06:00h | David G. Ortiz
Los QR Codes ('quick response codes' o códigos de respuesta rápida) son, en pocas palabras, los códigos de barras de la era digital. La principal diferencia es la misma que, en última instancia, existe entre un ábaco y una calculadora, un archivador y un disco duro o un telégrafo y un smartphone: la capacidad, medida en términos tanto cuantitativos como cualitativos.
Los QR Codes ('quick response codes' o códigos de respuesta rápida) son, en pocas palabras,los códigos de barras de la era digital. La principal diferencia es la misma que, en última instancia, existe entre un ábaco y una calculadora, un archivador y un disco duro o un telégrafo y un smartphone: la capacidad, medida en términos tanto cuantitativos como cualitativos.
Los códigos de barras tradicionales almacenan información de forma lineal y pueden retener tan solo 20 caracteres numéricos, mientras que los códigos QR son matrices bidimensionales con capacidad para almacenar miles de caracteres alfanuméricos. Si a ello le sumamos la rápida popularización de los smartphones, se abre un interminable abanico de nuevas posibilidades para las pequeñas y medianas
empresas, negocios como el supermercado o la tienda de barrio que, sin desterrar el código tradicional, pueden dar el salto al QR.
Escaneando con el teléfono móvil el QR de un producto concreto (existen aplicaciones capaces de hacerlo, sirviéndose de la cámara del terminal, tanto en iPhone como en Android), es posible acceder a información adicional en
internet (recomendaciones de las autoridades en materia de salud, comparativas de precios entre distintas tiendas, etc) o activar funciones específicas en decenas de aplicaciones del teléfono: email, mensajería instantánea, redes sociales, etc.
El código del sol naciente
Aunque cada vez más utilizados, los QR todavía son rarezas 'geek' en
Europa y
Estados Unidos. Nada que ver con
Japón, donde llevan casi una década aplicándolos con éxito a multitud de actividades cotidianas. Su origen está allí, en el país del sol naciente, y son una marca comercial registrada en 1994 por Denso Wave, una firma nipona subsidiaria de
Toyota. Afortunadamente para todos, la empresa tomó la decisión de no ejercer sus derechos de copyright sobre el invento, y en su lugar fomenta su uso libre y su expansión a todos los ámbitos
que la imaginación humana sea capaz de contemplar.
¿Cómo se crea un código QR?
Fácil, sencillo y para toda la familia. Basta con teclear en un buscador “QR Code Generator” para obtener una completa lista de aplicaciones alternativas, todas gratuitas, con las que dar a luz tu propia criatura.
¿Y cómo se lee?
Aún más fácil. Hay multitud de aplicaciones, también gratuitas, tanto en iPhone como en Android, con las que poder escanear los códigos QR haciendo uso de la cámara de tu móvil, tableta o dispositivo compatible.
¿Qué se puede 'meter' en un QR?
De todo, prácticamente no hay límites. Desde información sobre un producto, hasta un video o un enlace que quieres compartir con tus amigos, pasando por tu currículum vitae, un libro electrónico o una tarjeta de visita, por citar
sólo algunos ejemplos.
Un pequeño problema: ¿qué pasa con el SEO?
¿Cómo reconocen
Google y el resto de buscadores los códigos QR? ¿Saben de su existencia? Sí, pero no, y no por mucho tiempo. Sí, porque detectan la inclusión de un QR en una página web como si de cualquier otra imagen se tratara y piensa, como lo haría con las demás, que estamos actualizando nuestro sitio y enriqueciéndolo con contenido multimedia. No, porque no es capaz (de momento) de distinguir que se trata de un cógido 2D. Se espera que en el futuro próximo los buscadores no sólo sean capaz de diferenciar los QR de las fotos, sino que además los incluyan en sus bases de datos, indexando los enlaces que contienen como un resultado más.
El futuro de los QR codes
Tiempo al tiempo. Los QR codes son todavía un bebé gateando por el mundo occidental. No obstante, las aplicaciones potenciales son tan variadas que es fácil predecir su crecimiento, e incluso fantasear con un futuro en que no sólo sustituyan a los códigos de barras tradicionales, sino que faciliten cientos de tareas rutinarias de nuestro día a día del mañana, como comprar entradas para un concierto, billetes de tren, pasajes de avión o un simple bonobús.
Y no descartemos la utopía.¿Imagináis un mundo lleno de enlaces impresos en papel? Folletos, diarios, revistas, informes, currículums... Cualquier soporte impreso es bueno para grabar un código QR y añadir una segunda dimensión de información. Hasta que nuestro día a día sea plenamente interactivo.
EXPERTO EN LOGÍSTICA Y RETAIL. Contactos en: igomeze@une.net.co igomeze@gmail.com www.igomeze.blogspot.com igomeze@une.net.co COLOMBIA - SURAMERICA