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martes, agosto 14, 2018

Almacenes de descuento están cautivando a los caleños a la hora de mercar

Fuente: El pais.com.co

Almacenes de descuento están cautivando a los caleños a la hora de mercar
Agosto 12, 2018 - 11:50 p.m. Por:
Redacción de El País



A la hora de mercar las familias caleñas se enfocan hoy en busca de una mayor economía. Ir a varios almacenes por las promociones o precios bajos es la tendencia. Se impone la multifidelidad.

Foto: Archivo de El País

A la hora de hacer mercado muchas familias siguen prefiriendo la tienda de barrio, el supermercado, o el almacén de cadena, pues es una práctica muy arraigada en los hogares. Sin embargo, los almacenes de descuento están cautivando ahora con fuerza a los nuevos compradores. Por ello, los consumidores se están inclinando cada vez más hacia la búsqueda de productos favorables para su bolsillo.

“En ciudades como Cali, a las tiendas de descuento, como D1, les va muy bien. Lo que viene cambiando los hábitos de compra es que las personas están acudiendo ahora con mayor énfasis a aquellos sitios que ofrecen artículos más baratos, aunque otras continúan adquiriéndolos en los canales tradicionales como la tienda o el supermercado”, dice Camilo Herrera, presidente de la firma de mercadeo Raddar.

Sin embargo, recalca que si se comparan los precios entre un almacén Éxito y un D1, por ejemplo, las diferencias podrían oscilar entre un 10 %, o un 15 % en promedio.

“Pero hay ciertas categorías en las que la diferencia llega hasta el 40 %. La leche, las galletas, el pan, productos de aseo personal y del hogar, son algunas de esas categorías”.

“Al principio las personas iban a D1 o Ara por publicidad, para ver cuáles eran los precios y qué tan barato resultaba y se enteraron de las marcas que había. Lo que causa todo esto es que la gente realiza ahora más misiones de compra. Antes solo iba al Éxito, pero ahora se dirige a D1, a Price Smart y a la tienda de barrio para comparar precios”, anota Herrera.

Lea también: Las Apps que revolucionan la forma de comprar de los caleños

Hernán Restrepo y Luz Stella Cruz son un ejemplo. Compran en diferentes almacenes de Cali. “Nosotros sabemos que los martes hay 20 % de descuento en frutas y verduras en La 14. Ese día la libra de lulo nos sale a $1400, mientras en la galería Alameda cuesta $1800, los sábados.

Pero en la plaza compramos la mayoría de veces, porque una ventaja adicional es que allá no pagamos IVA. “Buscamos calidad, pero también menores costos”, cuenta Restrepo.

Y cuando mercan en cadenas como Price Smart, cuyos productos vienen en presentaciones y paquetes de mayores cantidades, eso genera les igualmente economía en tiempo y dinero.

“En Price Smart compramos el jabón líquido para la ropa. Por dos productos pagamos $38.000, mientras uno solo en otro almacén o supermercado nos cuesta $24.000”, expresa Cruz.

Igual ocurre con el aceite. Un frasco de 5000 centímetros cúbicos de una reconocida marca americana vale $37.000 allí, mientras en otros lugares el valor de uno de 2000 centímetros se consigue en $32.000.

Frente a esta tendencia, Jaime Rafael Ahcar, doctor en ciencias
económicas de la Universidad Javeriana de Cali, asegura que esta condición a la hora de realizar compras no es nueva del todo.

“El mundo sí ha cambiado, al igual que los hábitos de consumo, pero no es cierto que antes se comprara todo en un solo almacén. Recuerdo que las frutas y verduras se adquirían en la plaza de mercado y los demás productos en los supermercados de la época”, precisa.

Y continúa: “Hace unos 15 años, surgieron los hipermercados, un concepto innovador porque trajo la idea de que no se tiene que ir a muchos sitios para comprar todo el mercado, porque allí una persona encuentra todo lo que necesita, desde ropa hasta productos de la canasta familiar”.

Pero ahora el mundo se ha venido transformando en materia comercial porque han entrado a escena las cadenas de bajo costo que tienen la capacidad de proveer cierto tipo de productos, no todos, pero sí la mayoría a unos precios más económicos.

“El consumidor moderno está pendiente de los precios bajos y es un poco más exigente con la calidad. Se está enfocando en los sitios donde encuentra la relación precio-calidad y si tiene que desplazarse a otros para adquirir un producto favorable, lo hace”, señala.

Datos

Según el experto Jaime Rafael Ahcar, en Cali las personas han creado multifidelidades. Es decir, están haciendo mercado en diversos sitios cada vez más.

Panal de huevos.En Price Smart se pueden comprar dos panales de huevos, es decir, 60 unidades desde $12.000. En otros almacenes uno solo puede costar $8.000.

Cebolla larga. La libra de cebolla larga en la galería Alameda tiene un precio de $1500 y en un almacén de cadena puede costar hasta $4000.

Champú. Un litro y medio (1500 c.c. cúbicos) de champú en Price Smart cuesta $38.000. Mientras en otros almacenes este mismo producto de solo 400 c.c. vale alrededor de $18.000.

Carne. En La 14 una libra de lomo viche (carne de res) puede costar $22.000 y en la galería Alameda en La Sevillana tiene un valor de $15.000.

domingo, agosto 12, 2018

COLOMBIA - Bienvenida la revolución de los ‘precios justos’

Fuente: Portafolio.co

11 de Agosto de 2018
Bienvenida la revolución de los ‘precios justos’

Por: Carlos Fernando Gaitán
PUBLICADO EN: NEGOCIOS Y MOVIDAS
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Ya es hora de que empecemos a llamar a esta tendencia del mercado por su verdadero nombre. Por mucho tiempo ha recibido la denominación de ‘negocios de bajo costo’. Pero no más. El calificativo que debe recibir, de ahora en adelante, es el de ‘negocios de precios justos’, como los bautizó en un comentario el director económico de Fenalco, Rafael España.

Estoy hablando de todas estas empresas que hoy en día le están ofreciendo la posibilidad al consumidor de adquirir productos de buena calidad a precios que están años luz de las marcas tradicionales y mucho más cerca de millones de bolsillos de los colombianos.

Esta revolución de precios justos llegó para quedarse. Y la podemos percibir en las diferentes ramas del mercado: aerolíneas, tiendas de café, supermercados, gimnasios, agencias de viajes, hoteles, moda, telefonía móvil, etc.

Los casos más recientes y exitosos de esta nueva tendencia son los de las cadena de tiendas de café y panadería Tostao, supermercados Justo & Bueno y D1 y el de la aerolínea VivaColombia, entre otros.

Sin embargo, ya existían en el mercado experiencias exitosas que marcaron un verdadero hito, como por ejemplo cuando Alfonso Ávila fundó AeroRepública y casi que al mismo tiempo surgieron los hoteles Decameron. Eran tiempos en que los pasajes para ir a destinos como San Andrés, Cartagena y Santa Marta estaban literalmente por las nubes, al igual que los precios de los hoteles que solo se llenaban en temporada alta a precios impagables para la gran mayoría de los colombianos.

La alianza que hicieron estos dos importantes emprendimientos revolucionó el mercado del turismo en Colombia y permitió que miles de familias colombianas pudieran hacer realidad el sueño de viajar en avión y conocer el mar a un precio verdaderamente justo.

Y poco después de que Ávila vendiera su compañía a Copa, donde se perdió el concepto de precio justo que traía AeroRepública, el empresario fundó EasyFly y su éxito ha sido arrollador.

Y poco a poco las mismas cadenas de supermercados como el Éxito, Carulla y Olímpica, entre otras, empezaron a promocionar productos propios que con precios muchos más razonables compiten con las marcas tradicionales, especialmente aquellas que hacen parte de la canasta familiar.

Pero esta reflexión sobre los ‘negocios de precios justos’ tiene que ir mucho más allá y espero que muchos economistas y expertos en mercados sienten cátedra al respecto.

Por eso cabe hacerse esta reflexión: ¿Si se pueden vender productos y servicios de buena calidad a precios razonables… será que entonces por décadas nos engañaron a los consumidores con precios inflados?

Es obvio que las compañías que producen las marcas líderes del mercado conocían desde hace mucho los secretos de producir a bajo costo. Lo que pasa es que nunca nos lo contaron y, por lo tanto, nunca se reflejó en los precios de sus productos esa reducción en los costos de producción.

De ahí que sus ganancias siempre han sido multimillonarias a costillas de los bolsillos de los consumidores.

Pero con la llegada al mercado de estas empresas de precios justos’, las cosas han empezado a cambiar. Para el año 2015, como lo reveló EL TIEMPO, el panel de hogares de la firma Nielsen advertía que el 68 por ciento de los consumidores de las ya reconocidas tiendas D1, por ejemplo, eran hogares que antes iban a otros establecimientos, especialmente supermercados de cadena e independientes.

Y hoy muy seguramente ese porcentaje podría ser mayor. La consolidación de cadenas como el mismo D1, Tostao, ARA y Justo & Bueno, entre otras, así lo demuestran.

Así que bienvenida esta revolución de ‘negocios de precios justos’ que han aliviado el bolsillo de millones de familias colombianas.