El gigante suizo
Foto: Alejandro Acosta
Paul Bulcke, CEO de Nestlé.
Dinero entrevistó en exclusiva a Paul Bulcke, presidente mundial de Nestlé, la compañía de alimentos más grande del mundo. Habla de sus planes en Colombia, de la próxima crisis mundial de alimentos y hasta de la debacle del euro.
RECUADROS
Calificado por la prensa internacional como uno de los CEO de grandes multinacionales de más bajo perfil, el belga Paul Bulcke, al mando de la gigante suiza Nestlé, es sin embargo uno de los más queridos por sus subalternos. Y aunque dice que el valor de la acción no lo trasnocha, en medio de una de las peores crisis de los países desarrollados, esta ha subido 27% en el último año.
Políglota –habla seis idiomas–, con 58 años, 35 de los cuales los ha pasado como empleado de la mayor productora de alimentos del mundo, comenzó su carrera en Perú, donde tuvo que aprender a vender los productos Nestlé en la calle. Pasó 16 años en América Latina y desde que asumió el cargo más alto en la empresa suiza de alimentos, en 2008, no había vuelto a la región.
El 23 de agosto estuvo en Colombia para reunirse con las 2.600 personas que trabajan con Nestlé en el país, pero además con tenderos, para ver qué tal los están atendiendo y con el presidente Juan Manuel Santos. En medio de una agenda apretada, sacó tiempo para hablar con Dinero.
Contrario a lo que se podría pensar, su mayor preocupación al mando de una empresa que en bolsa vale US$202.000 millones, tiene 335.000 empleados y opera en 150 países, no es la macroeconomía o el posible fin de la Zona Euro, sino perder la confianza de sus clientes.
“El problema del euro lo podríamos discutir por horas, pero la realidad es que poco podemos hacer. Lo que sí hacemos es tener la mente abierta y seguir produciendo con materia prima local: tenemos fábricas en 85 países, casi 95% de lo que vendemos en cada país es producido localmente. Por el contrario, perder la confianza de los consumidores por algún error es un riesgo grande”, sostiene, y agrega que en medio de la crisis les ha ido bien porque cuando la gente está triste o sumida en la incertidumbre se toma un café o se come un helado y “a eso es a lo que jugamos”.
Admite que con las redes sociales el tema de la confianza del consumidor se ha vuelto muy sensible, pero así como no está pendiente del precio de la acción, tampoco se la pasa mirando Twitter o Facebook.
Otro de sus temores está en la producción de biocombustibles y en su impacto sobre los precios de los alimentos. Su empresa está prendiendo las alarmas y aclara que no está en contra de los biocombustibles per se, sino de los que se hacen con comida, que además se cultiva subsidiada en los países ricos. “Para combatir eso hacemos investigación que permita una agricultura más sana y rentable. Todos los esfuerzos sirven y el hecho de que se hable del tema es un avance”.
Colombia no está de moda
Al preguntársele por la operación local y si es cierto que Colombia está de moda entre los inversionistas extranjeros –y si planea ampliar su inversión–, Bulcke responde –con una mueca– que ellos no están acá por moda, pues llevan 67 años. “Nosotros no somos la empresa que dice que como hay crisis nos vamos afuera y que apenas está descubriendo estos mercados. Tenemos una inversión bastante importante en Colombia (cinco fábricas), pero el país no está de moda, está haciendo lo que tiene que hacer con una dinámica refrescante y está emergiendo, lo cual se nota”.
Del país destaca que es uno de los más estables y con crecimiento en la región, pese a sus tensiones internas –Nestlé las padeció con su planta de leche en Caquetá–. Agrega que al interior de su empresa, Colombia no es un seguidor, sino un líder, pues en este mercado ha estrenado con éxito varios de sus nuevos productos. El más reciente, un caldo en pasta con doble capa (gallina y cilantro), es una experiencia que se replicará en otros países.
En el primer semestre de 2012, las ventas mundiales de Nestlé crecieron 7,5% y las de Colombia 7,6% y el plan para el resto del año es invertir en tecnología de punta. Desde acá, la empresa exporta a Estados Unidos, Ecuador, México, Francia, Perú, Chile y Centroamérica. El portafolio exportable incluye productos como las galletas Saltinas, el Milo en polvo y en galletas, coberturas de chocolate y, por supuesto, café con su marca Nescafé.
Una de las tareas de Bulcke es estar pendiente de las 5.000 marcas de su empresa, muchas de ellas locales, pero principalmente de 29 cuyo valor unitario es de más de US$1.000 millones como Maggie, Nescafé y el mismo Nestlé. No en vano, aportan entre 75% y 80% de las ventas mundiales.
“Pero en realidad lo que más nos interesa es lo local y en Colombia La Lechera, Milo, Nescafé, Klim… ya hacen parte del paisaje, somos una multinacional con mucha cercanía”, dice sin ninguna pretensión y se despide porque tiene que ir a hablar con su gente.
Políglota –habla seis idiomas–, con 58 años, 35 de los cuales los ha pasado como empleado de la mayor productora de alimentos del mundo, comenzó su carrera en Perú, donde tuvo que aprender a vender los productos Nestlé en la calle. Pasó 16 años en América Latina y desde que asumió el cargo más alto en la empresa suiza de alimentos, en 2008, no había vuelto a la región.
El 23 de agosto estuvo en Colombia para reunirse con las 2.600 personas que trabajan con Nestlé en el país, pero además con tenderos, para ver qué tal los están atendiendo y con el presidente Juan Manuel Santos. En medio de una agenda apretada, sacó tiempo para hablar con Dinero.
Contrario a lo que se podría pensar, su mayor preocupación al mando de una empresa que en bolsa vale US$202.000 millones, tiene 335.000 empleados y opera en 150 países, no es la macroeconomía o el posible fin de la Zona Euro, sino perder la confianza de sus clientes.
“El problema del euro lo podríamos discutir por horas, pero la realidad es que poco podemos hacer. Lo que sí hacemos es tener la mente abierta y seguir produciendo con materia prima local: tenemos fábricas en 85 países, casi 95% de lo que vendemos en cada país es producido localmente. Por el contrario, perder la confianza de los consumidores por algún error es un riesgo grande”, sostiene, y agrega que en medio de la crisis les ha ido bien porque cuando la gente está triste o sumida en la incertidumbre se toma un café o se come un helado y “a eso es a lo que jugamos”.
Admite que con las redes sociales el tema de la confianza del consumidor se ha vuelto muy sensible, pero así como no está pendiente del precio de la acción, tampoco se la pasa mirando Twitter o Facebook.
Otro de sus temores está en la producción de biocombustibles y en su impacto sobre los precios de los alimentos. Su empresa está prendiendo las alarmas y aclara que no está en contra de los biocombustibles per se, sino de los que se hacen con comida, que además se cultiva subsidiada en los países ricos. “Para combatir eso hacemos investigación que permita una agricultura más sana y rentable. Todos los esfuerzos sirven y el hecho de que se hable del tema es un avance”.
Colombia no está de moda
Al preguntársele por la operación local y si es cierto que Colombia está de moda entre los inversionistas extranjeros –y si planea ampliar su inversión–, Bulcke responde –con una mueca– que ellos no están acá por moda, pues llevan 67 años. “Nosotros no somos la empresa que dice que como hay crisis nos vamos afuera y que apenas está descubriendo estos mercados. Tenemos una inversión bastante importante en Colombia (cinco fábricas), pero el país no está de moda, está haciendo lo que tiene que hacer con una dinámica refrescante y está emergiendo, lo cual se nota”.
Del país destaca que es uno de los más estables y con crecimiento en la región, pese a sus tensiones internas –Nestlé las padeció con su planta de leche en Caquetá–. Agrega que al interior de su empresa, Colombia no es un seguidor, sino un líder, pues en este mercado ha estrenado con éxito varios de sus nuevos productos. El más reciente, un caldo en pasta con doble capa (gallina y cilantro), es una experiencia que se replicará en otros países.
En el primer semestre de 2012, las ventas mundiales de Nestlé crecieron 7,5% y las de Colombia 7,6% y el plan para el resto del año es invertir en tecnología de punta. Desde acá, la empresa exporta a Estados Unidos, Ecuador, México, Francia, Perú, Chile y Centroamérica. El portafolio exportable incluye productos como las galletas Saltinas, el Milo en polvo y en galletas, coberturas de chocolate y, por supuesto, café con su marca Nescafé.
Una de las tareas de Bulcke es estar pendiente de las 5.000 marcas de su empresa, muchas de ellas locales, pero principalmente de 29 cuyo valor unitario es de más de US$1.000 millones como Maggie, Nescafé y el mismo Nestlé. No en vano, aportan entre 75% y 80% de las ventas mundiales.
“Pero en realidad lo que más nos interesa es lo local y en Colombia La Lechera, Milo, Nescafé, Klim… ya hacen parte del paisaje, somos una multinacional con mucha cercanía”, dice sin ninguna pretensión y se despide porque tiene que ir a hablar con su gente.
EXPERTO EN LOGÍSTICA Y RETAIL. igomeze@gmail.com www.igomeze.blogspot.com igomeze@une.net.co +57 3014152370 COLOMBIA - SURAMERICA