martes, noviembre 04, 2008

'El TLC es prioritario para Colombia, aún con un E.U. en crisis': Javier Díaz Molina



Foto: Diego Caucayo
"Cuando se hace el balance, con esta crisis

internacional, se puede observar que el Emisor

ha hecho la tarea. La economía está en mejores

condiciones que la de muchos países

de la región para soportar la crisis", dijo Javier Díaz Molina.

El presidente de Analdex habló con PORTAFOLIO.COM.CO sobre el estado del sector exportador, y la disposición del gremio de devolver al Gobierno la ayuda prestada durante la caída del dólar.

¿Hasta donde es conveniente firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con un Estados Unidos en recesión, o por lo menos sumergido en una crisis tan profunda?

Para Colombia sigue siendo fundamental tener un TLC con E.U. debido a que es nuestro principal socio comercial. Alrededor del 40 por ciento del total de nuestras ventas va a ese mercado. La preocupación que tenemos es que aún con una economía debilitada, E.U. va continuar siendo un mercado importante. Y los competidores nuestros, aquí en la región, para no ir muy lejos, ya tienen TLC.

Entonces, cuando uno mira Canadá, México, toda Centroamérica, República Dominicana, Perú, Chile, y Colombia no, pues nos empezamos a preocupar, porque podemos ser desplazados por esos países, dado que ellos tienen definidas sus reglas de juego a largo tiempo, y en cambio nosotros estamos con temporalidades de 1 año que hacen difícil mantener unas relaciones de largo plazo.

¿Es una prioridad aún con la reducción del consumo la demanda que presenta E.U.?

Sí, porque eso nos va afectar a todos. Pero, aquel que tenga TLC va a estar en mejores condiciones no solo en la coyuntura, sino en el largo plazo.

¿Cuál sería el caso de Europa en cuanto a tratados comerciales con la Eurozona, teniendo en cuenta que la crisis también la están viviendo ellos?

Estamos por el momento con unas preferencias que nos permiten ingresar con 0 por ciento de arancel para el universo de productos que elaboramos. Están por fuera solo tres productos agrícolas. Pero tenemos interés en definir una normativa de largo plazo con la Unión Europea, el problema es que la U.E. estableció normas de juego complejas, entre ellas negociar con la comunidad andina como un bloque. Y eso no ha sido posible, y creo que no va a ser posible.

Entonces, las posibilidades de avanzar en una negociación con la U.E. están en que se abran las posibilidades de llegar a un acuerdo bilateral, o por subgrupos. Colombia y Perú podrían ir en una negociación, diferente a la que abordarían Bolivia y Ecuador. Esto, indudablemente, tiene unas repercusiones para la unidad de la comunidad andina, políticamente tiene sus inconvenientes, pero cualquier posibilidad de negociar con la Eurozona pasa por esas circunstancias. Es que tenemos posiciones muy diferentes con Ecuador y Bolivia.

¿Cree usted que sea posible firmar tratados de libre comercio con países como China?

Pues yo creo que estamos en una coyuntura difícil para adelantar una negociación de ese tipo. En épocas de crisis las economías nacionales se tornan más proteccionistas. Es indudable que si uno quiere profundizar las relaciones con esos países, vamos a tener que hacerlo, máxime cuando los acuerdos multilaterales, (como el de la OMC) no avanzan.

Si no tenemos multilaterales que nos permita potenciar el comercio, la salida es acuerdos bilaterales. Cuando uno mira a Colombia, y hace unos años decíamos que el referente era Chile porque ha firmado acuerdos con tantos países, en un abrir y cerrar de ojos Perú nos pasó, y ahora ya tiene acuerdos importantes con Asia.

Entonces, nos estamos quedando atrás. De ahí la preocupación de ver cómo logramos avanzar. Particularmente con regiones como Asia. Ahí está el interés de entrar en una negociación para la adhesión de Colombia con el denominado P4, donde está parte de los países del continente asiático.

¿Cuál ha sido el impacto de la actual crisis financiera global sobre los exportadores colombianos?

La crisis financiera la hemos sentido de manera directa a través del financiamiento. Las líneas de crédito de corto plazo, que son las destinadas a financiar el comercio exterior, se han vuelto mucho más difíciles y costosas.

Los créditos (de corto plazo) que financian importaciones y exportaciones, y que se tomaban a 180 días, ahora es posible tomarlos pero a 90 días. Y la tasa de interés se ha incrementado. Mientras uno estaba antes de esta coyuntura con tasas de Libor +2 por ciento, ahora se habla +6, +7, y +8 por ciento.

Ahora, el otro elemento es el relativo al mercado, ahí no hemos sentido todavía el impacto. Muy seguramente el rezago lo vamos a sentir en 2 o 3 meses. Mi mayor preocupación radica en qué va a pasar el año entrante. Qué sucederá con un mercado como el de E.U. cuando ya se empieza a hablar de una economía que entra en recesión. Qué podría darse con un mercado como el de Venezuela, cuando el petróleo cae por debajo de los 60 dólares.

Y, pensar en Ecuador, que también es una economía que depende del crudo. Muy seguramente el sector exportador va tener una caída en sus ventas, no solo por la baja en los precios de los productos básicos, sino también por otros bienes, como las manufacturas.

Es indudable que la economía de Venezuela va a ser muy diferente hoy con precios de cerca de 65 dólares el barril de petróleo, a una economía que venía a 150 dólares el barril de petróleo.

¿Cómo han sentido los exportadores la desaceleración de la economía nacional?

Entra a agudizar el problema. Ahí la mayor preocupación es qué va a pasar con el empleo, y la otra preocupación de cara a la finalización del año es todo el tema de la negociación salarial. En esta coyuntura veo bien complicada esa negociación, maxime cuando los trabajadores perciben que han perdido parte de su salario real por el incremento de la inflación. Ellos van a querer un aumento superior y ahí vamos a tener serias dificultades para tener un consenso en esa negociación.

¿Deben temer los exportadores?

Es indudable. Hoy tenemos una mejor tasa de cambio pero la gran incertidumbre es qué va a pasar con el mercado. Uno puede tener precio, pero si no tiene compradores, la cosa empieza a ser preocupante.

En enero los exportadores solicitaron ayuda por la caída del dólar y el Gobierno les dio subsidios. En esa época el dólar estaba a 2.000 pesos. ¿Ahora que la divisa se cotiza a 2.400, no es posible que se devuelva parte de esa ayuda?

Parte de lo que se desarrolló con las ayudas fue un Cert (Certificado de Reembolso Tributario) del 4 por ciento que se entregó para las exportaciones. El año pasado para las del primer semestre del 2007, y este año se hicieron dos ayudas, una para las de febrero - marzo, y otra para abril - mayo - junio.

Eso ayudó a evitar la preocupación por el ajuste en los empleos (mediante despidos de personal), dada la caída de la rentabilidad de la actividad exportadora. Ahora cuando viene la recuperación, es claro que se debe esperar no solamente un sostenimiento de ese empleo, sino una contribución del sector exportador por vía impositiva. En la medida en que las empresas tengan utilidades, vamos a retornarle al Estado vía impuestos.

¿Por qué si se revalúa el peso, se quejan los exportadores?

Cuando tenemos una apreciación de nuestra moneda local nos encontramos con una situación que es difícil para los exportadores: tenemos una inflación que incrementa los costos pero, vía tasa de cambio, los ingresos se quedan quietos.

En la coyuntura pasada teníamos que en los últimos años vino un proceso de apreciación de la moneda que nos llevó a que tuviéramos la misma tasa de cambio del 2009. Ahora, en los últimos nueve años, la tasa de cambio ha estado quieta y la inflación ha subido un 70 por ciento. Entonces, de 1999 a hoy tenemos un crecimiento en los costos del 70 por ciento pero mis ingresos están igual.

¿Contra qué va eso? Contra aumentos de productividad. Yo necesito con los mismos recursos producir más, o disminuir los costos para poder compensar ese incremento que se da debido a la inflación. ¿Cómo se hace? Mediante recortes de personal.

Le pongo un ejemplo para entender la situación: si uno tiene un salario mínimo, que en Colombia en números redondos puede estar en el orden de 400.000 pesos, y la tasa de cambio está en 2.000, para pagar ese salario necesito 200 dólares. Pero, si el peso se aprecia y la tasa de cambio está en 1.000 pesos, yo ya no necesito 200 dólares, requiero 400 dólares para pagar el mismo salario de 400.000 pesos. Y, entonces, ¿los empresarios qué empiezan a hacer?, pues a cambiar mano de obra por maquinaria.

¿Cómo está el sector exportador con la actual tasa de cambio?

Los esfuerzos que tuvieron que hacer los empresarios en materia de productividad y costos los llevó a que esos incrementos que tenemos en la tasa de cambio afecten positivamente la rentabilidad de la actividad. Por eso la preocupación, ahora, es qué va a pasar con el mercado. Vamos a tener unas empresas dispuestas a vender, dispuestas a producir, porque el precio nos ayuda, pero el gran interrogante es qué pasa con el mercado.

¿Cómo considera usted que el Banco de la República ha manejado ese dilema entre controlar la inflación y en su propósito constitucional, impactar o generar que el dólar caiga?

Uno puede tener diferencias con el Emisor, pero cuando se hace el balance después de que estamos en una situación de crisis internacional, se puede observar que el Banco de la República ha hecho la tarea. La economía está en mejores condiciones que la de muchos países de la región para soportar la crisis, y en buena medida eso debe a la función que ha cumplido el banco.

Hay que reconocerle que puso a la economía en unas condiciones de menor susceptibilidad a ser afectado, y que si de alguna manera recibiremos el impacto por cuenta de estas economías globalizadas, vamos a estar en mejores condiciones.

¿Por qué es tan difícil definir nuevos países a quien exportar, y de esa forma reducir la dependencia de E.U. y Venezuela?

Es indudable que simpre ha existido una dependencia excesiva del mercado de E.U. y Venezuela. Casi el 40 por ciento de nuestras exportaciones totales va al mercado de E.U. y buena parte de nuestras exportaciones no tradicionales (de manufacturas) va al mercado venezolano. Hemos concentrado nuestras exportaciones a estos países con todo el riesgo que eso implica. Es claro que una situación de crisis económica o política (en esos países) nos pone en una situación difícil.

En buena medida, el patrón de producción de Colombia está montado sobre el de consumo de E.U. La característica de ese patrón de consumo es gran volumen y bajo precio, y sobre ese nos hemos montado. Hay que entender que los otros patrones de mercado, como los de Europa y Asia, no funcionan así.

Por ejemplo, en el caso del viejo continente, el precio es secundario frente a variables como calidad, exclusividad, y diseño de los productos. Uno maneja volúmenes mucho más pequeños y el precio no es la variable relevante.

El caso de Asia: allá, además de haber un patrón de consumo diferente, hay un tema cultural. Los asiáticos no hacen negocios con el primero que aparece, primero desarrollan una relación casi que de amistad, y nosotros queremos resultados inmediatos. Nos chocamos con esa cultura. Es por eso que empresas que han querido entrar a esos mercados no han podido porque no se han adaptado a la producción de esos mercados.

¿Qué tan complicado es exportar para una pyme, y qué consejo le daría a una de estas empresas para vender al exterior?

Mi consejo para las pymes es que intenten mirar los mercados internacionales. Claro, lo más fácil es mirar los países de la región donde los patrones de consumo y culturales son similares. Pero no se necesita ser un monstruo de tamaño para llegar a mercados sofisticados; lo que hay que entender es qué pide ese mercado.

Tenemos casos exitosos de microempresas de tejidos para bebés en Europa. Un elemento fundamental para intentar llegar a esos mercados es empezar a manejar información, y encontrar dónde está la demanda de ese producto que elaboró. Otro elemento fundamental es salir. El consejo es: viajen, conozcan los mercados. Se necesita que los empresarios conozcan esas realidades.

Una anécdota que tengo es con unos empresarios en E.U. En un matrimonio nos encontramos con que en vez de arroz soltaron cientos de mariposas azules. Para uno es un espectáculo bonito, pero para un empresario eso es una oportunidad de negocio. Además, hay clubes que tienen observatorios de mariposas en E.U. Ese es un mercado que mueve cerca de 100 millones de dólares anuales. Por eso, hay que viajar, porque son los empresarios los que con sus ojos pueden mirar y encontrar esos mercados.

Juan Manuel Ramírez Montero / Redacción PORTAFOLIO.COM.CO



CUANDO EL ARTÍCULO PUBLICADO PROCEDE DE UN MEDIO LE INCLUYO EL LOGO DEL MEDIO O EL RESPECTIVO "TOMADO DE:" CUANDO ES DE MI PROPIA AUTORIA LO DESTACO SUFICIENTEMENTE

http://igomeze.es.tl/ VISITE.....

Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
www.igomeze.es.tl
www.igomeze.blogspot.com
igomeze@msn.com
COLOMBIA - SURAMERICA

MIEMBRO ACTIVO DE COPERTEX
Gestión y Marketing
COLOMBIA Y PERÚ

No hay comentarios.: