La infraestructura crea empleo. La infraestructura mejora la competitividad de un país y la calidad de vida de sus ciudadanos. La infraestructura genera conocimientos, crea redes empresariales e incluso resuelve problemas concretos que permiten a los políticos enarbolarlos como banderas de campaña.
Las externalidades positivas de la infraestructura son enormes y por eso son pocos los que se quejan cuando un país avanza en el desarrollo de proyectos de infraestructura. Incluso en estos tiempos de crisis financieras son muchos los que dicen que la inversión en infraestructura podría ser la mejor política económica para combatir el ciclo económico.
No obstante, invertir en infraestructura es una cuestión complicada. Requiere atraer mucho capital, buenas capacidades de ejecución y disponibilidad de esperar por los retornos hasta que el proyecto esté funcionando. Hoy la mayor complicación para invertir en infraestructura no está en la ingeniería técnica que permite construir el puente, el puerto o la refinería. La mayor dificultad está en la ingeniería financiera que se requiere para atraer la inversión que el proyecto necesita, la creación de modelos de negocios detrás de cada proyecto que asegure su rentabilidad y un marco legal adecuado que dé seguridad a los inversionistas de que se respetarán los acuerdos dados. El problema es que América Latina ha sido poco exitosa en resolver esos problemas, por lo que su inversión en infraestructura apenas llega a un monto equivalente del 1,3% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el mundo está en un 2,2% y Asia supera el 5%. Y es que no todos los países están igualmente capacitados para ejecutar proyectos de infraestructura. Ésa es la conclusión de esta tercera edición de nuestro Ranking de Infraestructura de América Latina. Elaborado en conjunto con la consultora especializada CG/LA de Washington DC, analizamos qué tan bien preparados están los países de la región para atraer inversión en infraestructura. "Invertir cuantiosamente en infraestructura puede amortiguar el impacto de la crisis financiera sobre las economías reales", dice Norman Anderson, presidente y fundador de CG/LA. "Hoy en día analizar la capacidad de un país de desarrollar proyectos de infraestructura equivale a analizar su capacidad para hacer frente a la crisis".
La metodología de este ranking, elaborada por CG/LA, parametriza y compara una enorme cantidad de datos sobre la infraestructura de los países de América Latina, y los organiza en tres grandes dimensiones: la primera es el stock existente, o la capacidad de la infraestructura actual en cada país para sustentar la productividad y competitividad de los negocios. Esta categoría incluye también los éxitos pasados, específicamente el desarrollo de proyectos que generan experiencia y conocimiento en el mercado local. La segunda dimensión es la situación macroeconómica del país. Es un factor de alta relevancia: si las cuentas no están en orden es poco probable que el país pueda realizar las inversiones necesarias. La tercera dimensión es la capacidad de construir futuro, un conjunto de atributos que hablan sobre la capacidad de los países para atraer inversiones, como la visión de los líderes sobre el futuro de la infraestructura, la existencia de conocimiento técnico local, la capacidad del sector público para ejecutar sus proyectos, y otros (ver "Metodología y fuentes").
Chile sigue encabezando el ranking, aunque con un margen decreciente. El país no ha mantenido la extraordinaria imaginación que caracterizó el período 1995-2005. No obstante, se ubica muy por encima del resto de América Latina, aunque por debajo de los líderes mundiales en la materia, como lo son Corea del Sur y España. Al igual que el año pasado, Chile lidera en transporte y sistema sanitario.
Le sigue Panamá y su enorme transformación desde que anunció la ampliación del canal que une el Pacífico con el Atlántico. Éste no sólo es el proyecto más relevante de infraestructura estratégica en todo el hemisferio, además, posiciona a Panamá por encima de otros países en cuanto al porcentaje del PIB invertido en infraestructura, doblando a Chile, que, a su vez, dobla a su competidor más cercano. De gran relevancia es que, tal como las firmas chilenas de infraestructura se han expandido a Argentina, Perú y Colombia, Panamá está adquiriendo el tipo de experiencia que le permitirá construir proyectos similares, próximamente, en países vecinos.
A continuación se encuentran cuatro países en un virtual empate: México, Colombia, Brasil y Trinidad & Tobago. Brasil entra por primera vez entre los Top 5, principalmente debido a una positiva situación macroeconómica y a los avances del PAC, el Programa de Aceleración del Crecimiento que el presidente Lula ha promovido desde hace un par de años y que ya está mostrando resultados concretos. México y Colombia no tienen historias tan positivas. Al igual que Chile, han perdido puntos en el último año: Colombia, más de 11, y México, 6. En el caso mexicano la decepción debe ser doble, pues el mismo Felipe Calderón declaró que su sexenio sería el sexenio de la infraestructura que comenzaría con un enorme plan de vivienda básica en el país, más una renovación de la infra nacional. Pero entre problemas de gestión y cambio de prioridades (probablemente éste sea el sexenio de la guerra contra los narcos y de la crisis antes que el de obras públicas) han retrasado la concreción de gran parte de los proyectos.
El siguiente grupo de países es liderado por el gigante energético Trinidad & Tobago, un país que se alista para transformarse en un centro financiero para la región. Para lograrlo, se requerirá una inversión masiva en infraestructura digital, ya que T&T no entra ni en el Top 10 para ese ítem.
La verdadera noticia en este aspecto, sin embargo, es que Perú escala tanto en su puntaje global (más de 3 puntos) como en el ranking general, del puesto 11 al 8, el mayor crecimiento de cualquier país este año. Tanto Perú como República Dominicana han mejorado su puntuación en general, mientras que el resto de los países en esta categoría han visto abruptamente reducido su puntaje, en lugar de progresar.
Costa Rica perdió 10 puntos, principalmente por su inhabilidad para lograr avances en proyectos prioritarios. Este grupo de países necesitará cuantiosa asistencia para escapar de los peores efectos de la crisis, principalmente desde organismos multilaterales.
Los últimos cinco países del ranking necesitarán asistencia extrema para sobrevivir la crisis venidera. El nuevo presidente de Paraguay, Fernando Lugo, tiene bastante trabajo por delante: en puntaje general Paraguay cayó 7 puntos, y bajó del puesto 16 al 19 en el ranking. Haití continúa a la cola, por un amplio margen con respecto a países que, de hecho, están en una pésima situación.
Hágase la luz
Las posiciones en el ranking varían si el análisis se hace en determinada área de la infraestructura. Este reporte considera cuatro: electricidad, vías & logística, agua e infraestructura digital. En el ranking de la energía eléctrica, México mantiene el primer lugar en América Latina, por tercer año consecutivo. Esto, en gran medida debido a continuas mejoras en todos los aspectos de la red eléctrica federal. La clave sigue siendo la habilidad y determinación de CFE de diversificar la matriz de generación para asegurar el suministro, incluyendo la inauguración, este año, de la planta GNL Manzanillo, que traerá gas del campo de Camisea en Perú.
Colombia se aferra al segundo puesto en el ranking de electricidad, gracias a su fuertemente diversificada matriz (carbón y gas natural producidos al interior del país, así como hidroelectricidad), y debido a que el país está llevando a cabo un trabajo cada vez más óptimo de traspasar costos a consumidores fuera del país.
Chile sigue en un rezago sorprendente. Es el único país del Top 5 que carece de una importante fuente local de combustible que le permita ser capaz de cubrir sus propias necesidades básicas. La inestable dependencia del gas natural argentino sigue afectando al país y, peor aún, presentando una incertidumbre que crea un escenario poco propicio para los negocios.
Perú es este año el actor estrella, logrando finalmente conectar el combustible de Camisea a la matriz energética, así como desarrollando importantes proyectos hidroeléctricos. Su escalada en el ranking se debe principalmente a un mayor margen de reserva, 12%, en comparación con un 7% el año pasado, así como a las buenas noticias respecto al proyecto hidroeléctrico y de riego Electropampas/PampasVerdes de US$ 2.000 millones en Ayacucho, así como el apoyo de multilaterales como la CAF hacia los proyectos eléctricos en Perú.
Brasil sigue rezagado pese a ser, a la vez, una gran promesa. Los problemas que ha tenido para diversificar su matriz, dependiente principalmente de la hidroelectricidad, han sido atenuados gracias a nuevas inversiones en gas natural y un agresivo programa de energías verdes. Este último es de clase mundial y promete incorporar 14.400 MW al sistema en 2020, lo que cubriría hasta el 15% de la matriz energética del país. Sin embargo, el sistema brasileño, al igual que el chileno, se encuentra plagado de incertidumbres, un verdadero desincentivo para las inversiones de largo plazo.
Tanto Panamá como Argentina destacan en esta categoría, aunque por causas distintas. Panamá está desarrollando agresivamente su capacidad de generación, como un mecanismo para sustentar su economía. Argentina, en cambio, tuvo alguna vez uno de los mejores sistemas eléctricos de América Latina, basado en abundante generación hidroeléctrica, así como en su propio suministro de gas natural de muy bajo costo. Hoy el país tiene el peor sistema de todos los grandes países de la región.
Los ojos en el camino
La crisis al parecer golpeó de antemano al sector de las carreteras y la logística, pues 2008 ha sido un año que careció de grandes proyectos. En materia de transporte, 2008 podría ser recordado como el año de las postergaciones. El sector, que se conforma de los puertos y sistemas logísticos asociados -incluyendo transporte urbano, carreteras, vías ferroviarias y aguas-, es crítico para la competitividad de América Latina. Chile es nuevamente primero en esta categoría. No obstante, este año el país pospuso una serie de proyectos y aún le duele el fracaso del Transantiago, el sistema de transporte urbano de la capital y que ha enfocado casi todos los recursos a su solución.
Colombia es el país con el mayor potencial en transporte en la región. Con puertos tanto en el Atlántico, como en el Pacífico, y un territorio interior que reclama mayor conectividad con los puertos y sistemas de acceso logístico -especialmente un sistema intermodal-, el país parece estar listo para explotar en términos de infraestructura de transportes. Pero algo lo está retrasando y su puntaje cae en un 13% en esta categoría, respecto a 2007.
Panamá está primero en cuanto a infraestructura portuaria y logística en todo el hemisferio, incluso puertos en la costa del Golfo y la costa Este de Estados Unidos están invirtiendo en preparación para la explosión de embarcaciones post-Panamax, una vez que el canal se complete en 2014. Jamaica continúa ocupando una posición relativamente elevada en nuestro ranking, seguido por el debut de Uruguay dentro del Top 5.
Los siguientes cinco países son importantes. Brasil subió un escaño, de la décima a la novena posición, mejorando su puntaje en casi un 20%, una de las alzas más importantes de cualquier país, en cualquier categoría, en este ranking. Gran parte de este avance se debe a mejoras en logística. Al mismo tiempo, las concesiones de autopistas y los proyectos de transporte urbano siguen avanzando aceleradamente, así como las inversiones privadas, como el proyecto Açu de Eike Batista.
Tanto República Dominicana como México tienen una serie de proyectos ambiciosos en el pizarrón, que fueron postergados en 2008 y debieran proceder en 2009. En República Dominicana, el proyecto para la autopista Santo Domingo - Samaná, que une las costas norte y sur de la isla, debiera avanzar; y en México, una serie de iniciativas carreteras y portuarias clave, incluyendo el proyecto Punta Colonet, que ya contempla una inversión de US$ 8.000 millones, deberán avanzar en 2009.
Haciendo Agua
El sector sanitario (que combina las redes de agua potable y alcantarillado) se encuentra en severos aprietos en América Latina. A excepción de Chile, los puntajes de cada país en la región han bajado, de forma precipitada en el caso de Argentina, que abandona completamente el Top 10 de esta categoría, luego de haber ocupado el 5º lugar hace un año.
Esto presagia un mal 2009, ya que las inversiones en aguas y alcantarillado tienden a avanzar en los buenos tiempos, y a caer en forma dramática en periodos de dificultades financieras. Por ejemplo, en una de las ciudades más grandes de América Latina -que se caracteriza por severos problemas de agua- el presupuesto del sector para 2009 fue recortado en un 25%. El mensaje es que el sector agua potable/alcantarillado en Latinoamérica se encuentra en crisis, y que ésta va a empeorar debido a que las inversiones están condicionadas al nivel de las tarifas e impuestos sobre bienes raíces.
Los países que han realizado los mayores esfuerzos en los últimos años son los que obtienen los puntajes más altos: Chile, Colombia y Uruguay. Son países que no sólo reconocen la importancia del agua potable para la salud pública, sino que han incorporado modelos financieros para asegurar la operabilidad y mantenimiento de sistemas de agua, los cuales siguen estando muy por debajo de los sistemas del primer mundo.
Uruguay entra en el Top 5 este año, principalmente gracias a proyectos de mejora en la distribución de agua potable, incluyendo el proyecto la Modernización y Rehabilitación de Sistemas de Obras Sanitarias del Estado, respaldado por el Banco Mundial.
Brasil y México tienen grandes planes, así como grandes necesidades y constantes postergaciones. Cada uno ha abordado de forma diferente el problema sanitario. Brasil ha descentralizado un sistema estatal, mientras que México posee un sistema federal. Sin embargo, los resultados son los mismos: una batalla para articular o financiar proyectos, y retrasos constantes en las obras (ver "El sueño de Lula").
Cedae, la entidad sanitaria para el estado de Rio de Janeiro (y que muestra uno de los peores desempeños de la región), se alista para realizar su oferta pública inicial de acciones, siguiendo la tendencia impuesta por Sabesp. La administración actual está invirtiendo fuertemente para mejorar la eficiencia y reducir las pérdidas de agua potable, tanto físicas, como comerciales.
Nótese también que los esfuerzos de Perú para incrementar su rendimiento en el sector sanitario han generado resultados impresionantes, logrando un avance desde la 15º a la 8º posición en un año. Esto también ilustra el pobre estado del sector en América Latina, así como el rápido avance que se podría lograr con esfuerzo y perseverancia.
Sin conexíon... De nuevo
La infraestructura digital muestra un rendimiento diametralmente opuesto al sector sanitario, generando aún inversiones, fácilmente financiado mediante las tarifas de acceso y en directa correlación con la productividad.
Los puntajes mejoraron en forma significativa durante 2008 en todos los países. Brasil sigue en el primer puesto, elevando su puntaje en esta categoría en un 12%. De hecho, Brasil está progresando significativamente en materia digital, particularmente en nuevos servicios de valor agregado. Le siguen Chile y Colombia, que han desarrollado sistemas bien manejados, que sirven de plataforma para los negocios, con pocas interrupciones o pérdidas de señal.
República Dominicana sigue subiendo en el ranking, del 5º al 4º lugar en un año, mejorando su puntaje en 11%. El gran tema de este país es su movimiento agresivo hacia el ingreso y procesamiento de datos, basado en un crecimiento estable y una importante población bilingüe, lo que constituye una ventaja considerable.
México sorprende, manteniendo la 6ª posición, principalmente debido al elevado costo de las llamadas y la falta de innovación, producto de un sistema de telefonía monopólico.
Uno de los pocos que han descendido en esto es Costa Rica, cayendo del puesto 7 al 10 debido al fracaso en la liberalización de su sistema estatal. Muchos de los servicios digitales disponibles en toda América Latina simplemente no están disponibles en Costa Rica.
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