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lunes, julio 23, 2012

El superciclo de los commodities se desacelera… por ahora



El superciclo de los commodities se desacelera… por ahora

23-07-12 00:00 Citius, Altius, Fortius. Como reflejo del lema oficial de los Juegos Olímpicos que comienzan esta semana en Londres, el mercado de los commodities ha sido "más rápido, más alto y más fuerte" durante la última década.


  
Javier Blas
Nunca en la historia moderna de la economía mundial el precio de tantas materias primas —desde el petróleo hasta los metales y los productos agrícolas— se mantuvo tan alto durante tanto tiempo.
El alza de precios de los commodities se conoce como “superciclo”, un período inusual de costos elevados que se sustenta, por el lado de la demanda, en la industrialización y la urbanización de los países emergentes, especialmente China, y, por el lado de la oferta, en los años de baja inversión durante los años ochenta y noventa.
Hace pocos meses el superciclo parecía lo suficientemente sólido como para continuar por años, o incluso décadas. Después de todo, es posible que China ya sea industrial y urbana, pero hay otros países, como India e Indonesia, que están dispuestos a seguir su ejemplo.
No obstante, tal como sucede con los atletas después de sus intensos esfuerzos físicos en los Juegos Olímpicos, el superciclo de los commodities muestra signos de cansancio. Aun así, sería un error afirmar que se terminó por completo. Por el contrario, el superciclo está entrando en una fase menos intensa, en la que los precios tienden a estabilizarse cerca del elevado nivel actual en vez de seguir aumentando y aumentando, como sucedió en la fase anterior, entre 2002 y 2012.
Por lo tanto, es poco probable que los costos de las materias primas se derrumben. Y con un equilibrio tan fino entre la oferta y la demanda, cualquier baja repentina de la producción debido a condiciones climáticas adversas, huelgas o conflictos militares, por ejemplo, podría disparar los precios abruptamente hasta nuevos niveles récord.
La escala y la duración del superciclo de los commodities tienen una importancia que va mucho más allá de las operaciones bursátiles diarias y la comercialización de materias primas. Afecta directamente a muchas de las mayores industrias básicas del mundo, incluyendo compañías mineras como BHP Billiton y Rio Tinto, grupos del petróleo y el gas como ExxonMobil y BP, y empresas agroindustriales como Deere & Co —fabricante y distribuidor de equipos agrícolas, comerciales y de consumo— y Cargill, así como a países que van desde Arabia Saudita a Chile, cuya prosperidad depende de la producción de recursos naturales.
Tras una década de precios en alza, interrumpida brevemente por la crisis financiera mundial de 2008-2009, los precios de muchos productos básicos cayeron desde los niveles máximos alcanzados en los últimos meses. Sin embargo, se mantienen en un nivel mucho más alto que antes de que el superciclo comenzara, una década atrás. El petróleo crudo, por ejemplo, está cotizando a cerca de u$s 100 el barril, muy por debajo de los u$s 147 que valía en 2008. Pero se mantiene muy por encima del promedio de u$s 18,5 de los años noventa. Lo mismo ocurre con muchos otros commodities. El mineral de hierro está aproximadamente a u$s 135 la tonelada, por debajo del máximo de casi u$s 200, pero todavía muy por encima de los niveles de u$s 15-20 previos al superciclo. Y el precio de un puñado de productos básicos se está moviendo por encima de los máximos anteriores debido a las interrupciones de la demanda: en julio, por ejemplo, la soja cotizó a u$s 16,73 el bushel, por encima del récord alcanzado en julio de 2008 y más del doble de los niveles de u$s 7 el bushel previos al superciclo.
La oferta, la demanda y los precios indican que el superciclo continuará, aunque un poco menos “súper” y un poco menos “cíclico”. Es posible que los precios se afiancen en niveles superiores, con picos periódicos en torno a su nuevo nivel “normal”.
Ya antes se anunció —equivocadamente— el fin del superciclo. En la crisis financiera mundial de 2008-2009, el Banco Mundial declaró que “la mejor forma de entenderlo es como un nuevo ciclo dentro de la larga historia de ciclos de precios de los commodities”. Comparó el alza de los precios que comenzó en 2002, cuando la demanda china de materias primas se aceleró y la economía mundial experimentó un crecimiento sostenido, con los ciclos anteriores de auge y caída, como el que tuvo lugar tras la crisis petrolera de los años setenta.
Hubo quienes se hicieron eco de la opinión del Banco Mundial, lo que llevó a un dumping de los futuros de materias primas y las acciones de empresas de recursos naturales. Sin embargo, los commodities se recuperaron abruptamente, lo que indicó que la crisis financiera no era más que una caída temporaria cuyos efectos serían compensados con la sólida demanda.
Ahora la cuestión sobre la cual debaten operadores y analistas es si la caída actual de los precios marca el verdadero fin del ciclo.
Ric Deverell, director de investigación de materias primas de Credit Suisse, resumió la opinión de muchos cuando preguntó en una nota a sus clientes si el mercado se encontraba frente a una “caída cíclica o ante el principio del fin”. Deverell, haciéndose eco de una opinión muy extendida, afirma —parafraseando al economista y ganador del premio Nobel Milton Friedman— que las grandes variaciones en “los precios de los commodities son siempre y en todas partes funcionales al crecimiento mundial”.
A medida que el crecimiento económico mundial se recupere en los próximos años, también lo harán los precios de las materias primas. Por lo tanto, la fase actual es sólo una pausa en la rotación continua del superciclo.
Pero a medida que China se encamina hacia un período sostenido de crecimiento lento— y menos centrado en los commodities—, los inversores están cada vez más preocupados porque se acabaron los años de ganancias de dos dígitos porcentuales de los precios de las materias primas en todos los ámbitos.
Es posible que los precios de los productos básicos se disparen de vez en cuando, dado que las materias primas que se destinan a alimento están teniendo un buen desempeño en este preciso momento. Sin embargo, las ganancias dejarán de estar sincronizadas con la energía, los alimentos, los metales y los minerales. El cambio significaría pocas oportunidades para los operadores y los inversores.
Es poco probable que los inversores en pasivos solo de largo plazo, que van tras los índices más populares, como el S&P GSCI y el DJ-UBS —quienes simplemente se han dedicado a acumular, año tras año, ganancias de precios sin tener que preocuparse por la diferencia entre, por ejemplo, el aluminio y el cacao—, ganen tanto dinero.
Los inversores en títulos también tendrán que ser más selectivos, discriminando más entre las empresas dedicadas a la explotación de petróleo y las dedicadas al mineral de cobre. Sin embargo, los cambios en el clima brindan oportunidades a otros inversores.
El capital privado, en particular, se está beneficiando de la sequía de crédito a medida que los bancos dan un paso atrás en el sector. Las propias casas de comercialización de commodities, dado su renovado apetito por expandirse verticalmente en toda la cadena de abastecimiento, también pueden beneficiarse.
Es posible que el superciclo se esté desinflando un poco, pero hay consenso en que un poco de crecimiento fuerte de la economía mundial tranquilamente podría inflarlo de nuevo.



EXPERTO EN LOGÍSTICA Y RETAIL. igomeze@gmail.com www.igomeze.blogspot.com igomeze@une.net.co +57 3014152370 COLOMBIA - SURAMERICA