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miércoles, septiembre 26, 2018

Control de mermas en autoservicios

Fuente: Storecheck
Control de mermas en autoservicios

Por Storecheck - septiembre 26, 2018




La merma, en retail, es la diferencia entre el nivel de stock en sistema de un producto (inventario teórico) VS el nivel real (inventario físico). Esta diferencia también se conoce como inventario fantasma y representa una pérdida para el negocio. Puede tener distintas causas como fallas en la operación, robo interno o externo, o -para el caso de artículos perecederos- productos caducos.


Tener mermas en el punto de ventas, así como en cualquier punto de tu cadena de distribución, es desafortunadamente inevitable.

Encontrarás que algunas causas son gestionables y otras no, sin embargo, si no las controlas debidamente la rentabilidad de tu negocio podría verse comprometida.

Las mermas en punto de venta no solo afectan la utilidad de las cadenas, sino que también ponen en riesgo tus propios resultados.

Considera este escenario:

En el resurtido de cada artículo, las cadenas toman como base principal dos datos clave al calcular sus órdenes:
La existencia del producto en tienda (basados en el stock teórico en su sistema).
El sell-out histórico del producto.

Si cualquiera de estos datos se encuentra distorsionado, por ejemplo, por mermas no conciliadas en sus inventarios, entonces el volumen de re-orden que se genere para el sku podría ser insuficiente a las necesidades reales, dejando a tu marca en riesgo de desabasto en anaquel.

En su próxima visita, tu shopper podría encontrarse con un anaquel vacío o peor aún, encontrar que en el lugar habitual de tu producto se ofrece ahora la opción de tu competidor más cercano.

Aún más, mientras no se detecte que la causa de lo anterior es un inventario con mermas haciendo estragos sobre el sistema de resurtido, a ojos de la cadena tus productos no estarán cumpliendo con el desempeño deseado y podrías estar perdiendo un tiempo muy valioso en tratar de entender qué está pasando con tu participación en ciertas tiendas, o por qué tu sell-out ha bajado drásticamente.

Así que las mermas pueden traducirse no solo en gastos de operación para una cadena sino en un factor detonante de stock-outs y por ende ventas pérdidas para tu marca, por lo que aun cuando la cadena es responsable de la administración de sus inventarios, resulta de interés para ambas partes el enfocar sus esfuerzos en acciones que les permitan mejorar su gestión y minimizar las pérdidas.

Sin duda, es posible detectar mermas a través de tu equipo de ventas en campo, como promotores, mercaderistas o supervisores. Sin embargo, considera que tu alcance y tiempo de respuesta seguramente estarán limitados por factores como zonas geográficas, cobertura de tiendas con supervisión, días de visita de promotores, etc. Además del tiempo que puede tomarte el gestionar una cantidad considerable de reportes, evidencias, etc.

Atender de forma eficiente esta oportunidad requiere por lo tanto un enfoque con soluciones tecnológicas a través de las cuales en un solo vistazo logres identificar posibles stock-outs en tus tiendas bien sean derivados de mermas o bien ocasionados por fallas en tu propia cadena de abasto.

Estas alternativas, identifican claramente en qué puntos un sku debería venderse y no sucede, brindándote una enorme ventaja competitiva al permitir enfocar tu tiempo y esfuerzos a la atención inmediata de las incidencias y corrección de causas raíz.

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sábado, septiembre 16, 2017

Pérdidas por robos en supermercados ascendieron a $226.000 millones en 2016

Pérdidas por robos en supermercados ascendieron a $226.000 millones en 2016





Pérdidas por robos en supermercados ascendieron a $226.000 millones en 2016

Viernes, 15 de septiembre de 2017


En el top 10 de los productos más robados, se encuentran los artículos de aseo personal, seguido de atún y enlatados y gaseosas.

Noelia Cigüenza Riaño - nciguenza@larepublica.com.co

De acuerdo con los resultados del Censo Nacional de Mermas, las pérdidas por robo en los supermercados llegaron a $226.000 millones el año pasado. Esta modalidad supone 48% de la merma total.

De esa cifra, 51,3% correspondió a robos cometidos por funcionarios o empleados que supusieron pérdidas por $80.610 millones mientras que 42,7% de la merma fue el resultado de hurtos realizados por los clientes que llegaron a $98.382 millones.

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Además, el informe revelado en el marco del Congreso Nacional de Fenalco señaló que las condiciones económicas que impactaron negativamente en las ventas el año anterior hicieron que este fenómeno tuviera una importante alza.

Asimismo, el censo indicó que en 2016 creció 32% el número de carteristas al interior de los almacenes, registrando 1400 casos detectados. Por el contrario el robo en parqueaderos mostró una disminución de 18%.

Adicionalmente, el informe registra que las bandas organizadas de robo en supermercados siguen creciendo y cada vez se detectan menos casos, lo que permite concluir que las nuevas modalidades de robo son más elaboradas y cuentan con nuevas tecnologías.

En el top 10 de los productos más robados, se encuentran los artículos de aseo personal, seguido de atún y enlatados y gaseosas.

También, destacó que el robo externo más frecuentes son fueron la sustracción de mercancías en bolsas de aluminio (22,3%), ocultar mercancías en prendas bolsos y carteras, fraude con documentos valores (10,3%), uso de desactivadores (8%), (14,3%) y consumo en la tienda ( 7,3%) entre otros. Del otro, lado, en el robo interno crece la modalidad de ponerse ropa del almacén (30,5%), complicidad externa (10,1), mercancía camuflada en ropa o maletines (9,3%) y fraudes electrónicos que han tenido una leve disminución.

viernes, julio 21, 2017

IMPACTO DE LAS MERMAS Y PÉRDIDAS EN EL RETAIL

Las mermas y pérdidas son el resultado de todos aquellos eventos que están fuera de control de la empresa y su personal, pero que pudieron prevenirse o minimizarse a través de una gestión adecuada, y que disminuyen la rentabilidad de la empresa. Es decir, este impacto puede provenir u ocurrir en cualquier momento y de cualquier manera, siempre afectando las ganancias del negocio.

La merma en la industria de Retail va más allá del impacto en la rentabilidad; afecta también a la buena operación y toma de decisiones, afectando la percepción del cliente y su compra... es por esto que requerimos métodos y técnicas que nos permitan gestionarla de manera integral y efectiva. 
En general, identificamos tres tipos de origen de las mermas y pérdidas, el lograr una correcta identificación de estos permite establecer de mejor forma las acciones de mejora, distinguiendo aquellas que son factores internos y externos. A manera de referencia, encontramos que en México, la mayor parte de la merma y perdidas están relacionados con factores internos, lo cual genera una oportunidad importante de mejora. 
En cuanto al gasto mundial relacionado con la prevención, este es equivalente al 1.19% de las ventas de la industria, de acuerdo con “The New Baromenter”. El principal reto que observamos es lograr que este gasto sea equilibrado y efectivo, generando resultados al negocio en el tiempo adecuado y de forma sostenible en el tiempo.


jueves, abril 13, 2017

Control de mermas en autoservicios

Control de mermas en autoservicios



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Control de mermas en autoservicios
Por Storecheck - abril 13, 2017





La merma, en retail, es la diferencia entre el nivel de stock en sistema de un producto (inventario teórico) VS el nivel real (inventario físico). Esta diferencia también se conoce como inventario fantasma y representa una pérdida para el negocio. Puede tener distintas causas como fallas en la operación, robo interno o externo, o -para el caso de artículos perecederos- productos caducos.


Tener mermas en el punto de ventas, así como en cualquier punto de tu cadena de distribución, es desafortunadamente inevitable.

Encontrarás que algunas causas son gestionables y otras no, sin embargo, si no las controlas debidamente la rentabilidad de tu negocio podría verse comprometida.

Las mermas en punto de venta no solo afectan la utilidad de las cadenas, sino que también ponen en riesgo tus propios resultados.



Considera este escenario:

En el resurtido de cada artículo, las cadenas toman como base principal dos datos clave al calcular sus órdenes:
La existencia del producto en tienda (basados en el stock teórico en su sistema).
El sell-out histórico del producto.

Si cualquiera de estos datos se encuentra distorsionado, por ejemplo, por mermas no conciliadas en sus inventarios, entonces el volumen de re-orden que se genere para el sku podría ser insuficiente a las necesidades reales, dejando a tu marca en riesgo de desabasto en anaquel.



En su próxima visita, tu shopper podría encontrarse con un anaquel vacío o peor aún, encontrar que en el lugar habitual de tu producto se ofrece ahora la opción de tu competidor más cercano.

Aún más, mientras no se detecte que la causa de lo anterior es un inventario con mermas haciendo estragos sobre el sistema de resurtido, a ojos de la cadena tus productos no estarán cumpliendo con el desempeño deseado y podrías estar perdiendo un tiempo muy valioso en tratar de entender qué está pasando con tu participación en ciertas tiendas, o por qué tu sell-out ha bajado drásticamente.



Así que las mermas pueden traducirse no solo en gastos de operación para una cadena sino en un factor detonante de stock-outs y por ende ventas pérdidas para tu marca, por lo que aun cuando la cadena es responsable de la administración de sus inventarios, resulta de interés para ambas partes el enfocar sus esfuerzos en acciones que les permitan mejorar su gestión y minimizar las pérdidas.

Sin duda, es posible detectar mermas a través de tu equipo de ventas en campo, como promotores, mercaderistas o supervisores. Sin embargo, considera que tu alcance y tiempo de respuesta seguramente estarán limitados por factores como zonas geográficas, cobertura de tiendas con supervisión, días de visita de promotores, etc. Además del tiempo que puede tomarte el gestionar una cantidad considerable de reportes, evidencias, etc.



Atender de forma eficiente esta oportunidad requiere por lo tanto un enfoque con soluciones tecnológicas a través de las cuales en un solo vistazo logres identificar posibles stock-outs en tus tiendas bien sean derivados de mermas o bien ocasionados por fallas en tu propia cadena de abasto.

Estas alternativas, identifican claramente en qué puntos un sku debería venderse y no sucede, brindándote una enorme ventaja competitiva al permitir enfocar tu tiempo y esfuerzos a la atención inmediata de las incidencias y corrección de causas raíz.



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domingo, febrero 05, 2017

Control de mermas en autoservicios

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Storecheck


Control de mermas en autoservicios
Por Storecheck - febrero 5, 2017




La merma, en retail, es la diferencia entre el nivel de stock en sistema de un producto (inventario teórico) VS el nivel real (inventario físico). Esta diferencia también se conoce como inventario fantasma y representa una pérdida para el negocio. Puede tener distintas causas como fallas en la operación, robo interno o externo, o -para el caso de artículos perecederos- productos caducos.


Tener mermas en el punto de ventas, así como en cualquier punto de tu cadena de distribución, es desafortunadamente inevitable.

Encontrarás que algunas causas son gestionables y otras no, sin embargo, si no las controlas debidamente la rentabilidad de tu negocio podría verse comprometida.

Las mermas en punto de venta no solo afectan la utilidad de las cadenas, sino que también ponen en riesgo tus propios resultados.

Considera este escenario:

En el resurtido de cada artículo, las cadenas toman como base principal dos datos clave al calcular sus órdenes:
La existencia del producto en tienda (basados en el stock teórico en su sistema).
El sell-out histórico del producto.

Si cualquiera de estos datos se encuentra distorsionado, por ejemplo, por mermas no conciliadas en sus inventarios, entonces el volumen de re-orden que se genere para el sku podría ser insuficiente a las necesidades reales, dejando a tu marca en riesgo de desabasto en anaquel.


En su próxima visita, tu shopper podría encontrarse con un anaquel vacío o peor aún, encontrar que en el lugar habitual de tu producto se ofrece ahora la opción de tu competidor más cercano.

Aún más, mientras no se detecte que la causa de lo anterior es un inventario con mermas haciendo estragos sobre el sistema de resurtido, a ojos de la cadena tus productos no estarán cumpliendo con el desempeño deseado y podrías estar perdiendo un tiempo muy valioso en tratar de entender qué está pasando con tu participación en ciertas tiendas, o por qué tu sell-out ha bajado drásticamente.

Así que las mermas pueden traducirse no solo en gastos de operación para una cadena sino en un factor detonante de stock-outs y por ende ventas pérdidas para tu marca, por lo que aun cuando la cadena es responsable de la administración de sus inventarios, resulta de interés para ambas partes el enfocar sus esfuerzos en acciones que les permitan mejorar su gestión y minimizar las pérdidas.

Sin duda, es posible detectar mermas a través de tu equipo de ventas en campo, como promotores, mercaderistas o supervisores. Sin embargo, considera que tu alcance y tiempo de respuesta seguramente estarán limitados por factores como zonas geográficas, cobertura de tiendas con supervisión, días de visita de promotores, etc. Además del tiempo que puede tomarte el gestionar una cantidad considerable de reportes, evidencias, etc.

Atender de forma eficiente esta oportunidad requiere por lo tanto un enfoque con soluciones tecnológicas a través de las cuales en un solo vistazo logres identificar posibles stock-outs en tus tiendas bien sean derivados de mermas o bien ocasionados por fallas en tu propia cadena de abasto.

Estas alternativas, identifican claramente en qué puntos un sku debería venderse y no sucede, brindándote una enorme ventaja competitiva al permitir enfocar tu tiempo y esfuerzos a la atención inmediata de las incidencias y corrección de causas raíz.

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sábado, abril 02, 2016

El mal negocio de tirar alimentos | Economía | EL PAÍS

El mal negocio de tirar alimentos | Economía | EL PAÍS


El mal negocio de tirar alimentos

El sector de la distribución tiene margen para evitar perder cada año más de 128.000 toneladas de comida

MARÍA FERNÁNDEZ

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Madrid 3 ABR 2016 - 00:04 CEST



Luis Tinoco

Estos días se ha disparado el consumode frutas y hortalizas. Ocurre todos los años: después de las vacaciones de Semana Santa y con el cambio de estación, los españoles sienten un mayor deseo de llenar sus neveras de productos frescos. El efecto lo perciben los responsables de compras de las cadenas logísticas que abastecen los mercados; los reponedores; los envasadores; los agricultores… Pero quizá esta semana no haya hecho tan buen tiempo como para que las familias se decidan a cambiar sus hábitos invernales. Lástima para quien haya planificado grandes compras de existencias: tendrá que darles una salida antes de que se estropeen.

¿Cuánto dinero pierde la industria por alimentos que no vende? En la maraña de estudios disponibles —ninguno concluyente, todos parciales—, sobresalen varios datos que ilustran el problema: según un monográfico del Ministerio de Agricultura de 2013 basado en la encuesta del Barómetro de Confianza, el comercio mayorista de alimentos retira el 7,1% de todos los productos que llegan a sus lineales. La industria transformadora aparta un 7,7% y los agricultores y ganaderos más: un 8,1%.

Un estudio con datos de 2015 de la asociación AECOC —donde están representados El Corte Inglés, Carrefour, Mercadona o Eroski— apunta un porcentaje significativamente más reducido de desperdicio: el 1,7% de todo el volumen comercializado por la distribución se retira, medio punto menos que en 2013. El 43% de esos alimentos no son aptos para el consumo humano y se destruyen. Ese desperdicio alcanza en toneladas las 128.000 anuales, según otros cálculos: los de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas). Tienen un valor aproximado de 292 millones de euros, que se elevan a 336 millones con las donaciones.

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Asedas utiliza las estadísticas del Ministerio de Agricultura para contabilizar, según lo que declaran desperdiciar sus asociados (una media del 0,6% de lo que venden), lo que puede llegar a retirar toda la distribución (hipermercados, supermercados y hard discount, excluidas tiendas de proximidad como fruterías o pescaderías). Pero la cifra se prevé mucho mayor atendiendo a otras variables. El gasto total en alimentación en España asciende, según Agricultura, a 98.052 millones, y el 67,8% lo realizan los hogares. El 72% de sus compras se efectúan en la gran distribución, lo que significa una facturación de 48.370 millones. Si se tiene en cuenta una proporción de alimentos retirados sensiblemente superior, como la que declara otra de las patronales, el valor de la alimentación no vendida superaría los 800 millones de euros sólo en España. Además de ser un drama en un país con 2,5 millones de niños bajo el umbral de la pobreza, constituye un problema económico.

En cualquier caso, con los datos en la mano es erróneo pensar que las empresas de distribución tiran mucha más comida que otros implicados en la cadena: según Eurostat, España es el séptimo país más derrochador de la UE, con 7,7 millones de toneladas, pero el agujero negro está en los hogares, responsables del 42% del desperdicio, con una media de 76 kilos por hogar al año. Un documento de la Comisión de Recursos Naturales del Comité Europeo de las Regiones fechado el pasado 1 de marzo señala que los hogares compran demasiado, no almacenan correctamente la comida y tiran muchas sobras. “A la industria manufacturera le corresponde el 39% del desperdicio (subproductos, productos deformados, dañados, sobreproducción); a los servicios alimentarios el 14% (por ofrecer porciones de distintos tamaños, problemas para anticipar la demanda, no satisfacer las preferencias de los clientes), y a la venta al por mayor y al por menor, el 5% (cambios de temperatura, normas estéticas, defectos de envasado, exceso de existencias)”.

El efecto contable de estas malas prácticas es irreparable pese a que parte de los excedentes se donen. Hay cientos de motivos. Una lata de Coca-Cola deformada tras una caída, un pack de yogures al que le falta una unidad, un arcón congelador que se estropea o un palé con hortalizas etiquetadas sólo en francés… “El problema tiene unas dimensiones importantísimas”, reflexiona el profesor de Dirección de Producción, Tecnología y Operaciones del IESE, Philip Moscoso. “De los eslabones de la cadena —productores, industria, distribución y consumidores— desperdician más los usuarios y menos las tiendas, pero esto es relativo, porque entran en juego las preferencias de estos últimos: hay frutas que por su aspecto no se venden porque nos han acostumbrado a que todo esté bonito, a que el pescado parezca recién salido del mar. Aunque lo retira el canal, lo hace en vista del comportamiento del consumidor”.

En España se pierden al año 7,7 millones de toneladas de alimentos

La mala noticia es que la cuestión, además de ser socialmente inaceptable, no tiene una solución ni fácil ni rápida: “Por una parte hay que incidir en el comportamiento del consumidor. Donde veo más margen es en el tema de la eterna fecha de caducidad, porque ahora se crea una sensación de que comprar un alimento cuando se acerca la fecha no es bueno, pero eso no significa que no sea apto para consumo”. Hay otra variable relacionada con gestión de inventarios: “Si eres capaz de mejorar tu agilidad, como hacen las cadenas de ropa aumentando sus colecciones, reduces el riesgo. Esto es más fácil para operadores grandes como Mercadona, o para quien no tiene tantos alimentos frescos en su surtido”.
Melones abandonados en un campo de cultivo de Almería. Julián Rojas

La patronal Asedas insiste en que gestionar bien el stock, “para que nunca falte ni sobre producto —en miles de tiendas, que ofrecen, como mínimo, 10.000 o 12.000 productos—, es el auténtico milagro que realizan las empresas. Hay diferencias importantes entre lo que llamamos alimentación seca —la envasada—, que está absolutamente automatizada mediante los códigos de barras, y la fresca. En la primera, cada bip que se produce cuando un alimento pasa por caja genera automáticamente un pedido”, explica el director de Asedas, Ignacio García. “Se trabaja con previsiones históricas para ajustar los pedidos, que te dicen, por ejemplo, cuándo debes empezar a incrementar el stock de helados, al acercarse el verano. Luego están los productos con baja rotación, por ejemplo, las bebidas alcohólicas, que son más fáciles de gestionar porque no caducan”. El problema mayor está en los alimentos frescos. Los surtidos van cambiando según las estaciones, la caducidad es más corta y otras circunstancias, como que haga calor o frío, influyen en las decisiones de los consumidores. “Estos procesos se gestionan también con tecnología, pero aquí es más importante el factor humano. Entra en juego el criterio de los profesionales de las secciones de frescos, que suelen ser personas con una gran preparación”. Los empleados de Ahorramas tienen una instrucción: vender todo el producto fresco en el día. Admiten que utilizan plataformas de distribución “más reducidas” porque su objetivo no es almacenar. “En el caso del pescado, la operativa diaria es muy precisa: las tiendas remiten la información sobre ventas a la hora del cierre (sobre las nueve de la noche) y reciben el producto antes de su apertura el día siguiente”.

Francisco Comino, director de Sostenibilidad de Grupo DIA, razona que la eficiencia en cada compra y el stock del punto de venta es fundamental para evitar las llamadas “mermas”. “Nosotros, al tener un modelo basado en la proximidad, a veces servimos a las tiendas dos veces al día para que en cada momento haya lo que se necesita, ni más ni menos”. Asegura que el margen bruto en un negocio como el llamado hard discount ronda el 22% o 23%, a lo que hay que descontar los costes de explotación e impuestos. “Un 1% de desperdicio alimentario nos perjudica gravemente en la cuenta de resultados, y por encima de este porcentaje directamente nos puede llevar a pérdidas”, señala.

Los agricultores desaprovechan el 8,1% de los productos, según una encuesta
La logística

Se suele decir que el más tonto en la industria de la distribución hace lo que pone en práctica el más listo con dos años de retraso. Pero las abrumadoras cifras de desperdicio no dejan de ser un síntoma de que hay muchas cosas que podrían funcionar mejor en la cadena. El informe más reciente del Ministerio de Agricultura sobre este problema identifica, por este orden, los procesos logísticos, el etiquetado y empaquetado como los principales focos de excedentes. José Manuel Moreno, coordinación de la publicación elaborada por la consultora C Soluciones Empresariales, explica la dificultad de distinguir entre simples mermas durante el procesado y lo que comúnmente se conoce como pérdidas. “Si la industria compra 10 kilos de pimientos al agricultor y, tras asarlos, al bote llegan siete, se han perdido tres kilos. Pero ciertas partes de un alimento son susceptibles de ser aprovechadas en la cadena industrial, como por ejemplo los retales de ese mismo pimiento que se descartan para una determinada presentación, pero sirven para hacer tiras. Si el productor abre el abanico de presentaciones que ofrece al consumidor ahorrará inputs, como el coste de la destrucción de sus excedentes”, asegura Moreno. Proveedores de Mercadona han ensayado este tipo de fórmulas: Bynsa, industria especializada en alimentación animal, compra ahora a la empresa Arrocerías Pons su excedente de arroz partido; a Caladero sus restos de salmón y a Planificadora Alimentaria y Aragonesa de Harinas sus excedentes de harinilla para fabricar comida para animales. Con este sistema se han aprovechado cerca de 7.000 toneladas de producto. En Carrefour, como en otros supermercados, los productos perecederos que tienen una fecha próxima de consumo se ponen a la venta con un descuento del 50%, en un lugar especialmente establecido en el hipermercado. El presidente de Covirán, Luis Osuna, asegura que han aumentado su eficiencia con una plataforma de software integrada para sus más de 2.800 asociados.

Son ejemplos entre un mar de datos que invitan poco al optimismo. Una tonelada de pescado pierde desde el mar a la mesa pierde un 6,3% tras su transformación con un coste aproximado de 2,8 euros por kilo. Los pescados y crustáceos son los alimentos más delicados, aunque también los que más valor añadido aportan. En cambio, cada kilo de harinas, lácteos, bebidas o productos de pastelería que se pierden cuesta menos de un euro y, sin embargo, sus desperdicios durante el proceso de transformación son mucho mayores.

Los hogares derrochan el 42% de lo que compran
Nuevos formatos

AECOC cree que si se mejorasen los procesos de producción, si se escuchase más al cliente en demanda de nuevos formatos de envases o si se perdiese menos en el transporte, se reduciría el desperdicio un 83%. Pero hay muchas resistencias en un sector que quiere evitar a toda costa lo que internamente se llama “rotura de stock”. “La rotura de stock —que es la pesadilla de los distribuidores— sucede cuando la estantería se queda vacía de un producto. Especialmente si se trata de un producto que se considera insustituible, como una cebolla, la cosa es especialmente grave porque el consumidor, además de irse enfadado, no solo comprará las cebollas en otro supermercado, sino el resto de su cesta”, ilustra Ignacio García de Asedas. Para el profesor del IESE Philipe Moscoso es un error. “Hay grandes superficies que están empezando a cambiar esa sensación de abundancia que todos quieren dar a sus clientes. Están comenzando a compensar con una mayor frecuencia de reposiciones el hecho de que al final del día se termine un producto, por ejemplo el pan, y que las estanterías queden vacías, porque de otro modo tendrías que tirar ese alimento el día siguiente”.

Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), insiste en que se trata de una cuestión de supervivencia. “El desperdicio va en la cuenta de resultados porque los márgenes son muy pequeños. Lo que pasa es que hasta hace unos años se abordaba el problema de manera individual, cada uno con sus proveedores. A la industria alimentaria le pasaba igual. No se había enfocado como una cuestión de la cadena alimentaria. Cuando se plantea el debate a raíz de la comunicación de la UE [de 2011], pensamos que hacía falta darle una mayor profundidad. Firmamos un convenio para tratar de enfocar el tema de manera sistemática. El Ministerio de Agricultura asumió la estrategia del desperdicio”, dice. Esa estrategia se llama “menos desperdicio, más alimento” y fue presentada en abril de 2013. Los firmantes, más de 100 compañías y asociaciones empresariales, instaban a diferenciar conceptualmente y de manera clara “las políticas de reducción de desperdicio y las iniciativas de solidaridad”, y advertían de que cualquier propuesta o revisión legislativa deberá basarse en “amplios procesos de consulta y en el consenso con los agentes económicos”.

De forma poco disimulada, la declaración conjunta de los empresarios exige que cualquier comunicación pública, sobre todo desde instancias oficiales, sea “muy medida y rigurosa, para respetar las opciones de los operadores económicos y de los propios consumidores. El consumidor debe estar adecuadamente informado, para lo cual es fundamental que los mensajes oficiales cuenten con el consenso de todos los agentes económicos”. Un recado de la todopoderosa industria de la alimentación contra el supuesto alarmismo social que, según sostienen, producen las informaciones ilustradas con montañas de alimentos a punto de ser destruidos. A puerta cerrada varios operadores reconocen que temen que España adopte una legislación como la que acaba de aprobar Francia, que prohíbe por ley a los supermercados tirar alimentos. Reino Unido e Italia debaten sus propias normas para atajar el problema. “Cualquier norma es absurda si no tiene en cuenta al consumidor”, admite un directivo de una patronal.

AECOC, con 300 empresas, puso en marcha su propia iniciativa hace cuatro años con un enfoque sobre toda la cadena, desde el sector primario al consumidor final. “Intentamos ver de qué manera las empresas pueden ayudar al consumidor a ahorrar, porque una gran parte del desperdicio está ligada al estilo de vida”, señala su directora de comunicación, Nuria Pedraza. “El plan tiene dos patas: analizamos las prácticas más eficientes y trabajamos para que los excedentes se redistribuyan a través de los bancos de alimentos o se valoricen en la alimentación animal o el compostaje”. Pero sólo miden cantidades de volumen, no el impacto económico de las pérdidas que supone el problema. “Les preguntamos a las empresas qué hacen con el 24% de los productos que no son aptos para el consumo, porque no lo sabemos. Hemos conseguido que en dos años se incremente un 6% el alimento recuperado y donado”. Cree que los problemas prácticamente son los mismos para todos los operadores, “quizá las soluciones no”, matiza Pedraza.
El paso final

Los receptores últimos de lo que no se destruye, los bancos de alimentos, han convertido sus almacenes en plataformas logísticas que reparten hasta 96 kilos por persona y año. El Banc dels Aliments de Barcelona tiene siete trabajadores fijos, más de 300 voluntarios permanentes y hasta 20.000 colaboradores durante la campaña de recogida de noviembre. Anna González Batlle, una de sus responsables, calcula que 6 de cada 10 kilos de comida que reciben procede de empresas. “Están en excelentes condiciones de consumo y de seguridad, pero por diferentes motivos no son comercializables. La mayor cantidad nos llega de la industria alimentaria. Además, tenemos un programa para aprovechar fruta que por su bajo precio no pasa a la cadena de distribución. La convertimos en zumos al vacío durante la temporada alta de cítricos. Otros productos, como el pescado, lo gestionamos peor, no hemos encontrado soluciones a gran escala, aunque tenemos una cadena de frío”.

Cada año que pasa, González Batlle percibe que se recortan las donaciones que hacen las distribuidoras que, por ahora, el Banco de Alimentos compensa ampliando su base de donantes. Ante la pregunta de si hay algún gran operador que no dona o dona poco, esquiva la respuesta. “El compromiso de todos ellos es cada vez mayor”.ARCHIVADO EN:

GRÁFICOLa comida desperdiciada

jueves, julio 02, 2015

Los grandes de la alimentación se comprometen a reducir el desperdicio de comida a la mitad hasta 2025 - Profesional Retail : Profesional Retail

Los grandes de la alimentación se comprometen a reducir el desperdicio de comida a la mitad hasta 2025 - Profesional Retail : Profesional Retail



Profesional Retail



Los grandes de la alimentación se comprometen a reducir el desperdicio de comida a la mitad hasta 2025

El pacto se ha consensuado en el Foro de Bienes de Consumo (CGF, por sus siglas en inglés), que ha reunido en Nueva York a las mayores compañías de alimentación y bebidas del mundo.

CONSUMER_GOODS_FORUMLa Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha advertido que una tercera parte de los alimentos fabricados a nivel mundial son desperdiciados cada año. Un volumen que ha cifrado en 750.000 millones de dólares en pérdidas para la industria y un elevado coste humanitario y medioambiental añadido.
Ante esta evidencia, las principales compañías de alimentación y bebidas del mundo, reunidas en el CGF, han anunciado su compromiso de reducir a la mitad la cantidad de comida que malgastan. De esta manera, tratarán de anticiparse a las previsibles regulaciones gubernamentales que se establecerán por la preocupación por los costes ambientales, económicos y sociales provocados por tal ineficiencia.
Para ello, han fijado 2016 para medir la situación actual y establecer un punto de partida, para posteriormente crear mecanismos de supervisión y presentación de informes públicos que ayuden a alcanzar el compromiso.
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jueves, octubre 31, 2013

Robos internos se dispararon en 2012 (Retail Colombia)

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Robos internos se dispararon en 2012

De los 125.358 millones de pesos "jalados" a las grandes superficies, 57.604 millones fueron por propios empleados.
POR JUAN FELIPE SIERRA SUÁREZ | Publicado el 29 de octubre de 2013
La indelicadeza de los colombianos volvió a quedar en evidencia con los datos del censo que Fenalco y el Centro de Investigación del Consumidor, presentaron ayer sobre las mermas del mercado detallista en el país para 2012.

Allí lo que más se destacó fue que los robos a los almacenes de grandes superficies tuvieron a los mismos empleados como protagonistas y con un descenso a los hampones de la calle. 

De los 125.358 millones de pesos que se hurtaron, 57.604 millones se trataron de robos internos, con un alza del 126 por ciento frente a 2011, mientras que 67.754 millones fueron perpetrados por personas extrañas a los almacenes.

"Son bandas organizadas que hurtan los productos y posteriormente los revenden en el mercado negro hasta por el 60 por ciento de su valor real. Lo más apetecido por ellos son productos de tecnología: tabletas, teléfonos inteligentes, cámaras digitales, computadores portátiles y micro componentes", explicó a este diario el presidente de Fenalco Nacional, Guillermo Botero Nieto.

Según datos del censo, el robo interno registró 6.667 casos mientras que el robo externo por el contrario siguió bajando hasta los 69.000 casos.

A nivel comparativo, si se lleva el total del monto robado a uno de los programas sociales del Gobierno Nacional, se hubiera podido pagar una mesada mensual de 80.000 pesos durante un año a 130.000 ancianos que viven en estado de indigencia. También equivale al costo de 5.014 viviendas de interés social o a la generación de 13.501 puestos de trabajo que podrían originarse en un año y con todas las prestaciones sociales además.

"Dicho fenómeno presentado por la deslealtad de los empleados es un duro golpe a las compañías porque cuestiona cómo están los valores de los empleados, lo que exige allí un esfuerzo mayor para crear sentido de pertenencia", agregó Botero.

En Colombia, las bandas delictivas organizadas son un fenómeno en crecimiento. Para la modalidad de robo interno su participación se ha incrementado en un 4 por ciento, llegando al 40 por ciento, y en la modalidad de robo externo aumentó un 11 por ciento frente al año anterior, ubicándose en un 56 por ciento de participación.

Además, el robo representó el 37 por ciento de toda la merma operativa que en total ascendió a 331.293 millones de pesos, incluidas las averías, vencimientos y desperdicios 

Otros montos
Aquí precisamente las averías, por malos manejos de los clientes o hasta descuidos de ellos, contribuyeron con 99.000 millones de pesos en el total de las mermas. Los vencimientos de productos perecederos por su parte fue de 39.000 millones.

A nivel internacional, la situación del país en el tema de merma real operativa lo tiene en la parte media del ranking (1,51%) por encima de los países europeos pero por debajo de América, incluido Estados Unidos (1,56%). Brasil puntea el escalafón con (1,96%).

El estudio se hace anual pero solo sale hasta octubre porque en el primer trimestre del año están consolidando el balance contable los diferentes almacenes de grandes superficie y luego se gastan entre 3 ó 4 meses para recopilar la información para luego tabularla y analizarla.

En cuanto a proyecciones, se supone que el último trimestre del año es el que más averías registra y robos porque para los grupos delictivos es mucho más fácil actuar en medio de más gente que cuando los almacenes están solos.

Aunque el informe no detalle la merma por ciudades, el presidente de Fenalco Nacional aclaró que el de mayores pérdidas por este concepto es Bogotá, le sigue Cali, Barranquilla y Medellín. 

"Llamamos la atención de esto para que aumenten las normas de seguridad en las grandes superficies y mejoren los procesos de selección de personal", puntualizó Botero.

RADIOGRAFÍA

FORMAS DE SACAR MERCANCÍA

Modalidades de robo interno: mercancía que se saca camuflada en ropa o maletines con un 16%. En segundo lugar está el ponerse ropa dentro del almacén con el 15%, el consumo de alimentos y bebidas en la tienda con el 11% y otras modalidades con el 39%.

Modalidades de robo externo: mercancía en bolsas del almacén con recibos falsos (20%), ropa camuflada en ropa y maletines con 14%, sustracción de mercancías en bolsas de aluminio (10%) y otras modalidades con el 41%. Según el informe, llamó la atención la disminución de los consumos de alimentos y el de ponerse la ropa dentro del almacén.

EN DEFINITIVA

Según el censo anual de mermas en las grandes superficies del país, lo más preocupante es que en 2012 se duplicó el robo interno para sustraer mercancías, según Fenalco.

jueves, mayo 31, 2012

En 2011, escaperos se robaron $40 mil millones (Colombia)







ElColombiano.comEn 2011, escaperos se robaron $40 mil millones

A través del llamado "robo hormiga" o las "mermas", los ladrones desangran la economía de almacenes e hipermercados de Antioquia.
POR GUSTAVO OSPINA ZAPATA | Publicado el 30 de mayo de 2012
De las formas más inimaginables, en el último año los escaperos sustrajeron de los supermercados y almacenes de Antioquia la suma de 40 mil millones de pesos, dinero que fue a las arcas de los delincuentes y con el cual se habrían podido construir 1.081 viviendas de interés social, teniendo en cuenta que el valor promedio de una casa es de 37 millones.

La cifra tiene escandalizado al gremio comercial, que pese a invertir grandes cantidades de dinero en pagar vigilancia privada y en tecnología, no logra minimizar el delito.

En Colombia, el monto de lo hurtado por este concepto, conocido como "robo hormiga" o "mermas", en el mismo 2011 fue de 200.000 millones de pesos, más alto que en 2010, cuando el total fue de 140.446 millones, según estudios de Fenalco.

Del total nacional, Antioquia representa el 20 por ciento. Después de Bogotá, Medellín es la ciudad más afectada, advierte Alto Colombia, firma especializada en combatir esta modalidad de flagelo.

Pocos castigos
Para Sergio Ignacio Soto , director de Fenalco en Antioquia, la falta de una justicia más severa hace que el delito no se reduzca, porque pese a que se dan capturas y cae gente con las "manos en la masa", la estadía bajo custodia suele ser de unas pocas horas.

"Se les aplica la ley de pequeñas causas, con penas no mayores de 4 años, el delito se vuelve excarcelable y los delincuentes salen a lo mismo".

Soto habla de una industria criminal que ha encontrado en esta modalidad una fuente descomunal de ingresos. Al estilo de las grandes bandas y combos, los jefes utilizan de carnada niños y personas de la tercera edad.

Y precisa que en asocio con la Policía, hay conformadas mesas de seguridad para luchar contra el delito, en las cuales se han detectado más de veinte bandas muy organizadas operando en la ciudad.

Luis Anaya , gerente comercial de Alto Colombia, lanza la alerta de que los delincuentes que son pillados o detectados en un almacén o sector, se desplazan por un tiempo a otros escenarios buscando quedar por fuera de la mira de los vigilantes.

El 31 de enero del año pasado, la Policía Metropolitana le asestó el más fuerte golpe al robo hormiga con la captura de 25 integrantes de una banda comandada por un sujeto alias "el Jefe", que tenía azotados varios hipermercados.

El operativo logró la judicialización de todo el grupo gracias a que se les acusó de concierto para delinquir y hurto a almacenes. Al "Jefe" y a los demás se les hallaron antecedentes delictivos y sorprendió que entre sus miembros hubiera una anciana de 80 años.

"Luego de varios meses de investigación con grabaciones los pudimos capturar, ellos comercializan los elementos robados en otros almacenes o en las calles, camuflados como venteros ambulantes", preciso el general Yesid Vásquez.

Alta malicia
Serían incontables las maneras como los escaperos, a pesar de los controles que implementa el comercio, logran su cometido de sacar los productos. Pero muy detectadas están las mujeres embarazadas, incluso muchas con falsos embarazos, acudiendo a blusas anchas y pantalones forrados estilo "chicle" para camuflar los objetos.

Sergio Ignacio Soto , de Fenalco, advierte que hay personas que en sus bolsos llevan bolsas de aluminio que, en algunos casos, evitan la lectura de los pines de los códigos de barras y pueden pasar los controles de cajas y porteros.

"Hemos visto que entre las piernas se llevan un televisor de pantalla plana, tipo plasma o LCD, algo totalmente sorprendente", resaltó.

Ha habido casos de personas que logran entrar al almacén con un falso recibo de cambio ya firmado -falsamente también- por los encargados de la sección y luego salen del almacén con un electrodoméstico cargado en coche.

Muy común es ver a jovencitas que encima de su propio sostén se ponen otros y logran camuflar cantidades de ropa interior entre sus bolsos o en fajas adheridas a sus cuerpos.

Alto Colombia señala que en Medellín las mujeres son las que más roban, con un 40 por ciento, y le sigue Bogotá, con el 30 por ciento.

La casi estéril lucha contra el flagelo, especialmente por la no judicialización y lo fácil que salen los capturados, según Fenalco, desmoraliza a los que luchan contra el delito: el almacén que destina un alto porcentaje en seguridad, las empresas de vigilancia y los mismos empleados.

ANTECEDENTES

EN PRISIÓN POR ROBAR SÁBANAS

En Medellín, hace poco trascendió a los medios la condena a prisión de un hombre que fue sorprendido cuando de un almacén de cadena se hurtaba ocho juegos de sábanas. El sujeto fue penalizado con tres años y cuatro meses, los cuales purga en Bellavista, siendo la condena más alta impuesta por este delito en Medellín. Antes se conciliaba, pero hoy día los almacenes buscan la judicialización del escapero.

PARA SABER MÁS

LA CARNE DE POLLO LIDERA EL RANKING

De la lista de productos preferidos por los delincuentes no se salva ningún artículo, pues bajo algunas modalidades se roban hasta electrodomésticos. Pero Fenalco señala como preferidos los cárnicos (como pollo y pescado), los enlatados (especialmente sardinas y atunes), ropa interior femenina y prendas para bebé, licores extranjeros (especialmente de botellas pequeñas), baterías para radio, comestibles, equipos de cómputo, celulares, artículos de aseo (como cepillos, desodorantes y máquinas de afeitar) y en general todo lo que se pueda comercializar y que tenga un buen precio en el mercado.



EXPERTO EN LOGÍSTICA Y RETAIL. igomeze@gmail.com www.igomeze.blogspot.com igomeze@une.net.co +57 3014152370 COLOMBIA - SURAMERICA

martes, octubre 04, 2011

Gestión de perecederos, excelencia operativa




Retail

3as Jornadas de Pérdida Desconocida

Última actualización 04/10/2011@20:24:43 GMT+1
La reducción de pérdidas y la dinamización del punto de venta se han convertido en dos elementos que conducen a la excelencia operativa en los negocios minoristas, especialmente en la gestión de perecederos, proceso al que Checkpoint Systems y Bizerba han dedicado sus 3as Jornadas de Pérdida Desconocida, que se han celebrado hace sólo unas horas, en Madrid, con la colaboración de IBM y DISTRIBUCIÓN ACTUALIDAD. Tecnología, aplicada a soluciones inteligentes y adaptadas a la demanda de cada producto, permiten alcanzar la rentabilidad, minimizando los riesgos y eliminando stocks.
Así lo han demostrado los cuatro expertos que han compartido sus conocimientos y experiencias prácticas con los asistentes, profesionales y directivos del retail y la industria con capacidad de decisión.

Para Andy Park, representante de IBM, “los últimos 100 m2 del punto de venta son prácticamente invisibles”. Cualquier incidencia en esa zona, incluidas las pérdidas, son poco visibles. Por ello, es necesario proveer a la tienda de visibilidad y ejecución en tiempo real. ¿Cómo? A través del Dynamic Store Mechandising (DSM), un sistema eficaz para “reducir pérdidas e incrementar beneficios”, un doble objetivo, que aplicado a los productos frescos (perecederos), empieza por cuantificar las pérdidas de esta categoría.

Tres años de investigación han demostrado que las pérdidas de perecederos suponen entre el 50% y el 65% de las ventas totales y la media de pérdida de venta de estos productos es de alrededor del 6%. La implantación de DSM de IBM ayuda a conocer el potencial de riesgo del inventario (cuando el suministro excede a la cobertura de demanda requerida) y minimizarlo, tanto de manera global como por categoría. Además, optimiza las promociones marginales, el marketing de tienda y obtiene beneficios en menos de 90 días y ROI en un año.

DSM analiza tendencias de otras variables como las de descuentos más frecuentes; las alertas por bajo stock en tiempo real (se puede ver la demanda de un día y producir de acuerdo a ella); tendencias a nivel de artículos; rendimiento de producto en un periodo de tiempo definido; dinamizar excedentes, etc.

Con DSM también se puede dinamizar el punto de venta, creando experiencias interactivas a partir de pantallas digitales (peso, precio, información…),gráficos de análisis, DayPart y Digital Signage.

Una de las mayores ventajas de DSM es que permite explotar el GS1 Data Bar ,que define hasta seis caracteres por de datos por venta; segmenta cliente por patrones de compra y franjas horarias y establece promociones conjuntas de productos.

En definitiva, el DSM es un nuevo medio de comunicación y aproximación de merchandising, que interactúa con el cliente, mientras compra. El proyecto se implanta por fases, en un plazo de entre 30 y 60 día sobre una base de alquiler.

Albert Serrano de, Checkpoint Systems, ha afirmado que a la misión de su compañía es “ayudar a los retailers a aumentar sus beneficios”, a partir de soluciones tecnológicas de etiquetado.

Según los datos 2010 de Barómetro del Hurto, en España se pierden 2.682 millones de euros por causa de la pérdida desconocida (,130% de las ventas totales), mientras que los costes de la delincuencia han ascendido a 2.252 millones y la inversión en seguridad a 784 millones de euros.

No obstante, la crisis también ha modificado los patrones del hurto y ahora las mayores sustracciones corresponden a los cárnicos, cuya pérdida desconocida asciende al 2,86% a nivel mundial y al 2,21% a nivel europeo. Es por ello, que el etiquetado en origen está creciendo, un 10,2% en 2010. No obstante, los productos frescos no han sido considerados normalmente como riesgo de hurto. Una de las propuestas de Checkpoint para esta categoría pasa por etiquetas específicas; aplicación de soluciones Spotting, que supone la integración de una etiqueta RF en etiquetas de peso, precio o marca, con un ahorro de costes y manipulación significativo.

La jornada también ha contado con las exposiciones de Salvador Prat, de Bizeba, que ha explicado la eficacia del QR Code como dimamizadpr de venta s y su aplicación en el Mobile Tagging. De la misma manera, se ha referido al Data Bar que conectado e integrado con el anterior construirá, “la etiqueta del futuro”.

La ponencia de Inalca, fabricante italiano de sector cárnico y una demostración del Tren de Etiquetado Automático de Bizerba y spotting con etiquetas RF han completado el encuentro.


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