jueves, abril 27, 2017

Hacia dónde va la intención de compra de los colombianos

Hacia dónde va la intención de compra de los colombianos



Dinero.com




Hacia dónde va la intención de compra de los colombianos

Desde 2016 la confianza del consumidor viene golpeada y, aunque se ha recuperado en los últimos meses, no sale aún del terreno negativo. ¿Qué tan dispuestos están los consumidores para adquirir productos y servicios?
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Más de 60% del PIB colombiano está representado por el consumo. Por esta razón, lo que le pase al consumidor, para bien o para mal, se verá reflejado en la dinámica de la economía.
Fedesarrollo estudia desde hace varios años la confianza del consumidor y las expectativas que tiene frente al comportamiento del mercado. Desde enero de 2016 y hasta el mes de marzo pasado, el indicador se ha mantenido en terreno negativo.
Las sensaciones de desánimo y desaliento son preocupantes y ya se están reflejando en los resultados del comercio: según el Dane, las ventas minoristas se desplomaron en febrero 7,2%, siendo el dato más malo en la historia del indicador. De acuerdo con Fenalco, para marzo las ventas del comercio “tuvieron de nuevo un comportamiento mediocre, aunque al parecer alcanzaron a estar en terreno positivo”. Además, según Bancolombia, en el primer trimestre el crecimiento de la economía sería de 1,2%.
El aumento en la tarifa del IVA de 16% a 19%, tras la reforma tributaria de diciembre pasado, y la desaceleración que traía la economía desde el año pasado han afectado el consumo. Pero, aunque no se pueden medir, otros factores también están minando la confianza, como los escándalos de corrupción y el inicio de un debate electoral desgastante y polarizado. Pareciera que los consumidores estuvieran somatizando todas estas presiones.
Aunque desde el Banco de la República y el Gobierno se ha generado una tesis según la cual la correlación del índice de confianza del consumidor con el comportamiento de la economía se ha ido debilitando, no deja de ser preocupante que todavía el indicador esté en terreno negativo (-21,1% en marzo); más aún si se tiene en cuenta que en enero de este año tocó su piso en -30%.
El Gobierno ha mantenido sus expectativas de crecimiento para este año en 2,5% y apuesta a que el segundo semestre será mejor en materia económica, aunque reconoce que el inicio del año no fue el mejor. Algunas entidades han revisado el crecimiento en Colombia y, por ejemplo, para el FMI será de 2,3% este año, cifra similar a la del Banco de la República. Sin embargo, en vista de los resultados del inicio de año algunos analistas piensan que la cifra puede estar por debajo de estas perspectivas.
Dado que el índice de confianza del consumidor mide con más intensidad expectativas frente a bienes durables –vivienda y vehículo–, Dinero e Invamer Gallup decidieron tomarle el pulso a las expectativas de los consumidores y preguntarles por la intención de compra en 27 productos o servicios, aprovechando que en el pasado se había analizado esta intención en algunos de ellos y puede construirse una tendencia, y en otros casos se abre la pregunta a nuevas categorías.
Las conclusiones, por los resultados, son claras, según Martín Orozco, gerente de Invamer Gallup: en la mayoría de las categorías queda demostrada una desaceleración, más marcada en unas que en otras. Es decir, el país sigue en un proceso en el cual la intención de compra en la mayoría de las categorías decrece.
“Se relaciona con el ciclo de la economía. Veníamos con ciclos buenos y el año pasado muestra la desaceleración”, dice Orozco.
Bienes durables como vivienda o automóviles caen frente a 2015, y en motos –aunque no hay tendencia– el indicador puede ser considerado bajo. Otros bienes semidurables, básicamente de tecnología, como televisores de alta gama, computadores, impresoras o teléfonos inteligentes también muestran decrecimientos, aunque este último no tan marcado.
En cuanto a servicios financieros, las solicitudes de tarjetas de crédito caen, al igual que el ahorro programado en una institución financiera, pero el descenso de la solicitud de crédito hipotecario no es fuerte. En cuanto a inversiones, títulos valores y pensiones voluntarias registraron caídas. Para Orozco, en el primer caso por la incertidumbre de la renta variable y en el segundo por el impacto que tuvo en los ajustes tributarios de hace un par de años.
De hecho, una de las pocas categorías que crece es la de servicios fiduciarios, donde, al parecer, los encuestados tienen percepción de menor riesgo.
El otro frente es el de gastos prioritarios, como salud y educación y la percepción frente a ellas. Por ejemplo, en servicios hospitalarios o medicina prepagada crece la intención de compra y en estudios de educación superior en pregrado y posgrado están por encima de 50%.
Aterrizaje suave o pequeños aumentos han tenido las categorías relacionadas con el esparcimiento y el ocio. Por ejemplo, vacaciones cae apenas 3 puntos, pero utilizar hoteles sube 3.
En cuanto a servicios como internet o televisión por cable, la intención de compra cae. Sin embargo, estos pueden tener consideraciones complementarias. Por una parte, las conexiones a internet vienen en ascenso y el mercado está madurando, al igual que el servicio de televisión por suscripción. Pero también pueden aparecer otras consideraciones, por ejemplo, como está sucediendo en distintas partes del mundo donde las familias han empezado a preferir las conexiones de internet y acceder a plataformas de contenidos y video, y cancelar los servicios de televisión por suscripción.
Los próximos meses serán claves en la dinámica de la economía, en especial el segundo semestre, que concentra gran parte de los esfuerzos y los ingresos. ¿Se recuperará la confianza y revertirá la tendencia?.

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