En los últimos 16 meses el sector despidió 24.000 trabajadores. La situación mejora por la devaluación y las ventas a Ecuador y Venezuela.
En los últimos dieciséis meses el sector textil-confecciones despidió de sus plantas de producción más de 24.000 trabajadores que resultaron lesionados por la revaluación, el contrabando y el lavado de dinero.
El presidente de la Asociación Colombiana de Textileros (Ascoltex), Iván Amaya, le dijo a Dinero.com que lamentablemente esta pérdida de empleo directo se vino acompañada con la reducción de turnos de trabajo y el cierre de varias empresas básicamente del sector pymes.
Según el dirigente gremial las perspectivas han mejorado con el cambio de tendencia en materia cambiaria pues todo apunta a que la devaluación se debe mantener, asunto que ayudará a la recuperación o por lo menos a frenar las pérdidas que genera el dólar barato.
Con esa condición Ascoltex considera que habrá un beneficio enorme porque ello conllevará un encarecimiento de los productos importados o triangulados de China.
Explicó que inclusive afectará el contrabando técnico de telas y confecciones porque con un dólar más fortalecido la cosa cambia para la industria nacional, afectada por los efectos de la deprimida demanda y por las importaciones de bajo precio provenientes de oriente o ingresadas como contrabando desde Panamá.
Otro factor que juega a favor de los empresarios nacionales es que la contracción de la demanda en el mundo hizo que bajara la producción y oferta china de textiles, confecciones y calzado. De igual forma decrecieron los índices de producción en ese país oriental, no caracterizado por ser una economía de mercado, pero que entró por la senda de pagar salarios más elevados y en donde hay tremendas dificultades para satisfacer la demanda de energía.
Señaló al narcotráfico como gran responsable de la crisis del sector y del empleo porque se encargó de traer mercancías a precios irrisorios en perjuicio de miles de familias que devengaban su sustento de las empresas textileras o de la confección.
Optimización de las plantas
El presidente de Ascoltex, reveló que entre los años 2005, 2006 y 2007, los empresarios hicieron inversiones en maquinaria y equipo por un valor de US$400 millones, cifra que aumenta si se cuantifican las compras de tecnología e implementos para la industria en lo corrido de 2008.
Con equipos actualizados y con un cambio favorable es posible que algunos puestos de trabajo perdidos vuelvan al mercado laboral, entre otras cosas porque se viene la temporada de fin de año que suele traer mayor demanda.
Declaró que los esfuerzos que hace el sector textil en tecnología es una apuesta paralela a los grandes retos que trae la economía y que hacen pensar en mejorar los conceptos de productividad y competitividad, obviamente defendiendo todo lo que tiene que ver con la generación de nuevos puestos de trabajo.
“Nosotros no vamos a desfallecer, seguiremos en la lucha porque hemos sido exitosos, si nos toca seguir invirtiendo lo haremos y de hecho hay empresas programadas para eso pero no daremos el brazo a torcer en beneficio del país, de su crecimiento y del empleo”, sentenció.
Amaya dijo que si bien las exportaciones han salvado el resultado, las cosas no tendrán mayor variación y le apuesta a un cierre de año muy parecido al del año anterior cuando el sector textil confecciones vendió a los mercados externos algo más de US $ 1.900 millones.
La explicación a las bajas ventas y al flaco crecimiento obedece a que los exportadores están sintiendo la contracción de la demanda en Estados Unidos que fue el año pasado el principal destino de las confecciones y textiles producidos en Colombia.
Por fortuna, comentó, Venezuela y Ecuador siguen comprando un gran volumen de Colombia, asunto que ha dado oxígeno pues de lo contrario el sector estaría en medio de una verdadera debacle.
“El año ha sido difícil. En lo corrido de 2008 hemos reportado caídas en el consumo de cuatro por ciento en confecciones y hemos tenido pérdidas por asuntos varios, incluidos los cambiarios por mas de US$80 millones. Así es muy complicado pero seguimos dando la pelea y estoy seguro que las cosas van a cambiar”, aseguró Amaya.
Precisó que con Venezuela empezaron a mejorar algunas situaciones con los pagos que se volvieron un problema serio por la cadena de gestiones y trámites, gracias a la gestión de los cancilleres de los dos países y a las intervenciones del presidente, Álvaro Uribe.
Actualmente los empresarios venezolanos les deben a los productores y exportadores colombianos más de US$1.500 millones de los cuales US$400 millones en promedio son de la pequeña y mediana empresa, incluidas textileras y empresas de confección afectadas en su flujo de caja.
“Lo cierto es que las ventas a Venezuela están creciendo año tras año y ese mercado hay que seguirlo trabajando”, concluyó Iván Amaya.
Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
COLOMBIA - SURAMERICA
MIEMBRO ACTIVO DE COPERTEX
Gestión y Marketing
COLOMBIA Y PERÚ
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