viernes, diciembre 11, 2009

La revolución que se viene



Durante décadas los peruanos hemos vivido con un paradigma: el canal moderno, es decir, los supermercados, tiendas por departamentos y grandes tiendas de mejoramiento del hogar, no podían progresar en el país porque los peruanos “somos diferentes”. Nuestros arraigados hábitos, como la compra diaria de productos frescos, la atención personalizada del “caserito” y otros, hacían ver que el retail moderno era para sociedades diferentes a la nuestra.

Confirma esta percepción el hecho de que Lima fue una ciudad que hasta el año 2006 mantuvo un promedio inferior a los ochenta supermercados, de los cuales, además, casi todos estaban ubicados en las zonas más pudientes. ¡Ochenta supermercados para una ciudad de más de siete millones de habitantes! Esto daba un promedio de un supermercado por cada 90 mil habitantes, mientras que en Santiago de Chile el promedio era de uno por cada 24 mil. En las demás ciudades del Perú el avance era inclusive menor; sólo había unos pocos esfuerzos individuales de arriesgados inversionistas locales.

Sin embargo, en los últimos años hemos visto un cambio radical en este tema. Se abren supermercados, tiendas por departamento y tiendas de mejoramiento del hogar a gran velocidad y en lugares inimaginables (Limas conurbanas y provincias) y, además, la mayoría tiene éxito.

¿Qué pasó? La respuesta es simple: no era un problema de falta de demanda, sinó un problema de falta oferta. El canal moderno está satisfaciendo necesidades latentes que estaban a la espera de ser cubiertas y, al hacerlo, está generando cambios importantes en los hábitos de consumo de la población.

Hoy es común ver en estas tiendas modernas a personas de niveles socioeconómicos bajos haciendo pequeñas compras, las que antes hacían en el canal tradicional. En este cambio, juega también un rol importante la presencia de la tarjeta de crédito, instrumento que, si es bien utilizado, se comporta como un facilitador de la compra. El uso de este tipo de crédito también constituye un cambio importante en los hábitos de compra de la población de menores recursos.

¿Qué viene ahora? No es difícil deducir que con la aún baja penetración del canal moderno en el Perú, con la presencia de grandes jugadores (con espaldas financieras sólidas) y con la confianza en la estabilidad económica del país, se va a acelerar la apertura de tiendas. Veremos cada vez más tiendas en lugares insospechados y, seguramente, en poco tiempo veremos nuevos formatos, aún desconocidos por la población peruana pero ya presentes desde hace varios años en otros países de la región.

¿Significa esto que desaparecerán las bodegas, puestos de mercado, ferreterías, bazares y otros formatos del canal tradicional? De ninguna manera. No podemos olvidar que todavía tenemos segmentos de la población con hábitos arraigados y para los cuales el canal moderno sigue siendo ajeno a su cultura, aunque esto poco a poco irá cambiando. Tampoco debemos olvidar que estos negocios al estar basados en estructuras familiares, tienen puntos de equilibrio muy bajos, por lo cual pueden soportar reducciones en sus ventas.

Lo que si debemos ver es que estos formatos tradicionales tienen que adaptarse al nuevo entorno competitivo. Su alta resistencia a los embates del canal moderno no es infinita y, eventualmente, pueden llegar a desaparecer. En este sentido quizás vale la pena revisar las experiencias de México y Brasil, donde se ven tendencias opuestas.

En México, el canal moderno viene ganándole la batalla al canal tradicional. El canal moderno ha incorporado nuevos formatos (tiendas de conveniencia, establecimientos de hard discount y soft discount, entre otros) que satisfacen necesidades latentes de los consumidores. Por el contrario, el canal tradicional no ha tenido mayores avances en su esfuerzo de adaptación.

Por el contrario, en Brasil el canal tradicional, alentado por mayoristas y distribuidores (actores principales, cuya supervivencia depende del progreso de estos canales), se ha  modernizado y está haciendo retroceder al canal moderno. Es común ver que lo que antes era una bodega hoy es un mini market y con tecnología moderna. También se ve que las bodegas se han agrupado, formando centrales de compras y haciendo ofertas conjuntas.

¿Quién ganará con esta competencia en nuestro país? Desde la perspectiva actual, todo indica que el canal moderno; pero no podemos despreciar la capacidad de adaptación y la iniciativa de los miles de peruanos que son dueños de comercios tradicionales.

Bodegas, puestos de mercado, ferreterías y bazares, se verán obligados a elevar sus estándares de higiene, surtido y atención. Supermercados, tiendas de departamento y tiendas de mejoramiento del hogar, tendrán un gran cuidado para atender esas necesidades que hoy no atienden correctamente y que son bien cubiertas por el canal tradicional.

Al final, como siempre ocurre, la competencia hace que haya un gran ganador: el consumidor.


Alberto Haito Moarri
ADMINISTRACION DE LA CADENA DE ABASTECIMIENTO, MONTAJE Y OPERACION DE TIENDAS Y SUPERMERCADOS, INVESTIGACION DE MERCADOS CUALITATIVA Y CUANTITATIVA.
igomeze@une.net.co igomeze@gmail.com

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Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
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