Para muchos mercados de commodities, el alza de precios apenas comienza. Este será un buen año para perpetuar el superciclo.
Superciclo. Así se le decía hace dos años a un fenómeno que parecía imposible. Los precios de la mayoría de los principales bienes básicos habían subido simultáneamente y no mostraban signo de desacelerar. Además, y tal vez más sorprendente en ese momento, no parecía tratarse de una burbuja especulativa que estuviera a punto de estallar. El Superciclo se mantuvo hasta hoy y posiblemente supere sin muchos moretones lo que al parecer será la peor de las diez recesiones que ha tenido Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, una prueba que no superaron los bonos de los países más fuertes del planeta.
Buena parte de este aumento sostenido de precios se explica por un problema mundial de baja de oferta y de inventarios reducidos, que se suma a un incremento en la demanda. "Los mercados de commodities reaccionan cada vez más a los problemas de oferta", dice un informe del banco UBS y señala también que hay unas profundas restricciones en la oferta que están evolucionando en mercados claves y podrían hacer subir un escalón más los precios de estos bienes en los próximos 18 meses.
Las materias primas básicas se convirtieron en estrellas del mundo financiero. "En los últimos 45 años, los commodities han mostrado consistentemente retornos comparables a los de las acciones", señala un informe del Citibank. El desempeño ha sido mejor en años recientes. El índice conformado en 1998 por el autor del libro Hot commodities, James Rogers, aumentó 300% en estos nueve años. El índice agrícola del Deustche Bank rindió en los últimos cinco años 11,3% anual, mientras que el índice Dow Jones de papeles del Tesoro de Estados Unidos ofreció 4,6% en ese lapso.
La historia reciente es aún más interesante. En febrero, por ejemplo, los índices de bienes primarios tuvieron el mayor aumento desde la crisis del petróleo de los 70. El oro, la plata y el platino tuvieron máximos históricos en marzo y el café tuvo las mayores cotizaciones en los últimos años.
Por si esto fuera poco, con algunas excepciones como el petróleo y el cobre, las cotizaciones de los commodities tienen posibilidades de aumentar. Una razón se encuentra en que en términos reales, es decir, descontando la inflación, los precios de los bienes primarios apenas han recuperado el 58% de lo que valían en la década de los 70.
Con esa perspectiva, ya se ganaron el interés de los
Lo que viene
En general, el panorama es de alzas de precios, un hecho que para América Latina tiene una importancia especial, porque los bienes básicos conforman el 41% de las exportaciones de la región y tanto como el 93%, en países como Venezuela.
Los metales preciosos aumentarán por la debilidad del dólar, la inflación al alza, las reducciones en la oferta y por problemas de cortes de energía en Suráfrica, el mayor productor del mundo. El oro superó los US$990 y la plata consiguió máximos de 27 años.
Los mercados de granos y oleaginosas tienen "potencial de movimientos ascendentes (en precios) para más años", sostiene Rick Lorusso, investigador de Citibank. Señala que quizás el trigo sería la excepción, pero las noticias de problemas climáticos en países productores podrían cambiar el escenario. En soya, la demanda china, que se lleva casi el 40% de las importaciones del mundo, no será fácilmente abastecida por Argentina y Brasil, que tienen problemas de clima por el fenómeno de La Niña. Por eso, como lo señalan los analistas de UBS, se reducirán los inventarios y subirán las cotizaciones. Esto arrastrará al maíz y al aceite de palma.
Los 'suaves', como se le conoce al grupo compuesto por cacao, algodón, café, azúcar y jugo de naranja, tienen también perspectivas de alzas. El cacao tiene un precio en términos reales muy inferior al pico de 1997; el algodón y el cacao están bastante baratos en precios constantes. Rick Lorusso cree que el café "se ve muy atractivo y se mantiene con precios modestos" y que el azúcar es un producto con "un potencial de largo plazo excepcional".
El petróleo es el bien más caro de todos estos, cuando se mira en precios constantes. La tendencia parecería ser a la baja. El banco UBS piensa que el barril de West Texas Intermediate bajará de los más de US$100 actuales a US$85 a fin de 2008 y JP Morgan cree que acabará en US$76.
Pero como ocurre con todas las predicciones, la proyección de precios no es nunca un asunto blanco o negro. Un problema para ver con certeza el escenario que viene está en determinar si los defensores de la hipótesis del desacoplamiento tienen razón. Esta teoría señala que los países emergentes ya no se mueven al unísono con las economías del primer mundo; que consiguieron una dinámica autónoma que les permite crecer incluso a pesar de que Estados Unidos atraviese una recesión. Esto haría que la demanda de commodities no afloje y que sus precios sigan al alza.
Para el columnista de la revista Forbes, Gary Shilling, esa teoría no funciona. Argumenta que China no tiene una clase media lo suficientemente grande para compensar con el consumo doméstico la caída de las exportaciones hacia el mercado norteamericano. Si la clase media está compuesta por familias que ganan más de US$5.000 anuales, solo el 8% de los chinos y el 5% de los indios entraría en esa clasificación.
Además, sostiene Shilling, buena parte de la demanda china de bienes primarios se hace para abastecer de materiales el mercado de exportación y no para atender el mercado doméstico. Por eso la caída económica estadounidense les cobrará una tarifa grande a los commodities. Concuerda con los demás analistas en que la tendencia de los precios de energía es inexorablemente a la baja. Los hallazgos petroleros recientes de Petrobras, y el uso cada vez más extendido de fuentes de energía alternativa, como los crudos pesados o la nuclear, aumentarán la oferta y reducirán los precios.
La recomendación natural en estos casos es vender o irse corto en commodities. "Los precios de los bienes básicos, aún altos, tienen la posibilidad de caer fuertemente, a medida que la recesión mundial tome fuerza", advierte Shilling.
Gente nueva
Pero al lado de esta visión pesimista sobre la tendencia futura de los precios, la mayoría de los analistas coincide en señalar que este año el mundo está lejos de ver la cresta de la ola de cotizaciones al alza. No solo por líos en la oferta. También hay un aumento en la demanda de instrumentos financieros respaldados en bienes primarios.
Los inversionistas quieren mejorar sus retornos y administrar su riesgo diversificando el portafolio. El Citibank muestra que no hay una relación significativa entre los índices de commodities y los principales activos financieros (coeficientes de correlación de -0,03, muy cercano a cero). Por eso, un inversionista podría diversificar el riesgo de los bonos si compra materias primas básicas.
Esto ya lo saben los grandes fondos, que están entrando en el juego. Hasta ahora no han llegado en masa, pero podrían hacerlo en los próximos años. De los US$55 millones de millones que tienen sus portafolios, solo han invertido US$300.000 millones en commodities, señala un estudio de Citibank. El banco espera que los fondos inviertan entre 5% y 10% en este tipo de bienes; esto es, que crezca US$1,8 billones más de lo que tienen en la actualidad. Ya hay algunos movimientos en este sentido. El fondo californiano Calpers, que maneja US$200.000 millones en activos, decidió asignarle US$500 millones a commodities este año.
La presencia de los fondos que utilizan los mercados de futuros, y de opciones de materias primas, aumentan la liquidez del mercado, pero también, como lo advierte el director de la Organización
Incluso establece que ya hay una presencia grande en los mercados de futuros. "En enero de 2007, los fondos de inversión en Nueva York representaban entre 20% y 50% (según el caso) de los contratos de futuros de productos agrícolas. Estos fondos, que no pueden comerciar en físicos, deben renovar los contratos que expiran (roll over) y consolidar sus portafolios cada mes, creando así demanda por contratos de futuros sin que haya relación alguna con la demanda física misma", explica.
En Colombia, esta bonanza internacional se verá disminuida drásticamente por la revaluación y por el aumento simultáneo de insumos y de mano de obra. Entre 2002 y 2007, el salario mínimo mensual en dólares se duplicó, al pasar de US$108 a US$215. También han aumentado los costos de la seguridad social y los aportes a pensiones.
Además, el precio del petróleo, que se multiplicó por más de dos en los últimos cinco años, empujó el alza en los fletes domésticos e internacionales y el de insumos como plásticos y agroquímicos. Los fertilizantes, por ejemplo, subieron entre 25% y 45% en el último año.
Con todo, no se puede perder de vista que en el mundo hoy se paga más por las materias primas que antes. Ese 'regreso a lo básico' que refleja el superciclo, es un buen indicador de hacia dónde se pueden enfocar las nuevas
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Ignacio Gómez Escobar
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