Cuatro cadenas de supermercados 'low cost' llegan a España
A. MOHORTE. HOY Las grandes cadenas internacionales del bajo precio aprovechan la austeridad de las familias y la 'educación' en las marcas blancas
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VALENCIA. Las crisis económica ha cambiado los hábitos de consumo de los valencianos, igual que al resto de españoles. El equilibrio entre la calidad y el precio ha hecho que el consumidor se oriente a productos más baratos a no ser que un mayor precio traiga un valor añadido.
De hecho, España es el segundo país en consumo de marcas blancas, y en el caso de la Comunitat Valenciana cuentan con una implantación aún mayor, debido al daño causado por el desempleo, la reducción de la renta media familiar hasta los 1.500 euros (según datos de la Generalitat) y, desde un punto de vista positivo, por el 'efecto Mercadona'.
"Gracias a políticas como las de la cadena de supermercado del de Juan Roig, el cliente ha adquirido una actitud más inteligente de consumo, cuestionando la primacía de las marcas tradicionales y orientándose a estas otras alternativas de igual o superior calidad, pero con un precio de un 15% a un 30% inferior", señalaJosé Luis Pastor, profesor de ESIC Business School.
Esta situación, unida a la previsión de una mejora de la situación económica española, ha animado a las grandes firmas internacionales del low cost a cruzar la frontera y empezar su expansión por España, situado a la Comunitat Valenciana entre sus objetivos de implantación.
LOS NUEVOS ACTORES
Por el momento, cuatro grandes cadenas internacionales de productos de gran consumo y alimentación de bajo precio terminarán el año incluyendo a España entre sus territorios. La primera de estas ha sido la francesa Supeco, del Grupo Carrefour, cuya intención es recuperar al comprado perdido tras la venta de la cadena Día.
Supeco ya está implantada en Andalucía y la Comunidad de Madrid desde el pasado año y prevé expandirse hacia el Mediterráneo. Con una estética de comercio al por mayor, incluye en sus lineales packs ahorro y toda la gama de la marcaCarrefour Discount, la más económica de las que vende la cadena francesa.
El pasado mes de abril también abrió un establecimiento en la calle de Fuencarral de Madrid la cadena holandesa Hema, un almacén de bajo precio con oferta de ropa, hogar, juguetes y regalos, pero también alimentación.
El último en abrir sus puertas ha sido el club de compras norteamericano Costco. Sevilla ha sido la primera plaza elegida, pero la firma prevé aperturas en Madrid y, previsiblemente, Barcelona y Valencia. En su caso, recuerda a la cadena Makro, por exigirse un carnet de acceso que va desde los 25 euros para empresas y autónomos y 30 euros para los particulares. Ofrece principalmente productos de gran consumo, ropa y muebles, con una marca propia, Kirkland Signature.
A estas se prevé que se una en el segundo semestre del año la marca Dealz, del grupo británico Poundland. Este establecimiento, famoso por la agresividad de sus campañas comerciales y tener buena parte del surtido a un precio único de 1,49 euros, está a mitad de camino entre el 'todo a 100' y la tienda de conveniencia, aunque no incluya producto fresco.
SUS NUEVOS (Y DISPUTADOS) COMPRADORES
El efecto real que pueda tener para los grandes operadores de supermercados como Mercadona, Consum o las alemanas Lidl o Aldi cuenta con distintas interpretaciones. Mientras que desde la gran distribución española cuestiona que puedan quitar cuota de mercado a las firmas más sentadas, el experto José Luis Pastor no lo ve tan claro.
Fuentes empresariales estiman que el consumidor acostumbrado a Mercadona o Consum lo está por el precio y la calidad, pero también por la proximidad. Además, el actual modelo ha costado 20 años en asentarse y la entrada de nuevos actores con prácticas más agresivas no tiene porqué tener un efecto trascendente.
"Si estas firmas encuentran una carencia por la que poder coger nuevos clientes, las grandes cadenas españolas se adaptarán para subsanar el error que pueda haber llevado a esa situación, si es realmente relevante", se asegura desde el sector. Sin embargo, Pastor advierte que estas firmas entran con voluntad de permanencia e intenciones de expansión hasta generar una red propia, con un profundo conocimiento del mercado español.
De hecho, si la gestión de estas firmas es acertada, puede afectar tanto a los supermercados "de arriba, como Mercadona o Consum, como a los de abajo, como Lidl y Aldi". La clave de esta situación es la propia educación adquirida por los consumidores: por la misma calidad y buen precio, lo mismo da una marca blanca que otra.