La ropa para dormir también puede ser un nicho de negocio
Bathinda crea rendas con diseño y telas resistentes; factura $ 60.000 por mes.
Las ganas de trabajar en un proyecto propio y la vocación por la industria textil se unieron para que Sonia Bunge y su esposo, Germán Vinuesa, crearan Bathinda, una firma de diseño de pijamas y ropa para dormir.
"Bathinda hace ropa cómoda para estar en casa. Sirve para dormir, para regar y para atender al delivery. Ese es nuestro nicho", dijo Bunge. La línea de mujeres es la principal, pero también tienen opciones para niños y hombres.
La particularidad de Bathinda es que permite combinar las prendas. Así, el consumidor puede elegir la remera y el pantalón que más le guste o le resulte más cómodo. "Una de las claves es la flexibilidad para combinar las prendas, es algo que los consumidores aprecian mucho", dijo Vinuesa. Esta práctica es más habitual en grandes tiendas del exterior.
Ella es administradora de empresas y trabajó en una importante empresa de retail, donde hizo experiencia en el rubro textil antes de lanzarse con su propio emprendimiento. "Yo desde los 17 años decía que quería tener mi propia empresa de ropa, no sabía cómo", contó.
El es ingeniero industrial y estaba cansado de la política de recursos humanos de las grandes corporaciones. Vinuesa explicó: "Nos dimos cuenta de que en las grandes compañías terminás siendo un número y se pierde la motivación. No queremos que pase eso en nuestra empresa".
La elección de la ropa para dormir como nicho surgió luego de un estudio de mercado y de la experiencia propia. "El casamiento y la maternidad son dos momentos típicos en que las mujeres queremos comprar pijamas. Ahí me di cuenta de que la oferta era escasa, con productos muy caros o de mala calidad", dijo Bunge.
Bathinda es el nombre de una ciudad de la India, productora de un algodón conocido por ser suave y resistente. "Eso es lo que queremos transmitir con nuestros productos cómodos y duraderos", comentó Vinuesa. La firma se lanzó hace dos años y hace un año finalmente pudo abrir su primer local, en el barrio de Recoleta.
Actualmente la confección de Bathinda es tercerizada. Un 70% del total de prendas se produce en la Argentina y un 30% se importa. La parte inferior o pantalones los importan desde Myanmar, Asia, y antes lo hacían desde la India. Las remeras o partes de arriba las hacen en el país.
Competitivos
Bunge trabaja junto a una diseñadora para los estampados de las telas de las prendas que importan y también para el diseño de las prendas que se realizan acá. "Lo que hacemos afuera es más competitivo en precio y se pueden pedir menos cantidades. La Argentina tiene más calidad para las prendas de arriba", explicó.
El precio de los pijamas va desde los 80 pesos hasta un máximo de 180 pesos el conjunto más completo. Bathinda factura, desde la apertura del local, un promedio mensual de $ 60.000. Este año proyecta llegar a un total anual de un millón de pesos.
Bathinda participó en 2008 del programa Buenos Aires Emprende de la Subsecretaría de Desarrollo Económico del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, con el patrocinio de la Fundación Endeavor. Allí ganó un aporte no reembolsable de $ 40.000 que le sirvió para abrir su primer local, en el barrio de Recoleta. "El aporte del gobierno nos dio mucho oxígeno para instalarnos y fue muy importante la consultoría que nos hizo Endeavor", destacó Vinuesa.
La inversión inicial para armar la SRL y hacer la primera compra de mercadería fue de 40.000 pesos. Hoy, además de los socios trabajan tres empleadas y colaboran otras 10 personas.
Tienen una visión social de su emprendimiento, cuyo objetivo mayor a largo plazo es poder tener un taller de confección propio para dar trabajo y capacitación a desocupados. "Los primeros años queremos consolidar la marca con la apertura de locales, la posibilidad de dar franquicias y generar más volumen de producción, para poder tener producción propia y crear puestos de trabajo", contó Vinuesa.
Bunge viaja para buscar tendencias en el exterior, que luego plasma la diseñadora. En conjunto eligen la paleta de colores, los moldes y la temática. Vinuesa se encarga de la parte administrativa, financiera y logística.
"Hicimos un mapeo y nuestro público objetivo es de nivel ABC1. Por eso buscamos localizaciones en Recoleta, Belgrano o Palermo", dijo Vinuesa. También venden como mayoristas a locales multimarcas y producen para otras marcas.
(Fuente: La Nación)
Las ganas de trabajar en un proyecto propio y la vocación por la industria textil se unieron para que Sonia Bunge y su esposo, Germán Vinuesa, crearan Bathinda, una firma de diseño de pijamas y ropa para dormir.
"Bathinda hace ropa cómoda para estar en casa. Sirve para dormir, para regar y para atender al delivery. Ese es nuestro nicho", dijo Bunge. La línea de mujeres es la principal, pero también tienen opciones para niños y hombres.
La particularidad de Bathinda es que permite combinar las prendas. Así, el consumidor puede elegir la remera y el pantalón que más le guste o le resulte más cómodo. "Una de las claves es la flexibilidad para combinar las prendas, es algo que los consumidores aprecian mucho", dijo Vinuesa. Esta práctica es más habitual en grandes tiendas del exterior.
Ella es administradora de empresas y trabajó en una importante empresa de retail, donde hizo experiencia en el rubro textil antes de lanzarse con su propio emprendimiento. "Yo desde los 17 años decía que quería tener mi propia empresa de ropa, no sabía cómo", contó.
El es ingeniero industrial y estaba cansado de la política de recursos humanos de las grandes corporaciones. Vinuesa explicó: "Nos dimos cuenta de que en las grandes compañías terminás siendo un número y se pierde la motivación. No queremos que pase eso en nuestra empresa".
La elección de la ropa para dormir como nicho surgió luego de un estudio de mercado y de la experiencia propia. "El casamiento y la maternidad son dos momentos típicos en que las mujeres queremos comprar pijamas. Ahí me di cuenta de que la oferta era escasa, con productos muy caros o de mala calidad", dijo Bunge.
Bathinda es el nombre de una ciudad de la India, productora de un algodón conocido por ser suave y resistente. "Eso es lo que queremos transmitir con nuestros productos cómodos y duraderos", comentó Vinuesa. La firma se lanzó hace dos años y hace un año finalmente pudo abrir su primer local, en el barrio de Recoleta.
Actualmente la confección de Bathinda es tercerizada. Un 70% del total de prendas se produce en la Argentina y un 30% se importa. La parte inferior o pantalones los importan desde Myanmar, Asia, y antes lo hacían desde la India. Las remeras o partes de arriba las hacen en el país.
Competitivos
Bunge trabaja junto a una diseñadora para los estampados de las telas de las prendas que importan y también para el diseño de las prendas que se realizan acá. "Lo que hacemos afuera es más competitivo en precio y se pueden pedir menos cantidades. La Argentina tiene más calidad para las prendas de arriba", explicó.
El precio de los pijamas va desde los 80 pesos hasta un máximo de 180 pesos el conjunto más completo. Bathinda factura, desde la apertura del local, un promedio mensual de $ 60.000. Este año proyecta llegar a un total anual de un millón de pesos.
Bathinda participó en 2008 del programa Buenos Aires Emprende de la Subsecretaría de Desarrollo Económico del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, con el patrocinio de la Fundación Endeavor. Allí ganó un aporte no reembolsable de $ 40.000 que le sirvió para abrir su primer local, en el barrio de Recoleta. "El aporte del gobierno nos dio mucho oxígeno para instalarnos y fue muy importante la consultoría que nos hizo Endeavor", destacó Vinuesa.
La inversión inicial para armar la SRL y hacer la primera compra de mercadería fue de 40.000 pesos. Hoy, además de los socios trabajan tres empleadas y colaboran otras 10 personas.
Tienen una visión social de su emprendimiento, cuyo objetivo mayor a largo plazo es poder tener un taller de confección propio para dar trabajo y capacitación a desocupados. "Los primeros años queremos consolidar la marca con la apertura de locales, la posibilidad de dar franquicias y generar más volumen de producción, para poder tener producción propia y crear puestos de trabajo", contó Vinuesa.
Bunge viaja para buscar tendencias en el exterior, que luego plasma la diseñadora. En conjunto eligen la paleta de colores, los moldes y la temática. Vinuesa se encarga de la parte administrativa, financiera y logística.
"Hicimos un mapeo y nuestro público objetivo es de nivel ABC1. Por eso buscamos localizaciones en Recoleta, Belgrano o Palermo", dijo Vinuesa. También venden como mayoristas a locales multimarcas y producen para otras marcas.
(Fuente: La Nación)
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Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
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