El sector de la logística afronta su mes clave en el reparto de paquetes en plena pugna con Amazon por subir los precios. Ante el fuerte incremento de la demanda de envíos a domicilio u oficinas (Correos asegura que el número de paquetes recepcionados ha subido un 64% hasta septiembre), las grandes empresas del sector ya han tomado medidas para plantar cara a las agresivas condiciones de la plataforma online y evitar que se repita el caos del año pasado, cuando gran parte de los envíos no se realizó en tiempo y forma y muchas compañías terminaron trabajando a pérdida. No en vano, en la recta final de año (entre el Black Friday y Navidad) se espera que el número de envíos se dispare un 60% respecto al promedio mensual del año 2017, lo que ha llevado a las compañías a reforzar sus redes con la contratación de hasta 7.000 trabajadores. Un plan que supone una fuerte inversión y tensionar las redes de reparto para cumplir con la demanda en este periodo pico y poder llevar a su destino los dos millones de paquetes diarios que se prevé en las dos semanas siguientes al Viernes Negro.
"Ya hay una masa crítica de demanda, se ha creado la necesidad y ésta sigue creciendo. Ahora toca subir los precios y garantizar el servicio". Así, las paqueteras más importantes, como Seur, UPS, MRW o Tipsa, han limitado el número de pedidos que realiza para Amazon, sobre todo en los periodo pico, y han subido precios. En este punto, debido a su mayor capacidad para negociar, las grandes empresas de reparto han exigido más dinero al gigante norteamericano para realizar pedidos extra en el caso de tener margen de maniobra.
Fuentes del sector consultadas por este diario han asegurado que las medidas están teniendo efecto y que los precios ya están subiendo, lo que unido a la falta de mano de obra (la patronal alerta de una escasez de repartidores en el mercado) ha obligado a Amazon a poner coto al servicio gratuito de Amazon Prime Now, que consiste en llevar el producto a domicilio en menos de dos horas. La empresa fundada por Jeff Bezos lanzó el servicio con un pedido mínimo de 20 euros para que el envío urgente fuera gratuito. Ahora el monto mínimo ha subido a los 40 euros, lo que ha reducido los repartos en las últimas semanas. Y es que, tal y como explican desde la patronal de la logística, el reparto de paquetes a domicilio es un servicio de valor añadido y se debe pagar por él. Y más aún si se busca rapidez.
En este sentido, Correos ha resdiseñado su oferta de paquetería creando tres servicios de entrega distintos con tres tarifas. La más cara es Paq Today, que facilita la entrega en el mismo día. La segunda por precio es Paq Premium, que permite recibir los envíos del comercio online en un plazo de 24 o 48 horas y, por último, el más económico es el Paq Estándar con un plazo de entrega de 72 horas. La empresa estatal también ha creado un sistema de reparto de los paquetes de Amazon en función de los pesos.
El plante al gigante de Internet ha permitido que otras firmas más pequeñas se hagan con una parte del pastel. Unas compañías como Instapack o Delivery Mates (am- bas fundadas en 2016) que, según publicó El Confidencial, pagan a sus trabajadores entre 5,4 euros y 6,3 euros la hora y no respetan los horarios ni las condiciones laborales del sector. Según explican desde UNO, el sueldo promedio de un repartidor ronda los 20.000 euros al año después de deducir gastos de seguro y de coche aunque matiza que "hay muchos tipos de contrato y de incentivos en función de la empresa". En esta línea, y ante el fuerte aumento del comercio digital y, por extensión, del reparto de paquetes en las ciudades (última milla), las empresa de paquetería están empezando a competir con nuevos modelos de negocio y nuevos agentes (tipo riders) que, según denuncia la patronal, "rozan la ilegalidad" porque no asumen los "mismos costes fiscales y laborales que las empresas tradicionales, pero en cambio sí que desarrollan entregas".

Alianzas y digitalización

El reparto de paquetes a domicilio acumula crecimientos superiores al 25% en los últimos años y se espera que la actividad se más que duplique. Por ello, el próximo reto de las grandes empresas de logística es firmas alianzas para crear redes de reparto más tupidas y eficientes y apostar por la digitalización para optimizar las rutas, evitar las entregas fallidas y localizar mejor los puntos de entrega.