¿Cómo perjudica Mercadona la innovación con su marca blanca? | Negocios.com
Destruir competitividad no es el camino
Sin la innovación no hay crecimiento, ni creación de empleo ni valor añadido, tres pilares fundamentales para una economía. La política de Mercadona impide la entrada de nuevos productos.
La agresividad de Mercadona es contraproducente para la innovación en el sector de la alimentación en España. Los bajos precios reducen tanto los márgenes de las grandes marcas que han reducido drásticamente el número de innovaciones introducidas en España. Desde 2010, han bajado en 31%, según los datos del Radar de la Innovación de Kantar Worldpanel.
De hecho, el pasado 2014, se registraron tan solo 108 productos nuevos en el mercado, el mínimo de la historia, con una caída del 16% anual. No solo las cadenas de alimentación salen perjudicadas, también son víctimas de Mercadona los consumidores, ya que la innovación va en su propio beneficio, más cuando tratan de mejorar los productos existentes o bien crear nuevas experiencias.
Asimismo, la barrera a nuevos productos es perjudicial para el conjunto de la economía, más cuando con la innovación se crea valor añadido, empleo y crecimiento. En el informe de Kantar Worldpanel se pone de manifiesto que sin la innovación el mercado de yogures, por ejemplo, se reduciría hasta un 40%, en el sector del café tostado, sin la innovación, solo habría un 53% menos de la oferta del mercado.
La caída en el lanzamiento de estos nuevos productos se debe principalmente a Mercadona, que evita exponer los productos nuevos de otras marcas en los estantes, por lo que los clientes habituales no tienen opción de compra. De esta forma, Mercadona no sólo perjudica a las marcas que innovan, sino que destruye la competitividad y el crecimiento del mercado con barreras a la elección de los consumidores.
De esta forma, Mercadona ha aprovechado la crisis para primero bajar precios, después subirlos y sin mostrar productos de la competencia. De hecho, es la cadena de alimentación que menos oferta sobre un mismo producto en el mercado, mientras que los consumidores dejan de abrir sus puertas ya que el precio ha dejado de ser el único reclamo.
Ahora, en plena recuperación económica, las marcas han registrado un buen año 2015, con un ascenso del 2%, pero siguen sufriendo por el castigo de Mercadona, que solo vela por sus intereses, en vez de mirar al bien común. Una estrategia muy agresiva y que es rechazada por las grandes marcas, ya que se perjudica la creación de nuevos empleos, la buena marcha del sector y a los propios consumidores, a quienes se privan de nuevos sabores y experiencias con la comida.
Las marcas registran desde la irrupción de Mercadona ocho años consecutivos de descenso en la innovación, sin que no haya visos de que se frene la caída.
Asimismo, para que una marca española pueda lanzarse a la conquista del mercado exterior, necesita que su producto tenga cierto éxito entre los consumidores. Si todos realizaran la misma estrategia deMercadona, ninguna empresa alimenticia trataría de abordar el salto a otros mercados, debido a las barreras en el mercado doméstico. De esta forma, las grandes empresas de alimentación han relegado la innovación por no encontrar un mercado competitivo en el que el consumidor final tenga libre elección de producto.
Desde Promarca, asociación que preside Ignacio Larracoechea, reivindican la acción de los agentes del sector e incluso de la Administración ante esta lacra para implementar medidas que coarten intereses particulares frente al beneficio colectivo.
Destruir competitividad no es el camino
¿Cómo perjudica Mercadona la innovación con su marca blanca?
A. J. M.
Miércoles, 23. Diciembre 2015 - 15:19
Sin la innovación no hay crecimiento, ni creación de empleo ni valor añadido, tres pilares fundamentales para una economía. La política de Mercadona impide la entrada de nuevos productos.
La agresividad de Mercadona es contraproducente para la innovación en el sector de la alimentación en España. Los bajos precios reducen tanto los márgenes de las grandes marcas que han reducido drásticamente el número de innovaciones introducidas en España. Desde 2010, han bajado en 31%, según los datos del Radar de la Innovación de Kantar Worldpanel.
De hecho, el pasado 2014, se registraron tan solo 108 productos nuevos en el mercado, el mínimo de la historia, con una caída del 16% anual. No solo las cadenas de alimentación salen perjudicadas, también son víctimas de Mercadona los consumidores, ya que la innovación va en su propio beneficio, más cuando tratan de mejorar los productos existentes o bien crear nuevas experiencias.
Asimismo, la barrera a nuevos productos es perjudicial para el conjunto de la economía, más cuando con la innovación se crea valor añadido, empleo y crecimiento. En el informe de Kantar Worldpanel se pone de manifiesto que sin la innovación el mercado de yogures, por ejemplo, se reduciría hasta un 40%, en el sector del café tostado, sin la innovación, solo habría un 53% menos de la oferta del mercado.
La caída en el lanzamiento de estos nuevos productos se debe principalmente a Mercadona, que evita exponer los productos nuevos de otras marcas en los estantes, por lo que los clientes habituales no tienen opción de compra. De esta forma, Mercadona no sólo perjudica a las marcas que innovan, sino que destruye la competitividad y el crecimiento del mercado con barreras a la elección de los consumidores.
De esta forma, Mercadona ha aprovechado la crisis para primero bajar precios, después subirlos y sin mostrar productos de la competencia. De hecho, es la cadena de alimentación que menos oferta sobre un mismo producto en el mercado, mientras que los consumidores dejan de abrir sus puertas ya que el precio ha dejado de ser el único reclamo.
Ahora, en plena recuperación económica, las marcas han registrado un buen año 2015, con un ascenso del 2%, pero siguen sufriendo por el castigo de Mercadona, que solo vela por sus intereses, en vez de mirar al bien común. Una estrategia muy agresiva y que es rechazada por las grandes marcas, ya que se perjudica la creación de nuevos empleos, la buena marcha del sector y a los propios consumidores, a quienes se privan de nuevos sabores y experiencias con la comida.
Las marcas registran desde la irrupción de Mercadona ocho años consecutivos de descenso en la innovación, sin que no haya visos de que se frene la caída.
Asimismo, para que una marca española pueda lanzarse a la conquista del mercado exterior, necesita que su producto tenga cierto éxito entre los consumidores. Si todos realizaran la misma estrategia deMercadona, ninguna empresa alimenticia trataría de abordar el salto a otros mercados, debido a las barreras en el mercado doméstico. De esta forma, las grandes empresas de alimentación han relegado la innovación por no encontrar un mercado competitivo en el que el consumidor final tenga libre elección de producto.
Desde Promarca, asociación que preside Ignacio Larracoechea, reivindican la acción de los agentes del sector e incluso de la Administración ante esta lacra para implementar medidas que coarten intereses particulares frente al beneficio colectivo.
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