lunes, enero 19, 2009

Presidente de Ipsos-Napoleón Franco dice que abandonar mercadeo e investigación por crisis es un error

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Austeridad, cero miedo y estar atentos al sentir de la gente es la recomendación de Napoleón Franco, el consultor que mide hace 30 años el pulso, los hábitos y el pensamiento de los colombianos.

Franco sostiene que a Álvaro Uribe lo eligió el miedo, fuerza a la cual atribuye el dominio en la toma de decisiones de las actuales generaciones en el manejo de la economía, la vida personal y el orden mundial.

Agrega que los acontecimientos del último año no son una crisis sino el giro más grande que ha dado el planeta, mientras que la caída de las pirámides desbarató la mentira del dinero fácil.

Dice que la gente está aburrida de que la clasifiquen en forma fraccionada como clientes, electores, lectores, cibernautas o cualquier otra denominación y que piden ser tratada como seres humanos.

"Sobreviviremos los que seamos capaces de asimilar los cambios y trabajar con dinero bueno", dice, al tiempo que comparte una de sus máximas: "en la guerra se estudian los mercados para invertir en la posguerra".

¿Cómo le fue a Ipsos- Napoleón Franco en el 2008?

La mayoría de los clientes están interesados en su desempeño local pero los más visionarios se comparan con Latinoamérica y el mundo, con años anteriores para monitorear qué cosas están haciendo bien, qué deben seguir haciendo, qué están haciendo mal, qué no deben seguir haciendo y qué no están haciendo que deben empezar a hacer.

Además de ver desempeño, consumidores, gestión, reputación, fidelidad de su cliente, se deben mirar frente a su competencia y a otros sectores de la industria.

¿Qué sectores han surgido en la medición?

La educación y la salud; universidades y hospitales se están midiendo a fin de crear nuevos productos para satisfacer a los jóvenes y usuarios. Hace ocho años hacemos un trabajo con el área de responsabilidad social de El Tiempo, Corona, la Cámara de Comercio de Bogotá, de Educación Compromiso de Todos, sobre la satisfacción de la población en general del sector público y privado.

Las grandes clínicas de Bogotá y Medellín miden a médicos, usuarios y familiares para mejorar a todos los niveles.

¿Colombia y A. Latina estaban blindadas para le crisis?

Si uno mira esto desde afuera hemos pasado por muchas crisis. En los años 90 el presidente César Gaviria decía que conocía países que habían superado desastres naturales, pobreza, inseguridad, terrorismo, crisis en la economía pero que lo difícil era sacar adelante uno con todos al tiempo; esa es una forma de blindaje.

¿Y a nivel mundial esta es simplemente una crisis más?

No. Estas tienen dos condiciones: ocurren en un tiempo determinado y en un espacio definido. Lo que está pasando no sabemos cuánto tiempo va a durar y es en todo el espacio: comenzó con Estados Unidos, se lleva a Europa, toma el Oriente y a los países en desarrollo. Es un cambio en la humanidad, un giro definitivo tan impresionante que solo entenderemos cuando pase el tiempo.

Desde los nuevos presidentes, la revolución del medio ambiente, los derechos humanos, la preocupación por el planeta, el auge del arte, el despertar espiritual, es un timonazo violento.

¿Qué mueve a la gente a tomar decisiones?

Hay un fenómeno en los últimos treinta años: el miedo está casi en todas las decisiones. Llevamos maletas llenas de miedo: se casan, se separan, votan por miedo. Cuando uno se pone a ver la motivación real, el presidente actual, Álvaro Uribe, resultó electo por puro miedo a la guerrilla, a lo que pasó en las torres de Nueva York. Eso lo vemos todos los días en cada encuesta.

¿Usted cree que los empresarios también actúan por miedo?

En los negocios cuando las crisis empiezan lo primero que sacrifican es la publicidad, el mercadeo, la investigación de mercado. Eso es un error. Cuando cayó el Muro de Berlín en una economía que antes era comunista, las empresas que llegaron a montar negocios, excepto Coca-Cola eran europeas. La teoría que aprendimos fue "hay que investigar en la guerra para invertir en la posguerra". Cuando llega una crisis no hay que desconectarse sino estar muy atentos a cómo se mueven las personas.

Necesitan mucha seguridad porque cada movimiento se vuelve un síndrome de indecisión, debe escoger la mejor opción o quedarse quieto y aplica tanto a consumidores como a empresas y países.

Se acabó la bonanza del dinero fácil. Ahora solo podremos sobrevivir los que podamos adaptarnos y entender que esto se hace con dinero limpio.

¿Cuál es su visión política sobre Colombia?

Los acontecimientos de las pirámides fueron muy severos, impactaron la vida y la necesidad de las personas. No solo tocó el nervio sino el volumen de la población más vulnerable. Cada vez que aparece el problema económico la gente se empieza a decepcionar. En octubre no hicimos encuestas porque la gente estaba aburrida de los hijos, del marido, de la familia, del banco y hasta de la suegra.
Alejandra Buitrago / Redacción economía y negocios

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