El último paso lo dio durante la reciente feria Colombiatex de las Américas 2010, celebrada entre el 26 y 28 de enero pasado. A su término, mientras se apagaban las luces de los pabellones en el recinto ferial, la sensación unánime era que había sido un éxito, pese a la crisis financiera.
El referente indiscutible de la moda colombiana y una de las pasarelas más destacadas de Latinoamérica, por detrás de las brasileñas, se está examinando ante el espejo desde todos los ángulos posibles y recapacita sobre qué quiere ser de mayor.
Atrás quedan los antiguos complejos de la adolescencia crepuscular, marcada por el acné de los cárteles de la droga; los horribles cambios de carácter provocados por las luchas entre narcotraficantes, guerrilleros, paramilitares y sicarios; y la caótica asimetría de sus formas, que la hacían la menos indicada para ser invitada al baile de fin de curso.
Pese al reverdecer de nuevos registros de violencia en los últimos meses, la capital antioqueña alcanzó la edad adulta segura de sí misma, con un desarrollo sostenible y cívico, gracias a un cambio de aspecto y mentalidad que irradia modernidad y vanguardia, a partir de la llegada a la alcaldía de Sergio Fajardo, en 2004.
Al frente de estos valores, la industria textil y de la moda se ha erigido en uno de los referentes de la ciudad, en una simbiosis de la que no se consigue adivinar si fue primero el huevo o la gallina.
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CIUDAD DE VANGUARDIA.
En todo caso, ambas se retroalimentan, como explica a Efe-Reportajes el secretario de Planeamiento de la Alcaldía de Medellín, Mauricio Valencia, quien considera que la ciudad genera transformación en todos los sentidos, desde la moda hasta la arquitectura, para convertir el diseño en un "icono" de la ciudad.Y es que la moda y el textil conforman un vector "trascendental" para fortalecer Medellín como ciudad de vanguardia, como demuestra la inversión de ocho millones de dólares que han aportado en los últimos cinco años las dos ferias de la ciudad, según Valencia.
En un mismo sentido, el director de Investigación de Mercados de la empresa textil colombiana Lafayette, Leonardo Andrés Baena, considera que Medellín "le aporta a la moda la parte cultural, la alegría, la amabilidad. Representa a la mujer latinoamericana, sensual, exótica, libre, alegre".
Pero a la pasarela antioqueña no le basta con haberse desquitado de sus complejos, ahora busca definir su personalidad, diferenciarse del resto y no ser una más. Así, feminidad, diseño y calidad son la apuesta de la Medellín del siglo XXI, virtudes alejadas de aquella urbe que en los ochenta y noventa encabezaba la lista de ciudades más peligrosas de Sudamérica.
A juicio de Baena, la moda transforma los entornos, pasando de la funcionalidad a la emoción: "Nuestra industria debería tomar la bandera de la transformación y del arte, ese debería ser el lema principal de un futuro hacia donde proyectarnos y crecer".
¿POTENCIA REGIONAL O POTENCIA MUNDIAL?.
La mayoría de expertos en mercadotecnia consultados por Efe-Reportajes en Colombiatex coinciden en que Medellín debe ahora adquirir una personalidad propia, ante la dificultad de competir directamente con las pasarelas brasileñas, e incluso las mexicanas o las argentinas, con economías más potentes.¿Pero debe Medellín no renunciar a esa perspectiva internacional?. Para el director ejecutivo de Inexmoda, organizador de las ferias, Carlos Eduardo Botero, una opción sería convertir a Colombia en la "potencia regional de Latinoamérica”, en lugar de suspirar por ser una potencia mundial, como Brasil.
"Brasil ya está más expuesta fuera de Latinoamérica, sus pasarelas son muy internacionales", explica Botero, para quien lo importante es recuperar la perspectiva latinoamericana y convertirse en "la Milán de América Latina", como asegura, por su lado, el presidente de la Cámaras de Comercio de Italia, Mario Bocelli.
Camilo Herrera, presidente de Raddar, empresa colombiana de análisis de consumo, considera que la verdadera batalla en el mercado global se encuentra en el diseño, liderado por Europa y Estados Unidos pero en el que Suramérica tiene gran potencial.
"América Latina empieza a surgir con la diferencia de que, como Estados Unidos y Europa, no tiene estaciones. Lo que tenemos es una paleta de colores que Europa no tiene en sus mejores veranos. La batalla, si la queremos dar, será en diseño y creatividad", agrega.
Para poder lograr esa identidad propia, las pasarelas colombianas deben potenciar su creatividad, innovación, colores y manejo de texturas y diseños; un desarrollo basado en tres puntas de lanza: lencería femenina, la joya de la corona; ropa vaquera y casual, uno de los principales fuertes de Medellín; y la alta costura, más definida en la pasarela bogotana.
EL ANCLA VENEZOLANA Y OTROS MIEDOS.
En la conferencia inaugural de Colombiatex, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, expresó su confianza en recuperar "lo perdido en 2009", en referencia al desplome de las exportaciones a Venezuela, que sólo en el sector textil cayeron un 45 por ciento.Para Camilo Herrera, de Raddar, una vez cerrada la ruta a Venezuela, gran importador de textiles colombianos, "toca diversificar para otros lados" y abrir mercados como Perú, Centroamérica y Brasil, y también recuperar a Ecuador.
Por su lado, Arturo Rodríguez, director para América Latina de Spesa, unión de empresas internacionales con sede en Estados Unidos, alerta de que Perú viene pisando fuerte en el sector textil en detrimento de Colombia, que no ha logrado un tratado de libre comercio con Estados Unidos, a diferencia del país vecino, y tiene la dependencia del algodón.
"Su industria textil está fortísima, su industria de confección ha ido mejorando, tienen el Tratado de Libre Comercio (con EEUU) y están haciendo las cosas muy bien. Tienen muy claro dónde quieren ir y ya no solo copian, sino que tienen diseño", apunta en alusión a Perú.
Además, haber perdido el mercado venezolano, a causa de las discrepancias entre los gobiernos de ambos países, supone un torpedo en la línea de flotación de la economía colombiana.
Por estos motivos, representantes de empresas colombianas coinciden en que en Colombia no se han tomado las decisiones correctas, al estar acostumbrados a que la competitividad de este país radique en un factor diferencial de tasa de cambio.
"Colombia tiene que entender que la competitividad no está en precio, sino en valor agregado, diseño, creatividad y un aporte cultural al diseño de moda", señala el representante de Raddar, quien invita a las empresas de este país a "romper su corsé", apostar por superar a los vecinos y crear marcas internacionalmente reconocidas.
"Hay que romper ciertos mitos y dejar de ser tan parroquiales y provinciales -constata-. Tenemos que entender que hay que ser globales".
Y es que a pesar de ser conscientes de los obstáculos en la dura maratón de la moda y el textil, donde no gana el que más corre sino el que mejor aprovecha sus energías y potencialidades, las empresas colombianas saben sobradamente que el camino será duro, pero también que la meta es totalmente alcanzable.
"Colombia tiene todo para triunfar -concluye Arturo Rodríguez, de Spesa-, y la gente colombiana lo está haciendo. A veces hay desesperación, pero está sin duda en el camino correcto". ADMINISTRACION DE LA CADENA DE ABASTECIMIENTO, MONTAJE Y OPERACION DE TIENDAS Y SUPERMERCADOS, INVESTIGACION DE MERCADOS CUALITATIVA Y CUANTITATIVA.
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Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
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