Hace unos años, usar la camiseta con la bandera de Colombia o algún elemento típico del país como un sombrero o un carriel era realmente ‘boleta’; no obstante hoy, y más allá de la moda, los jóvenes portan con orgullo todo tipo de accesorios que representen la ‘colombianidad’, aunque éste sigue siendo un término difícil de definir.
Un ejemplo de ello es Susan Galeano, quien aunque está fuera del país, no deja de llevar a Colombia en el corazón.
Susan, una joven de 26 años que actualmente reside en Madrid, España, dice que le encantan las camisetas que tengan dibujadas las regiones más representativas de Colombia, los sombreros aguadeño y vueltiao y que también extraña el Nevado del Ruíz y el Parque del Café.
Y es que esta parece ser una nueva tendencia entre los jóvenes que cada vez se sienten más colombianos, más orgullosos de vivir aquí y más interesados en querer cambiar lo malo y resaltar lo bueno.
Más que una banderita
Por lo menos así lo ve Carlos Andrés Laguna, un joven que a sus 24 años preside la organización 100% Colombiano, donde efectivamente los jóvenes se sienten muy colombianos.
Para Laguna, este sentimiento va más allá de una banderita y se remonta a la conciencia que han adquirido los jóvenes de generar una nueva visión de país. “Por ejemplo, en el Eje Cafetero hay un gran sentido de pertenencia por el país, porque acá los jóvenes han tomado parte activa del desarrollo de la región”, sostiene este joven empresario, quien destacó que haber vivido en varias ciudades del país le ha permitido llegar a esta conclusión.
Un concepto similar tiene Juan David Aristizábal, el ex presidente de la Asociación Mundial de Jóvenes Líderes, quien afirma que en principio se puede pensar que los jóvenes han descubierto que no se necesita buscar afuera lo que hay acá adentro, pese a las cosas malas.
Aristizábal, quien cuenta con 19 años, dice además que desde su trabajo en materia de liderazgo ha podido observar que los jóvenes ya reconocen que son ellos los que pueden hacer los cambios en el país.
“En este momento hay más compromiso como actores vitales para transformar el país”, dice Juan David.
¿Y afuera cómo se ve?
Pero esto ha sido un camino largo y en algunos tramos difícil, especialmente cuando se trata de la imagen del país en el exterior.
Por ejemplo, Susan comenta que a la gente en España le da pena o miedo usar algo representativo del país, “pero yo me siento orgullosa de mostrar que soy de Colombia, pues para mí es el mejor país del mundo y lo amo con todo mi corazón...”
Juan David también resalta que, por ejemplo, los jóvenes de Europa tienen una imagen muy errada de los colombianos porque los consideran ‘casi primitivos’, pero que luego de conocer que tienen realidades similares, gustos y necesidades afines hacen ‘click’ y hay entendimiento.
“Al principio hay escepticismo al hecho de ser colombiano, pero luego se dan cuenta que somos iguales y ya no hay problema”, dijo.
Las artesanías
Una de las formas en que se exterioriza esa ‘colombianidad’ es en el uso de artesanías, especialmente las que son hechas con granos de café, con fibras naturales como fique, guasca de plátano y hasta marihuana o en materiales como iraca, guadua, cañaflecha o tagua.
De acuerdo con Sandra Moreno, administradora de una tienda de artesanías de la ciudad, tanto hombres como mujeres son amantes de estos productos, especialmente manillas, aretes y collares.
“Pero también hay muchos extranjeros que buscan algo propio de la región o del país”, afirma.
Y es que la producción artesanal en el país, le da empleo a 260 mil personas, según estimaciones de Artesanías de Colombia, lo que representa un 15% de la población de la industria manufacturera colombiana.
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