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Por
Beatriz Arango Sepúlveda
Habla con voz gruesa, trata de usted al interlocutor y en cada frase que pronuncia conjuga el verbo en plural. El nombre de la marca es el suyo: Custo, pero no olvida ni por un momento que se trata de un trabajo en equipo, al lado de su hermano David Dalmau.
A las 9:00 de la noche atendió nuestra llamada a su teléfono celular. Estaba en su oficina.
Vuelve a Colombia después de haber participado en el Bogotá Fashion hace varios años...
"Tengo muchas ganas de volver, aunque estuve varias veces en Cartagena. Soy un enamorado de su país, de la gente, de todo lo relacionado con Colombia".
Leí en una revista sobre sus ciudades favoritas... A propósito, ¿qué sensaciones o espacios recuerda de sus visitas a Cartagena y Bogotá?
"Me quedé fascinado con Cartagena. Estuve en el casco antiguo unos cuatro o cinco días en casa de unos amigos. La gente y la vida nocturna son fantásticas. Visité las Islas del Rosario".
¿Hablando ahora de su trabajo, qué señala la diferencia entre Custo y otros diseñadores? Usted logró algo indispensable: ver una pieza y decir de inmediato ¡es Custo!
"Llevamos 27 años con este proyecto (mi hermano y yo) y empezamos más como diseñadores gráficos que como diseñadores de moda, no sabíamos siquiera que existía la moda.
Lo nuestro ha sido aportar el mundo gráfico a una colección de vestir, de moda. Creo que nuestro proyecto se caracteriza por un ADN muy marcado en el grafismo y el color. Otro concepto que nos hace diferentes es la mezcla de materiales. En la misma pieza nunca hay un solo material. Hay piezas que llevan siete. Eso es lo nuestro: el grafismo, el color y la fusión de materiales".
Es una mezcla intensa: necesita mirar si van bien unos con otros o es un asunto intuitivo...
"Hay de todo. Un poco de intuición, mucho, mucho, de pasión. Y también la experiencia. Lo nuestro es muy parecido al trabajo de un coctelero: tenemos muchos ingredientes y hay que saberlos mezclar. O como un disc jockey, que tiene mucha música de donde escoger y tiene que crear una sesión de dos o tres horas y saber qué piezas utilizar y en qué orden. Eso es lo nuestro".
Para el consumidor colombiano el referente son sus camisetas y los grafismos, pero Custo Barcelona es más. ¿Ya pasó el boom asociado a las camisetas? ¿En qué estado se encuentra hoy Custo Barcelona?
"Las camisetas siguen siendo la pieza más vendida de todas nuestras colecciones, el alma de nuestro proyecto. La mitad de una colección está compuesta por camisetas. Hemos desarrollado muchas categorías y hemos conseguido crear un submundo, un universo... Otras piezas que funcionan muy bien son los vestidos, los abrigos y las faldas".
¿Con una pieza tan universal como la camiseta y en momentos que la globalización alcanza el ámbito de la moda y la permea, cómo mantener una identidad tan propia en 27 años?
"De la única manera que conocemos y es trabajando mucho. En este momento son las 9:00 de la noche y seguimos trabajando mi hermano y yo.
Lo más importante es ser capaces de reinventarnos y que los consumidores identifiquen las piezas sin leer el nombre en la etiqueta. De momento, eso es lo que está sucediendo".
No es un secreto el asunto de la copia de sus productos. ¿Cómo recibe el asunto? ¿Hay alguna manera para que el diseñador de moda proteja su propiedad intelectual?
"Es lo mismo que les pasa a los músicos: tienen su protección, pero los copia todo el mundo. Se piratea todo porque las leyes de protección intelectual están desfasadas, hay que actualizarlas y endurecerlas.
La piratería va junto a las fórmulas que tienen un cierto éxito. Cuesta asumirlo pero, lamentablemente, terminas por acostumbrarte a vivir con la piratería. Tratamos de atacarla hasta donde la ley nos permite, pero no es fácil".
¿Y eso cómo golpea el negocio?
"Tenemos una clientela que es fiel. Que se identifica con el original. La piratería golpea la industria y golpea al consumidor que recibe un fraude. Mucha gente piensa que lleva un original y le están engañando. A veces no sabe que paga por una copia. Nosotros también somos grandes perdedores. Se puede hablar mucho del tema, pero la realidad es así".
Varios diseñadores interpretan las líneas de bajo costo como una forma de hacer más sociables su moda... O bien crean líneas low cost o lo hacen para grandes tiendas como H&M o Target. ¿Usted ha considerado esa posibilidad?
"Nos lo han propuesto, pero no lo hemos hecho. Entendemos que la gente lo haga. Estamos dedicados a nuestro proyecto y no hemos pensado en lo otro, pese a haber recibido propuestas de empresas muy grandes de Estados Unidos".
¿Cúando y por qué se decide abrir una tienda en Colombia?
"Se decidió desde la primera vez que fuimos a desfilar, en el año 2002. Entendimos el fenómeno de la moda en Colombia. Considero a sus mujeres de las más guapas del mundo, les gusta la moda, entienden el tema, les gusta cuidarse. Apostamos por Colombia desde aquel momento. Tenemos el espacio en la Zona Rosa de Bogotá desde 2003, pero buscábamos un socio local que se encargara de la distribución de los productos".
¿Qué veremos de Custo en Colombiamoda?
"Estamos preparando un superdesfile. Una introducción de lo que es el concepto de Custo, luego una especie de mix entre las dos últimas colecciones, sumado a unas piezas especiales que confeccionamos solo para el desfile de Medellín. Un gran show para que la gente que lo vea quede satisfecha".
Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
igomeze@gmail.com
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COLOMBIA - SURAMERICA
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