Fuente: El Mundo
Las tiendas de segunda mano agonizan tras el fin de la crisis económicaInterior de una tienda de ropa de segunda mano en Madrid EL MUNDO
0comentariosComentarDos de cada 10 comercios al por menor de segunda mano se encuentran en un elevado riesgo de impago
El nuevo vintage: manual de uso y consumoEl mercado de segunda mano vivió su época dorada durante los años de la crisis, al mismo tiempo que la economía española se tambaleaba. Tanto es así, que entre 2008 y 2011 la secondhand llegó a incrementar su facturación media un 60%. ¿La clave de su éxito? Permitir al consumidor adquirir piezas usadas a unos precios muy por debajo de las tiendas tradicionales y deshacerse de aquello que no querían o no necesitaban a cambio de un pellizco.
El auge de estas tiendas se produjo por la falta de poder adquisitivo de los hogares, que encontraron una alternativa al mercado tradicional donde los precios eran más altos, atendiendo a los resultados del análisis La segunda mano no cuaja en España elaborado por
Iberinform, filial de Crédito y Caución. Además, este tipo de locales se convirtieron en templos de lo vintage, un estilo que atrajo especialmente a los consumidores millenials.
Sin embargo, ni siquiera ese atractivo les ha salvado del declive una vez que la bonanza económica ha vuelto a los hogares. La facturación media ha ido declinando hasta volver a niveles previos a la crisis y la situación en muchos de ellos ha provocado que dos de cada 10 comercios al por menor se encuentren en un elevado riesgo de impago.
Las amenazas cada vez son más serias
La recuperación económica ha alejado a algunos compradores de este tipo de comercios y a ello se suma la guerra de precios a la que se sometió el sector textil durante los años de crisis. El efecto
Primark, que abrió hace dos años su primera tienda en España, dio la puntilla con sus bajos precios; ahora los consumidores pueden comprar ropa low cost hasta en los supermercados.
Lidl, por ejemplo, vende moda en sus tiendas. Esto ha hecho que los clientes no tengan que recurrir ya a tiendas de segunda mano, pues pueden encontrar productos nuevos a bajo precio.
También la liberalización de las rebajas en el año 2012, ha hecho que las cadenas puedan decidir cuándo hacen sus descuentos, mientras que antes estos periodos estaban acotados a las tradicionales rebajas de invierno y las de verano. Ahora, gracias a estas llamadas "rebajas de fuera de temporada" hay productos rebajados prácticamente todo el año.
El fenómeno Black Friday, la jornada masiva de descuentos que se celebra en el mes de noviembre y que llegó hace cinco años a España para quedarse, también ha hecho que se adelante la campaña de Navidad.Ahora se compra antes y más barato, ya no hay que esperar a las rebajas de febrero.
Como estocada final, han aparecido las tiendas online de segunda mano como
Vibbo,
Poshmark o
ThredUp. Esta última vende un total de 359 marcas de ropa. Este modelo de negocio acapara las ventajas de las empresas en línea, como puede ser un negocio abierto las 24 horas, sin limitaciones geográficas, con mayor capacidad para estudiar a sus clientes y con una sustitución progresiva de intermediarios en este mercado.
De este modo, apenas un 2% de estos comercios ha alcanzado la dimensión de mediana empresa y el porcentaje de gran empresa es irrelevante. Si analizamos el fenómeno por regiones, el 23% del sector se concentra en Cataluña, seguido de Madrid (19%) Andalucía (15%) y la Comunidad Valenciana (12%). Cerca del 80% del sector está compuesto por microempresas y un 18% adicional por pequeñas empresas.
Esta crisis también la sufre el medio ambiente
Tan sólo la compra y venta de moda de segunda mano en Vibbo ahorró más de 22.500 toneladas de CO2. Este es un ejemplo de lo que supone la compra y venta de ropa usada para el medio ambiente, el cuál se ve perjudicado por la pérdida de interés de muchos españoles hacia estos productos.
"Esta enorme cifra equivale a eliminar todas las emisiones que producen 930.000 españoles en un solo mes, a eliminar todo el tráfico de Madrid durante 3,9 meses o a producir 2,8 millones de sofás", afirman desde Vibbo.
Una oportunidad
Este escenario contrasta radicalmente con países como Estados Unidos, donde las transacciones de moda de segunda mano mueven alrededor de 16.200 millones de euros al año. Este mercado, que cuenta con un gran consumo entre los jóvenes, alcanzará los 33.000 millones de facturación en 2022, según un informe emitido por la plataforma ThredUp. No obstante, la tendencia se está orientando hacia un consumidor que busca productos de alta calidad: el 66% de los compradores recurren a estos comercios para adquirir productos de marca, y cada vez gozan de más consumidores tradicionales de lujo -un 13% del mercado lo mueven personas millonarias, según recoge el documento-.
Y es que el lujo no tiene fecha de caducidad. Durante la recesión económica, este sector vivió con mucho más desahogo que otros grupos económicos. Tanto es así que este tipo de marcas incrementaron su valor en un 72% en los últimos 12 años, según expone el
índice BrandZ, elaborado por Kantar Millward Brown y WPP. En esta línea, los consumidores siguen viendo una gran oportunidad de conseguir artículos de calidad y prestigio por un precio, al menos, más asequible.
A su vez, existen artículos que son prácticamente imposibles de encontrar por otro medio. Este es el caso de ropa de décadas anteriores, como chaquetas de los años sesenta o sombreros de los cincuenta.
A pesar de todo, seguimos "adictos a las compras"
El consumo en moda ascendió a 505 euros por español, según un informe sobre compra de moda del
Observatorio Cetelem. Esto se debe a diferentes factores, según recoge el documento. Uno de ellos es que, al encontrarnos desanimados o deprimidos, "muchas personas optan por ir a dar un paseo y comprar alguna que otra prenda para animarse un poco". Y añade también razones como "la moda rápida, la exclusividad que los consumidores intentan buscar, o los periodos cortos de tiempo en los que se establecen las rebajas hacen que compremos de forma compulsiva. Por eso, y en algunas ocasiones, se crean las llamadas 'adicciones a las compras'". Pero la guinda a este pastel la ponen los 'influencers' y los blogs de moda, al ser un escaparate sin precedentes para personas procedentes de todos los lugares del mundo.