de transporte.

De acuerdo con las cifras de la Asociación de Transporte Aéreo en Colombia (Atac), el crecimiento del precio del combustible en el último año en el país ha sido del 96 por ciento, un elevado costo que la gran mayoría de antioqueños no puede asumir, y menos cuando se trata de desplazarse con toda la familia.

Esta cifra no cobija el aumento que aprobó el Gobierno la semana pasada, en el costo de los tiquetes aéreos.

Para entenderlo vea estos ejemplos: en un trayecto Bogotá-Cali, cuya tarifa promedio era de 270.000 pesos (sin IVA) ahora el viajero deberá cancelar 290.000 pesos (sin IVA), o sea un 7.4 por ciento adicional.

Para un trayecto medio como entre Bogotá y Miami, la tarifa promedio que era de 412.5 dólares (sin IVA), ahora quedó en 431.4 dólares (sin IVA), o sea un 4,6 por ciento adicional.

Se entiende entonces por qué el 83 por ciento de los encuestados no ha viajado fuera del país.

Claro que ganas no les faltan a muchos. Sobre todo a los jóvenes entre 18 y 24 años de edad, que si bien afirman que les gusta su tierra, coinciden en un 77 por ciento con los que dicen que si tuvieran la oportunidad de viajar fuera de Colombia lo harían.

En ese caso, España es el destino soñado para el 44 por ciento de los encuestados, seguido por Norteamérica.

Bien sea en auto familiar, de amigos o público, lo cierto es que el 75 por ciento de los antioqueños que tiene la fortuna de disfrutar de sus vacaciones, busca salir de su hogar y cambiar de ambiente.

¿Orgulloso del empleo? Ni tanto




Lilliana Vélez De Restrepo -



Si bien el 86 por ciento de los antioqueños que trabajan y respondieron la encuesta de Invamer dijeron sentirse muy orgullosos de su empresa, no se entiende cómo el 73 por ciento afirma que si tuviera la oportunidad cambiaría de empleo.

En la revisión general de las respuestas en el tema laboral prevalece un descontento de los trabajadores.

Y aunque no fueron muy específicos sobre las razones por las cuales quisieran cambiar de empleo, su opinión sobre las directivas es muy reveladora.

Sorprende saber que, en comparación con las respuestas que arrojó el estudio el año pasado, el índice de opinión de quienes consideran que sus jefes están menos preparados y son menos honestos aumentó de un 10 a un 24 por ciento.

A ello se suma que en 2007 solo un nueve por ciento consideraba que los jefes no tenían los conocimientos requeridos y, en esta ocasión, la cifra se duplicó.

Según las estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) del pasado mes de mayo, el desempleo en Colombia registra un 11,1 por ciento.

De acuerdo con la encuesta de Invamer, la cifra de trabajadores independientes creció de un 17 a un 20 por ciento en el último año. Entre tanto, el trabajo de empleados descendió del 33 al 32 por ciento, al igual que bajó el porcentaje de quienes permanecen en el hogar, que pasó de un 42 a un 41 por ciento.

Con respecto a la actividad que le gustaría desempeñar, un 25 por ciento de los encuestados respondió que le gustaría trabajar en el área administrativa.

Le sigue, en preferencias, el sector de la producción y la fabricación con un 10 por ciento, y el mercadeo con un ocho por ciento.

Otro aspecto que sorprendió con la consulta de este año fue lo que el trabajo en sí representa para los antioqueños.

Un 51 por ciento respondió que le produce mayor satisfacción el trabajo que su vida fuera de él.

Claro que en el último año este concepto varió a favor de la vida fuera del trabajo y creció de un 41 a un 45 por ciento en favorabilidad. ¿Qué opinarán el próximo año?


Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
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