martes, marzo 10, 2009

Tendencia a la baja







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Tal como ocurre en el deporte, en la economía hay marcas que perduran durante años. Eso es precisamente lo que le puede ocurrir a las exportaciones colombianas después de lo sucedido en el 2008, cuando las ventas externas del país alcanzaron la cifra sin precedentes de 37.626 millones de dólares. El resultado no solo significó un aumento de 25,5 por ciento frente al guarismo registrado en el 2007, sino que es casi 3,5 veces el registrado una década atrás, lo cual demuestra que los vientos han soplado a favor del mayor intercambio. Y es que las compras de productos del resto del mundo también crecieron en proporción similar, con lo cual fue mayor la inserción del país en la economía global, así los indicadores nacionales estén muy por debajo de los de otros Estados de América Latina.

Pero en las actuales circunstancias, la preocupación es otra. Esta tiene que ver con el impacto de la disminución que pueden tener tanto los menores precios de las materias primas, como la contracción de la demanda en mercados tan importantes como el norteamericano o el europeo. Debido a esas circunstancias, diversos expertos calculan que las exportaciones podrían caer por debajo de los 30.000 millones de dólares en el 2009, rompiendo la evolución al alza que se había mantenido sin interrupción desde hace más de un lustro.

Semejante previsión, más que mala o buena, es inevitable a la luz de la presente coyuntura. Si en algo sirve de consuelo, basta con observar la crítica situación de Taiwán, Corea del Sur o el propio Japón, que han visto desplomarse la venta de sus artículos manufacturados, comenzando por los automóviles, pasando por las confecciones y llegando a los electrodomésticos. Falta ver, por supuesto, si en el caso colombiano las importaciones también caen por cuenta de la desaceleración interna y por la fuerte devaluación del peso que ha encarecido los bienes traídos de afuera. Pero mientras ese dilema se define, vale la pena analizar el desempeño de los principales productos y mercados, pues de su suerte dependerá no solo el equilibrio externo, sino también el propio desempeño de la economía.

Así las cosas, es indudable que el mayor impacto será sentido en los despachos de petróleo y sus derivados, que en el 2008 llegaron a 12.212 millones de dólares. A pesar de que los volúmenes han aumentado de la mano de la mayor producción interna de crudo, estos no alcanzan a compensar la reducción en el precio internacional que hace un año estaba por encima de los 107 dólares por barril y que ayer cerró en 47 dólares. Ante la volatilidad vivida, resulta aventurado hacer un pronóstico para todo el año, pero es indudable que la época de las cotizaciones récord quedó atrás, por lo menos hasta que sea superado el bache actual. En consecuencia, no hay que sorprenderse si las exportaciones por este concepto caen a la mitad.

Un poco menos preocupantes son las perspectivas en materia de carbón, cuyas ventas llegaron a 5.043 millones de dólares el año pasado. Por un lado, la baja en los precios internacionales ha sido fuerte, pero menos pronunciada. Por otro, existe la posibilidad de aumentar los envíos después de que cayeran a 63,5 millones de toneladas en el ejercicio que acaba de terminar. No obstante, las mejores perspectivas están en café, cuyos niveles de precio se han beneficiado de una estrechez en la oferta mundial. Tal como van las cosas, es bien probable que las ventas del grano suban, lo cual de paso sería clave para la economía. Y es que el producto sigue siendo la base de la producción agrícola y un mayor precio interno puede beneficiar hasta a medio millón de familias vinculadas a la caficultura.

En contraste, el panorama es complejo a la hora de evaluar las exportaciones no tradicionales. Si bien la situación cambiaria le ha devuelto la competitividad a los productores nacionales, la inquietud ahora tiene que ver con la suerte de mercados importantes como Estados Unidos, Venezuela y Ecuador. Y en esa materia, hay casos de cancelación de pedidos, como le ha sucedido a las confecciones, acompañados de una estabilidad relativa, como ocurre con las flores. Pero en general todo apunta a un desempeño mediocre, con lo cual el país se podría dar por bien servido si en este renglón logra conservar el nivel de ventas del año pasado.




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