¿Qué aprendizajes se pueden obtener del retail español y que aprovechar para el retail de LATAM?
Ignacio Gómez Escobar
DIRECTOR ESTRATÉGICO DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE RETAIL — MIEMBRO DE DISCOUNT RETAIL CONSULTING - AUTOR DEL LIBRO "CUANDO MENOS ES MÁS" - CONSULTOR INTERNACIONAL EN RETAIL - ENFASIS EN HARD DISCOUNT - INVESTIGADOR.
8 de marzo de 2025
1. Modelos de negocio exitosos en España: El retail español está dominado por Mercadona, seguida de Carrefour, Lidl, Dia y Aldi, cada una con estrategias diferenciadas. Mercadona ha logrado una posición de liderazgo indiscutible con más de 1.680 tiendas, 26–27 % de cuota de mercado y ventas por 35.527 millones € en 2023. En 2024, Mercadona tuvo ventas brutas por 37.800 millones de euros, un 6 % más que en 2023. Por su parte, la venta en línea de la cadena valenciana creció un 30 % y alcanzó los 842 millones de euros. El modelo Mercadona se basa en precios bajos constantes (poca promoción), alta eficiencia y un fuerte desarrollo de marcas propias. Mercadona ha priorizado la calidad y variedad de su marca de distribuidor (MDD), sus productos Hacendado, Deliplus, por ejemplo, para fidelizar al cliente, reduciendo costos al integrar proveedores. Además, ha innovado en formato de tienda con el concepto de “Tienda 8” (supermercados más eficientes energéticamente). Ha introducido secciones nuevas como “Listo para Comer” (comida preparada) para mejorar la experiencia.
Carrefour, con 9 a un 10 % de cuota de mercado, compite con sus hipermercados de amplio surtido y supermercados de proximidad (Carrefour Market/Express). Ha adoptado un enfoque multiformato: grandes superficies para compra integral y tiendas urbanas para conveniencia. En años recientes, Carrefour impulsó su formato Supeco (tiendas de descuento duro) abriendo establecimientos de bajo costo, mostrando cómo incluso hipermercados tradicionales incorporan modelos de hard discount.
Lidl y Aldi, discounters alemanes, han crecido aceleradamente. Lidl cumplió su objetivo de 700 tiendas en el 2024 y planea llegar a 1.000 y ya es la 3.ª cadena por cuota (5.8 %) gracias a su propuesta de precios bajos y surtido limitado de muy buena relación calidad-precio. Aldi supera las 468 tiendas y expande agresivamente, en 2025 con 40 nuevos supermercados y superará las 500 tiendas consolidando el modelo hard discount en España.
Por su parte, Dia (nacida como discounter español) ha reenfocado su negocio hacia formatos de proximidad: tras dificultades financieras, vendió tiendas grandes y perfumerías para concentrarse en supermercados de barrio. Actualmente, 2 de cada 3 tiendas Dia son de proximidad (75 % de sus 1.861 locales), lo que le ha permitido mejorar ventas y avanzar hacia la rentabilidad, aunque su cuota cayó a ~4.6 %. En general, el mercado español se ha movido hacia dos polos exitosos: las grandes superficies con amplio catálogo (ej. hipermercados) y los formatos de descuento/proximidad que ofrecen conveniencia y precio. La competencia es intensa y ha derivado en una “guerra de precios y promociones” para captar clientes, junto con una creciente apuesta por la marca propia en todas las cadenas, Esto ha impulsado constantes innovaciones en surtido (líneas bio, gourmet, listos para comer) y en la experiencia en tienda (por ejemplo, tiendas Lidl de nueva generación con panadería y pasillos de ofertas semanales).
2. Innovaciones en logística y cadena de suministro: La eficiencia operativa es un pilar del retail español. Mercadona, en particular, ha revolucionado la logística alimentaria con sistemas automatizados y modelos casi just-in-time. Por ejemplo, su nuevo centro logístico de productos frescos en San Isidro (Alicante) incorpora robots de almacenaje de Cimcorp (Empresa finlandesa que fabrica e integra sistemas automatizados de almacenaje y manipulación de materiales) que permiten llevar frutas y verduras “del campo a la tienda en 24 horas” reduciendo merma y garantizando máxima frescura. Esta automatización, que realiza las tareas pesadas de forma autónoma, ha mejorado la precisión de pedidos, reducción de costes y rapidez en la cadena de suministro, a la vez que libera al personal para labores de mayor valor.
Otros retailers también optimizan sus cadenas: usan cross-docking para minimizar inventarios en almacén, reponen a tienda con alta frecuencia y aplican análisis predictivo para ajustarse a la demanda. El modelo just-in-time se aprecia en Inditex (moda) y cada vez más en alimentación: reabastecimiento rápido para evitar stocks sobredimensionados, especialmente en perecederos. Cadenas como Carrefour y Eroski han afinado la planificación conjunta con proveedores para evitar roturas de stock a la vez que contienen costos. Además, la automatización va más allá de almacenes: algunos supermercados emplean clasificación automática de productos, vehículos guiados en centros de distribución e incluso algoritmos de optimización de rutas de reparto. El uso de inteligencia artificial en logística comienza a notarse en pronósticos de demanda más precisos (teniendo en cuenta estacionalidad, tendencias de consumo e incluso clima) y en la gestión de inventarios en tienda, por ejemplo, ajustando pedidos diarios en función de ventas en tiempo real. Todas estas innovaciones han permitido al retail español mantener costes operativos bajos (un factor clave para competir en precio) y adaptarse rápidamente a cambios (p. ej., picos de demanda en campañas o durante la pandemia).
Los retailers españoles y europeos han refinado modelos logísticos muy eficientes que optimizan costos y servicio, sirviendo de inspiración global. Un ejemplo emblemático es Inditex, cuyo éxito se ha cimentado en una cadena de suministro ágil y flexible. Zara puede diseñar, producir y distribuir una prenda nueva a tiendas de todo el mundo en tan solo 1–2 semanas, mientras la mayoría de sus competidores tardan varios meses. Esta capacidad de respuesta “rápida y justa a tiempo” —posible gracias a una logística centralizada y producción cercana (mucho en España/Marruecos)— permite a Zara reponer tendencias al instante y reducir inventario sobrante. Los supermercados europeos también optimizan sus redes. Mercadona (España), por ejemplo, opera centros logísticos altamente automatizados y emplea su “Estrategia del Ocho” para optimizar rutas de camiones de distribución, reduciendo viajes en vacío y ahorrando miles de trayectos al año (menor costo y huella de carbono). En la última milla, Europa ha innovado con soluciones para eficientar entregas de ecommerce: es común el uso de taquillas automáticas y puntos de recogida (PUDO) dispersos en ciudades, donde el cliente recoge su paquete cuando le conviene. De hecho, en Europa las formas más comunes de entrega off-site son las taquillas de autoservicio y los puntos de recogida en tiendas de conveniencia. Esta densidad de puntos de entrega alternativa agiliza la última milla y abarata costos (un solo reparto deja múltiples pedidos en un locker). Asimismo, minoristas como Amazon Europe (o aliados locales) y empresas postales han desplegado redes de casilleros 24/7 en estaciones de tren, supermercados, etc., algo reproducible en ciudades latinoamericanas congestionadas. En cuanto a gestión de inventarios, los europeos lideran en uso de tecnología para precisión y rapidez. Varias cadenas han implementado sistemas automatizados de almacenaje y picking en sus almacenes centrales —el caso paradigmático es Ocado (Reino Unido) con sus almacenes de comestibles totalmente robotizados que preparan miles de pedidos diarios con mínima intervención humana—. En tiendas, el ya mencionado RFID ha revolucionado el control de stock. Decathlon puede hacer recuentos de mercancía con robots o sensores de techo que leen las etiquetas, logrando información de inventario exacta en tiempo real 24/7. Esto reduce quiebres de stock y mejora la disponibilidad de producto para el cliente. La planificación apoyada en datos es otro fuerte: los grandes retailers europeos usan análisis predictivo (AI) sobre históricos de ventas, clima y eventos para pronosticar la demanda y distribuir stock óptimamente por región, minimizando sobre inventario local. También se han fortalecido estrategias como la consolidación de cargas entre filiales cercanas (camiones llenos) y la colaboración entre retailers para compartir infraestructura logística en ciertos casos, buscando eficiencia. En la llamada “última milla sustentable”, Europa marca pauta con pruebas de entregas con drones en zonas rurales (pilotos en Reino Unido), vehículos eléctricos de reparto en centros urbanos y optimización de rutas vía IA para acortar distancias.
3. Uso de tecnología y digitalización en el retail: Los supermercados españoles han emprendido una profunda transformación digital en los últimos años. En comercio electrónico, si bien la cuota de mercado de la compra en línea de alimentación sigue siendo baja (~1.5 % del total de ventas en 2023, tras un pico de un 2 % en pandemia), todas las cadenas líderes ofrecen ya plataformas de comercio electrónico y apps. Mercadona renovó su tienda en línea invirtiendo en “colmenas” (almacenes dedicados a pedidos web, también conocido como tiendas ocultas) y en 2024 facturó 840 M€ vía digital, con el objetivo de que el canal en línea alcance el 5 % de sus ingresos. Carrefour, Alcampo y El Corte Inglés facilitan servicios omnicanales: compra en web con opción de entrega a domicilio o click&collect (recogida en tienda o en taquillas). Incluso han surgido alianzas con startups de delivery. Carrefour se asoció con Glovo para entregas exprés en ciertos entornos urbanos. En 2023, Dia lanzó una nueva app omnicanal que integra su red de 2.300 tiendas físicas con la tienda en línea, permitiendo hacer la compra completa en “tres clics” y acceder al folleto, descuentos personalizados y hasta búsqueda por voz. Esta app unifica la experiencia física y digital, de modo que el cliente puede empezar su cesta en el móvil y completarla en tienda (o viceversa), con todos sus tickets y cupones sincronizados.
En tiendas físicas, la digitalización también es patente: proliferan las cajas de autopago (self-checkout) en cadenas como Carrefour, Alcampo o Lidl, que agilizan el pago y reducen colas. Algunas tiendas ofrecen scan&go (escaneo de productos con el móvil o pistolas durante la compra) para simplificar el proceso. La analítica de datos y el big data se utilizan para personalizar la experiencia: los retailers analizan millones de transacciones de sus programas de fidelidad para entender patrones de compra y. optimizar el surtido localmente (adaptando cada tienda a las preferencias del barrio) y para ofrecer promociones a medida (por ejemplo, cupones específicos según el historial de cada cliente). También se emplean tecnologías como etiquetas electrónicas de precio que facilitan el pricing dinámico y quioscos digitales o pantallas interactivas en tienda (por ejemplo, para información de origen de productos o recetas). En resumen, el retail español avanza hacia un modelo omnicanal: el cliente puede alternar entre tienda física, web o app, con una experiencia coherente. Esto ha ampliado los servicios – desde aplicaciones móviles intuitivas hasta entrega en el mismo día – y ha abierto vías para captar consumidores jóvenes nativos digitales sin descuidar a los tradicionales.
4. Estrategias de fidelización y experiencia del cliente: En un mercado tan competitivo, retener al cliente es tan importante como atraerlo. Las cadenas españolas han desarrollado robustos programas de lealtad. Carrefour cuenta con El Club Carrefour, con más de 10 millones de socios, que ofrece un Cheque Ahorro periódico (acumulando un % de las compras) y descuentos especiales a segmentos (familias numerosas, jóvenes, seniors). En 2024 añadió la función Cheque Zum para compartir los ahorros con familia y amigos. Además, vía su app Mi Carrefour, cada cliente recibe hasta 240 cupones personalizados al año, enfocados en los productos que más consume, y un claro uso de big data para promociones a medida.
Dia renovó su ClubDia incorporando mecánicas lúdicas (juegos, sorteos en la app) para aumentar el compromiso del cliente.
Lidl lanzó Lidl Plus, 100 % digital, que ofrece cupones y descuentos exclusivos mediante su app móvil. Esta app, activa en toda España desde 2019, no solo sirve de tarjeta de fidelidad virtual, sino que integra pagos (Lidl Pay) y segmenta ofertas según hábitos de compra Con ello, Lidl obtiene valiosos datos para conocer mejor a su clientela y ha logrado fidelizar incluso sin un programa tradicional físico.
Por otro lado, Mercadona ha sido atípica: no tiene tarjeta de puntos; su filosofía es “El Jefe es el cliente”, centrando la fidelización en la satisfacción mediante calidad, precio y servicio consistentes. Complementario a la lealtad, los precios dinámicos y promociones personalizadas juegan rol importante. Si bien en supermercados los precios base no cambian a diario, sí vemos dinámicas como ofertas flash, descuentos por franja horaria en productos frescos del día, o bajadas de precio estratégicas para competir. En 2023, con la inflación disparada en alimentos, se observó un fuerte incremento de promociones y rebajas para aliviar al consumidor. Cadenas como Mercadona incluso optaron por congelar o bajar los precios de algunos artículos clave para fidelizar a largo plazo, sacrificando margen en el corto plazo. La experiencia del cliente en tienda también ha mejorado: tiendas más luminosas, ordenadas y con servicios añadidos (p. ej., cafetería o zonas de degustación en algunos hipermercados).
Varios supermercados enfatizan la sostenibilidad y RSC como parte de la propuesta al cliente consciente: por ejemplo, Mercadona invirtió 90 millones € en 2019-2020 en medidas medioambientales, reduciendo su consumo eléctrico en 39,7 millones de kWh. instalando 1.400 paneles solares. Ha implementado tiendas eco-eficientes que ahorran hasta un 40 % de energía. Lidl, por su lado, eliminó bolsas de plástico de un solo uso, usa bandejas de material reciclado y logró reducir más de un 20 % del plástico en sus envases desde 2017, con el objetivo de que 100 % de sus envases sean reciclables para 2025. Estas iniciativas de sostenibilidad, junto con acciones de responsabilidad social (donación de alimentos, apoyo a productores locales, políticas laborales equitativas), mejoran la percepción de marca y generan fidelidad emocional en muchos consumidores que valoran comprar en empresas responsables. En suma, la fidelización en España combina ahorro (descuentos, puntos) con engagement (apps, sorteos) y valores (sostenibilidad, comunidad), logrando que el cliente sienta ventajas tangibles y alineación con sus principios al elegir una cadena.
5. Diferencias clave entre el retail español y latinoamericano: Pese a las similitudes culturales, existen contrastes importantes que obligan a adaptar las estrategias españolas al contexto de Latinoamérica. En términos de mercado, España tiene una distribución moderna muy consolidada, pocas cadenas dominan la mayor parte de las ventas – mientras que en muchos países latinoamericanos el retail está más fragmentado y coexisten grandes cadenas con una amplia tradición de tiendas pequeñas independientes y mercados informales. Esto significa que conceptos como los supermercados de proximidad o hard discount deben competir muchas veces con las tienditas de barrio tradicional; la propuesta de valor debe ser suficientemente fuerte (precio realmente bajo, surtido atractivo) para que el consumidor cambie su hábito. También la penetración de la marca propia difiere: en España más del 45-50 % de la cesta es de marcas de distribuidor, mientras que en Latinoamérica las marcas propias apenas rondan el 14 % de las ventas en promedio (aunque creciendo por la búsqueda de ahorro). Esto indica que replicar el éxito de Mercadona con marca blanca requiere educar al consumidor latinoamericano en la calidad de esas marcas y construir confianza gradualmente. Hay factores económicos a considerar: el poder adquisitivo y la sensibilidad al precio son muy variables en Latam, con altas tasas de inflación en algunos países que erosionan la fidelidad a una cadena si no ofrece constantemente precios competitivos. El modelo español de precios bajos permanentes puede ser muy adecuado en contextos inflacionarios, pero la estrategia promocional tal vez deba intensificarse aún más en países donde el consumidor está acostumbrado a “cazar ofertas” semanalmente por la alta volatilidad de precios. En cuanto a logística, la geografía extensa y a veces infraestructuras débiles de Latinoamérica suponen un reto mayor para implementar esquemas just-in-time como en España. Las cadenas latinoamericanas necesitan invertir en centros de distribución regionales, flotas y sistemas TI robustos para alcanzar eficiencias similares. Aun así, hay oportunidades claras inspiradas en España: por ejemplo, el formato hard discount ha mostrado gran éxito reproducible – el caso de Tiendas D1 en Colombia es ilustrativo, inspirada en Aldi, creció desde 2009 hasta tener 2650 tiendas en 2024 y convertirse en el retailer líder colombiano ofreciendo un 79 % de su portafolio en marcas propias También la cadena Ara (Colombia, del grupo portugués Jerónimo Martins) u Oxxo en México (tiendas de conveniencia) muestran que los conceptos de proximidad y descuento pueden florecer adaptándolos al gusto local.
En tecnología, Latinoamérica presenta alto uso de teléfonos móviles, por lo que las estrategias omnicanales españolas son aplicables: de hecho, muchos consumidores latinos han “saltado” directo al m-ecommerce. Adaptar apps de supermercado con funcionalidades locales (pagos en efectivo contra entrega, integración con billeteras móviles populares, etc.) puede acelerar la digitalización del grocery en la región. No obstante, la brecha digital y preferencia por pagar en efectivo de una parte de la población implica mantener modelos híbridos (por ejemplo, pedidos en línea con pago en tienda o contra entrega). A nivel cultural, los latinoamericanos valoran mucho la atención personal; así, si bien en España el autoservicio crece, en Latam podría requerir más tiempo y pedagogía para su adopción plena, complementándolo con un excelente servicio al cliente humano. En sostenibilidad, las prioridades pueden variar – p. ej., reducir plástico puede no ser tan demandado aún en ciertos mercados como lo es en Europa —, pero incorporar prácticas RSE (responsabilidad social empresarial) desde temprano puede posicionar positivamente a los retailers latinos frente a una nueva generación de consumidores más consciente. En resumen, los aprendizajes del retail español – eficiencia logística, formatos innovadores, digitalización y fidelización avanzada, impulso de marca propia, enfoque al cliente y la sostenibilidad – son sumamente valiosos para Latinoamérica. La clave está en adaptarlos al contexto local: ajustar surtidos a los sabores y necesidades regionales, considerar las diferencias socioeconómicas y de infraestructura, y comunicar claramente el valor al cliente. Hecho esto, los retailers latinoamericanos pueden aprovechar la experiencia española para modernizarse y ganar competitividad, creando propuestas de valor sólidas que combinen lo mejor de ambos mundos.
https://expedicionempresarial.com/expediciones/madrid/
Ignacio Gómez Escobar
Investigación propia y apoyo de ChatGPT
Ignacio Gómez Escobar
DIRECTOR ESTRATÉGICO DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE RETAIL — MIEMBRO DE DISCOUNT RETAIL CONSULTING - AUTOR DEL LIBRO "CUANDO MENOS ES MÁS" - CONSULTOR INTERNACIONAL EN RETAIL - ENFASIS EN HARD DISCOUNT - INVESTIGADOR.
8 de marzo de 2025
1. Modelos de negocio exitosos en España: El retail español está dominado por Mercadona, seguida de Carrefour, Lidl, Dia y Aldi, cada una con estrategias diferenciadas. Mercadona ha logrado una posición de liderazgo indiscutible con más de 1.680 tiendas, 26–27 % de cuota de mercado y ventas por 35.527 millones € en 2023. En 2024, Mercadona tuvo ventas brutas por 37.800 millones de euros, un 6 % más que en 2023. Por su parte, la venta en línea de la cadena valenciana creció un 30 % y alcanzó los 842 millones de euros. El modelo Mercadona se basa en precios bajos constantes (poca promoción), alta eficiencia y un fuerte desarrollo de marcas propias. Mercadona ha priorizado la calidad y variedad de su marca de distribuidor (MDD), sus productos Hacendado, Deliplus, por ejemplo, para fidelizar al cliente, reduciendo costos al integrar proveedores. Además, ha innovado en formato de tienda con el concepto de “Tienda 8” (supermercados más eficientes energéticamente). Ha introducido secciones nuevas como “Listo para Comer” (comida preparada) para mejorar la experiencia.
Carrefour, con 9 a un 10 % de cuota de mercado, compite con sus hipermercados de amplio surtido y supermercados de proximidad (Carrefour Market/Express). Ha adoptado un enfoque multiformato: grandes superficies para compra integral y tiendas urbanas para conveniencia. En años recientes, Carrefour impulsó su formato Supeco (tiendas de descuento duro) abriendo establecimientos de bajo costo, mostrando cómo incluso hipermercados tradicionales incorporan modelos de hard discount.
Lidl y Aldi, discounters alemanes, han crecido aceleradamente. Lidl cumplió su objetivo de 700 tiendas en el 2024 y planea llegar a 1.000 y ya es la 3.ª cadena por cuota (5.8 %) gracias a su propuesta de precios bajos y surtido limitado de muy buena relación calidad-precio. Aldi supera las 468 tiendas y expande agresivamente, en 2025 con 40 nuevos supermercados y superará las 500 tiendas consolidando el modelo hard discount en España.
Por su parte, Dia (nacida como discounter español) ha reenfocado su negocio hacia formatos de proximidad: tras dificultades financieras, vendió tiendas grandes y perfumerías para concentrarse en supermercados de barrio. Actualmente, 2 de cada 3 tiendas Dia son de proximidad (75 % de sus 1.861 locales), lo que le ha permitido mejorar ventas y avanzar hacia la rentabilidad, aunque su cuota cayó a ~4.6 %. En general, el mercado español se ha movido hacia dos polos exitosos: las grandes superficies con amplio catálogo (ej. hipermercados) y los formatos de descuento/proximidad que ofrecen conveniencia y precio. La competencia es intensa y ha derivado en una “guerra de precios y promociones” para captar clientes, junto con una creciente apuesta por la marca propia en todas las cadenas, Esto ha impulsado constantes innovaciones en surtido (líneas bio, gourmet, listos para comer) y en la experiencia en tienda (por ejemplo, tiendas Lidl de nueva generación con panadería y pasillos de ofertas semanales).
2. Innovaciones en logística y cadena de suministro: La eficiencia operativa es un pilar del retail español. Mercadona, en particular, ha revolucionado la logística alimentaria con sistemas automatizados y modelos casi just-in-time. Por ejemplo, su nuevo centro logístico de productos frescos en San Isidro (Alicante) incorpora robots de almacenaje de Cimcorp (Empresa finlandesa que fabrica e integra sistemas automatizados de almacenaje y manipulación de materiales) que permiten llevar frutas y verduras “del campo a la tienda en 24 horas” reduciendo merma y garantizando máxima frescura. Esta automatización, que realiza las tareas pesadas de forma autónoma, ha mejorado la precisión de pedidos, reducción de costes y rapidez en la cadena de suministro, a la vez que libera al personal para labores de mayor valor.
Otros retailers también optimizan sus cadenas: usan cross-docking para minimizar inventarios en almacén, reponen a tienda con alta frecuencia y aplican análisis predictivo para ajustarse a la demanda. El modelo just-in-time se aprecia en Inditex (moda) y cada vez más en alimentación: reabastecimiento rápido para evitar stocks sobredimensionados, especialmente en perecederos. Cadenas como Carrefour y Eroski han afinado la planificación conjunta con proveedores para evitar roturas de stock a la vez que contienen costos. Además, la automatización va más allá de almacenes: algunos supermercados emplean clasificación automática de productos, vehículos guiados en centros de distribución e incluso algoritmos de optimización de rutas de reparto. El uso de inteligencia artificial en logística comienza a notarse en pronósticos de demanda más precisos (teniendo en cuenta estacionalidad, tendencias de consumo e incluso clima) y en la gestión de inventarios en tienda, por ejemplo, ajustando pedidos diarios en función de ventas en tiempo real. Todas estas innovaciones han permitido al retail español mantener costes operativos bajos (un factor clave para competir en precio) y adaptarse rápidamente a cambios (p. ej., picos de demanda en campañas o durante la pandemia).
Los retailers españoles y europeos han refinado modelos logísticos muy eficientes que optimizan costos y servicio, sirviendo de inspiración global. Un ejemplo emblemático es Inditex, cuyo éxito se ha cimentado en una cadena de suministro ágil y flexible. Zara puede diseñar, producir y distribuir una prenda nueva a tiendas de todo el mundo en tan solo 1–2 semanas, mientras la mayoría de sus competidores tardan varios meses. Esta capacidad de respuesta “rápida y justa a tiempo” —posible gracias a una logística centralizada y producción cercana (mucho en España/Marruecos)— permite a Zara reponer tendencias al instante y reducir inventario sobrante. Los supermercados europeos también optimizan sus redes. Mercadona (España), por ejemplo, opera centros logísticos altamente automatizados y emplea su “Estrategia del Ocho” para optimizar rutas de camiones de distribución, reduciendo viajes en vacío y ahorrando miles de trayectos al año (menor costo y huella de carbono). En la última milla, Europa ha innovado con soluciones para eficientar entregas de ecommerce: es común el uso de taquillas automáticas y puntos de recogida (PUDO) dispersos en ciudades, donde el cliente recoge su paquete cuando le conviene. De hecho, en Europa las formas más comunes de entrega off-site son las taquillas de autoservicio y los puntos de recogida en tiendas de conveniencia. Esta densidad de puntos de entrega alternativa agiliza la última milla y abarata costos (un solo reparto deja múltiples pedidos en un locker). Asimismo, minoristas como Amazon Europe (o aliados locales) y empresas postales han desplegado redes de casilleros 24/7 en estaciones de tren, supermercados, etc., algo reproducible en ciudades latinoamericanas congestionadas. En cuanto a gestión de inventarios, los europeos lideran en uso de tecnología para precisión y rapidez. Varias cadenas han implementado sistemas automatizados de almacenaje y picking en sus almacenes centrales —el caso paradigmático es Ocado (Reino Unido) con sus almacenes de comestibles totalmente robotizados que preparan miles de pedidos diarios con mínima intervención humana—. En tiendas, el ya mencionado RFID ha revolucionado el control de stock. Decathlon puede hacer recuentos de mercancía con robots o sensores de techo que leen las etiquetas, logrando información de inventario exacta en tiempo real 24/7. Esto reduce quiebres de stock y mejora la disponibilidad de producto para el cliente. La planificación apoyada en datos es otro fuerte: los grandes retailers europeos usan análisis predictivo (AI) sobre históricos de ventas, clima y eventos para pronosticar la demanda y distribuir stock óptimamente por región, minimizando sobre inventario local. También se han fortalecido estrategias como la consolidación de cargas entre filiales cercanas (camiones llenos) y la colaboración entre retailers para compartir infraestructura logística en ciertos casos, buscando eficiencia. En la llamada “última milla sustentable”, Europa marca pauta con pruebas de entregas con drones en zonas rurales (pilotos en Reino Unido), vehículos eléctricos de reparto en centros urbanos y optimización de rutas vía IA para acortar distancias.
3. Uso de tecnología y digitalización en el retail: Los supermercados españoles han emprendido una profunda transformación digital en los últimos años. En comercio electrónico, si bien la cuota de mercado de la compra en línea de alimentación sigue siendo baja (~1.5 % del total de ventas en 2023, tras un pico de un 2 % en pandemia), todas las cadenas líderes ofrecen ya plataformas de comercio electrónico y apps. Mercadona renovó su tienda en línea invirtiendo en “colmenas” (almacenes dedicados a pedidos web, también conocido como tiendas ocultas) y en 2024 facturó 840 M€ vía digital, con el objetivo de que el canal en línea alcance el 5 % de sus ingresos. Carrefour, Alcampo y El Corte Inglés facilitan servicios omnicanales: compra en web con opción de entrega a domicilio o click&collect (recogida en tienda o en taquillas). Incluso han surgido alianzas con startups de delivery. Carrefour se asoció con Glovo para entregas exprés en ciertos entornos urbanos. En 2023, Dia lanzó una nueva app omnicanal que integra su red de 2.300 tiendas físicas con la tienda en línea, permitiendo hacer la compra completa en “tres clics” y acceder al folleto, descuentos personalizados y hasta búsqueda por voz. Esta app unifica la experiencia física y digital, de modo que el cliente puede empezar su cesta en el móvil y completarla en tienda (o viceversa), con todos sus tickets y cupones sincronizados.
En tiendas físicas, la digitalización también es patente: proliferan las cajas de autopago (self-checkout) en cadenas como Carrefour, Alcampo o Lidl, que agilizan el pago y reducen colas. Algunas tiendas ofrecen scan&go (escaneo de productos con el móvil o pistolas durante la compra) para simplificar el proceso. La analítica de datos y el big data se utilizan para personalizar la experiencia: los retailers analizan millones de transacciones de sus programas de fidelidad para entender patrones de compra y. optimizar el surtido localmente (adaptando cada tienda a las preferencias del barrio) y para ofrecer promociones a medida (por ejemplo, cupones específicos según el historial de cada cliente). También se emplean tecnologías como etiquetas electrónicas de precio que facilitan el pricing dinámico y quioscos digitales o pantallas interactivas en tienda (por ejemplo, para información de origen de productos o recetas). En resumen, el retail español avanza hacia un modelo omnicanal: el cliente puede alternar entre tienda física, web o app, con una experiencia coherente. Esto ha ampliado los servicios – desde aplicaciones móviles intuitivas hasta entrega en el mismo día – y ha abierto vías para captar consumidores jóvenes nativos digitales sin descuidar a los tradicionales.
4. Estrategias de fidelización y experiencia del cliente: En un mercado tan competitivo, retener al cliente es tan importante como atraerlo. Las cadenas españolas han desarrollado robustos programas de lealtad. Carrefour cuenta con El Club Carrefour, con más de 10 millones de socios, que ofrece un Cheque Ahorro periódico (acumulando un % de las compras) y descuentos especiales a segmentos (familias numerosas, jóvenes, seniors). En 2024 añadió la función Cheque Zum para compartir los ahorros con familia y amigos. Además, vía su app Mi Carrefour, cada cliente recibe hasta 240 cupones personalizados al año, enfocados en los productos que más consume, y un claro uso de big data para promociones a medida.
Dia renovó su ClubDia incorporando mecánicas lúdicas (juegos, sorteos en la app) para aumentar el compromiso del cliente.
Lidl lanzó Lidl Plus, 100 % digital, que ofrece cupones y descuentos exclusivos mediante su app móvil. Esta app, activa en toda España desde 2019, no solo sirve de tarjeta de fidelidad virtual, sino que integra pagos (Lidl Pay) y segmenta ofertas según hábitos de compra Con ello, Lidl obtiene valiosos datos para conocer mejor a su clientela y ha logrado fidelizar incluso sin un programa tradicional físico.
Por otro lado, Mercadona ha sido atípica: no tiene tarjeta de puntos; su filosofía es “El Jefe es el cliente”, centrando la fidelización en la satisfacción mediante calidad, precio y servicio consistentes. Complementario a la lealtad, los precios dinámicos y promociones personalizadas juegan rol importante. Si bien en supermercados los precios base no cambian a diario, sí vemos dinámicas como ofertas flash, descuentos por franja horaria en productos frescos del día, o bajadas de precio estratégicas para competir. En 2023, con la inflación disparada en alimentos, se observó un fuerte incremento de promociones y rebajas para aliviar al consumidor. Cadenas como Mercadona incluso optaron por congelar o bajar los precios de algunos artículos clave para fidelizar a largo plazo, sacrificando margen en el corto plazo. La experiencia del cliente en tienda también ha mejorado: tiendas más luminosas, ordenadas y con servicios añadidos (p. ej., cafetería o zonas de degustación en algunos hipermercados).
Varios supermercados enfatizan la sostenibilidad y RSC como parte de la propuesta al cliente consciente: por ejemplo, Mercadona invirtió 90 millones € en 2019-2020 en medidas medioambientales, reduciendo su consumo eléctrico en 39,7 millones de kWh. instalando 1.400 paneles solares. Ha implementado tiendas eco-eficientes que ahorran hasta un 40 % de energía. Lidl, por su lado, eliminó bolsas de plástico de un solo uso, usa bandejas de material reciclado y logró reducir más de un 20 % del plástico en sus envases desde 2017, con el objetivo de que 100 % de sus envases sean reciclables para 2025. Estas iniciativas de sostenibilidad, junto con acciones de responsabilidad social (donación de alimentos, apoyo a productores locales, políticas laborales equitativas), mejoran la percepción de marca y generan fidelidad emocional en muchos consumidores que valoran comprar en empresas responsables. En suma, la fidelización en España combina ahorro (descuentos, puntos) con engagement (apps, sorteos) y valores (sostenibilidad, comunidad), logrando que el cliente sienta ventajas tangibles y alineación con sus principios al elegir una cadena.
5. Diferencias clave entre el retail español y latinoamericano: Pese a las similitudes culturales, existen contrastes importantes que obligan a adaptar las estrategias españolas al contexto de Latinoamérica. En términos de mercado, España tiene una distribución moderna muy consolidada, pocas cadenas dominan la mayor parte de las ventas – mientras que en muchos países latinoamericanos el retail está más fragmentado y coexisten grandes cadenas con una amplia tradición de tiendas pequeñas independientes y mercados informales. Esto significa que conceptos como los supermercados de proximidad o hard discount deben competir muchas veces con las tienditas de barrio tradicional; la propuesta de valor debe ser suficientemente fuerte (precio realmente bajo, surtido atractivo) para que el consumidor cambie su hábito. También la penetración de la marca propia difiere: en España más del 45-50 % de la cesta es de marcas de distribuidor, mientras que en Latinoamérica las marcas propias apenas rondan el 14 % de las ventas en promedio (aunque creciendo por la búsqueda de ahorro). Esto indica que replicar el éxito de Mercadona con marca blanca requiere educar al consumidor latinoamericano en la calidad de esas marcas y construir confianza gradualmente. Hay factores económicos a considerar: el poder adquisitivo y la sensibilidad al precio son muy variables en Latam, con altas tasas de inflación en algunos países que erosionan la fidelidad a una cadena si no ofrece constantemente precios competitivos. El modelo español de precios bajos permanentes puede ser muy adecuado en contextos inflacionarios, pero la estrategia promocional tal vez deba intensificarse aún más en países donde el consumidor está acostumbrado a “cazar ofertas” semanalmente por la alta volatilidad de precios. En cuanto a logística, la geografía extensa y a veces infraestructuras débiles de Latinoamérica suponen un reto mayor para implementar esquemas just-in-time como en España. Las cadenas latinoamericanas necesitan invertir en centros de distribución regionales, flotas y sistemas TI robustos para alcanzar eficiencias similares. Aun así, hay oportunidades claras inspiradas en España: por ejemplo, el formato hard discount ha mostrado gran éxito reproducible – el caso de Tiendas D1 en Colombia es ilustrativo, inspirada en Aldi, creció desde 2009 hasta tener 2650 tiendas en 2024 y convertirse en el retailer líder colombiano ofreciendo un 79 % de su portafolio en marcas propias También la cadena Ara (Colombia, del grupo portugués Jerónimo Martins) u Oxxo en México (tiendas de conveniencia) muestran que los conceptos de proximidad y descuento pueden florecer adaptándolos al gusto local.
En tecnología, Latinoamérica presenta alto uso de teléfonos móviles, por lo que las estrategias omnicanales españolas son aplicables: de hecho, muchos consumidores latinos han “saltado” directo al m-ecommerce. Adaptar apps de supermercado con funcionalidades locales (pagos en efectivo contra entrega, integración con billeteras móviles populares, etc.) puede acelerar la digitalización del grocery en la región. No obstante, la brecha digital y preferencia por pagar en efectivo de una parte de la población implica mantener modelos híbridos (por ejemplo, pedidos en línea con pago en tienda o contra entrega). A nivel cultural, los latinoamericanos valoran mucho la atención personal; así, si bien en España el autoservicio crece, en Latam podría requerir más tiempo y pedagogía para su adopción plena, complementándolo con un excelente servicio al cliente humano. En sostenibilidad, las prioridades pueden variar – p. ej., reducir plástico puede no ser tan demandado aún en ciertos mercados como lo es en Europa —, pero incorporar prácticas RSE (responsabilidad social empresarial) desde temprano puede posicionar positivamente a los retailers latinos frente a una nueva generación de consumidores más consciente. En resumen, los aprendizajes del retail español – eficiencia logística, formatos innovadores, digitalización y fidelización avanzada, impulso de marca propia, enfoque al cliente y la sostenibilidad – son sumamente valiosos para Latinoamérica. La clave está en adaptarlos al contexto local: ajustar surtidos a los sabores y necesidades regionales, considerar las diferencias socioeconómicas y de infraestructura, y comunicar claramente el valor al cliente. Hecho esto, los retailers latinoamericanos pueden aprovechar la experiencia española para modernizarse y ganar competitividad, creando propuestas de valor sólidas que combinen lo mejor de ambos mundos.
https://expedicionempresarial.com/expediciones/madrid/
Ignacio Gómez Escobar
Investigación propia y apoyo de ChatGPT
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