EL FIN DEL GRAN BAZAR DE ESTAMBUL.
El Gran Bazar de Estambul es el lugar que nunca han visitado los del fin de las tiendas físicas, los apocalípticos. O si lo visitaron, no se enteraron de dónde estaban.
Si te dedicas a esto del retail, el Gran Bazar de Estambul son tus orígenes. Al menos una vez en la vida deberías ir al lugar del que vienes.
El Gran Bazar es el gran centro comercial más antiguo, más importante, y más visitado de la historia. Desde su origen, no solo vendía productos, sino también servicios, cafés, lugares para el descanso y socialización..etc
Entre tú y yo, los del fin de las tiendas físicas, no tienen ni idea de que el lugar más transitado del planeta Tierra en los últimos años, es un lugar que tiene 3.600 tiendas, culebreando entre 64 calles que dan a 22 puertas en torno a 31.000 m2 de historia del comercio.
En 2015 unos 92 millones de personas visitaron el Bazar. De hecho en la última década, en “la década del fin de las tiendas físicas”, habrá recibido unos 600 millones de visitantes. El lugar más transitado de la historia de la humanidad es un conglomerado de tiendas físicas. Pero ellos y ellas, los del fin de lo físico, nos dicen que a la gente ya no le gusta ir a las tiendas…..
Lo que nos nos ha gustado nunca, desde Babilonia, mucho antes de que llegarán los apocalípticos, es ir a tiendas tiendas caras, con mal servicio, sin adaptarse a un mundo tecnológico de cada época y aburridas.
Los apocalípticos argumentarán en su defensa que en verdad la gente va a hacerse fotos, que es una reliquia, pero sucede que los apocalípticos no saben que es el centro comercial que más factura, con muchísima diferencia de Europa, y que los locales tienen los alquileres por metro cuadrado más altos del mundo. Y también desconocen que si la gente odiara, o pensara que es aburrido ir a ver tiendas, pues por muy turístico que sea, la gente no iría, pero sucede que a la gente les gusta ir de compras, socializar.
Decir que a la gente ya no le gusta ir a las tiendas, y decirlo en un mundo dominado por el coronavirus, pues es como decir que uno más uno son dos, y esperar un cum laude. La gente no es que de pronto odie ir a las tiendas, es que afuera hay un coronovirus que ha cambiado la historia de la humanidad. Esperemos a ver qué sucede cuando el mundo regrese a la normalidad.
Esta oleada de informes que asesinan al consumidor que fuiste: ya no volverás a los centros comerciales, bares, restaurantes que amabas. Tu vida y tu consumo sucederá en las paredes de tu hogar. Esta suerte de profetas del nuevo consumo. Este jurarnos que ha nacido “un nuevo consumidor” sin memoria de lo que fue…es absurdo.
Es falso que COVID nos ha traído un “nuevo consumidor”, lo que nos ha traído es un “consumidor en tránsito”.Jamás un huracán,guerra,pandemia nos trajo nuevas formas de consumo definitivas: cuando cesó el huracán, la gente comenzó a normalizar su vida. Y fue en ese momento, en la calma, cuando se construyó el nuevo consumidor real.
Es de sentido común afirmar que los retailers deben cambiar para adaptarse al nuevo escenario, e invertir en ese cambio, pero sin cometer el error de olvidar el 100% de su historia pensando que nada de los que les gustaba a sus clientes pervivirá.
Todos los informes que se están publicando ahora, están observando a un consumidor en tránsito, que muchas de sus decisiones de compra no las está tomando por placer o por convicción, sino por descarte o por miedo. Y las está tomando en un mundo donde los periódicos amanecen con un historial de muertos.
El Gran Bazar de Estambul, tiene siglos y siglos de antigüedad. Supongo que los apocalípticos de su época también dijeron que tenía los días contados, con la llegada de los centros comerciales contemporáneos. Toda generación debe soportar su cuota de apocalípticos. Aparte de que los apocalípticos siempre argumentan de que estamos en un momento sin parangón en la historia, y que la tecnología viene para enterrar lo físico, y todo esos dogmas baratos, denotan que desconocen mastodónticamente la historia del retail, el adn humano y el hecho de que nuestra historia se cimiente en acto social del culto religioso, político, bélico y comercial.
El gran Bazar, antes de que llegara Covid, llegaba días a recibir medio millón de visitantes.. Tiene su propia oficina de correos, mezquita y estaciones de policía y bomberos bajo su techo de 39.000 metros cuadrados o 420.000 pies cuadrados.
Muchos de los propietarios han mantenido sus escrituras durante generaciones, algunas de las cuales datan de la época otomana.
No solo ha sobrevivido a los apocalípticos, sino a bombas , atentados suicidas, incendios, invasiones, golpes de estado, alzamientos militares, conflictos étnicos y religiosos. En 1954 se quemó durante 28 días y destruyó más de 1.300 tiendas. El bazar permaneció cerrado por reparaciones durante seis años, reabriendo en 1960 en su estado actual.
Los apocalípticos dicen que tras covid podremos afirmar que ya habremos superado una época imperfecta y absurda que consistía en que los consumidores gozaran con ir de compras, incluso en las compras cotidianas, ya que había mucho de social en ello. Volverán a equivocarse. No cansan de equivocarse. Son infatigables y tenaces en el fracaso de sus teorías. Que vayamos a un mundo más digitalizado, donde la gente consuma mucho por internet, en absoluto significa el fin de lo físico, porque lo que los apocalípticos no han entendido es que son completamente complementarios lo on y lo off, y que en el futuro la mayoría de los consumidores serán híbridos y consumirán de todas las formas posibles.
La gente, usted y yo, nosotros que vivimos en un mundo de 7.500 millones de seres desemejantes, en un mundo de casi 200 países, seguiremos deseando comprar en tiendas, seguiremos “malgastando” nuestro tiempo en desplazarnos hacia las tiendas. También es odiosa esta teoría de “la liberación del tiempo de los consumidores”. Permítame malgastar mi tiempo como me dé la gana.
El Gran Bazar de Estambul, o sea un lugar donde hay 3600 tiendas, es infinitamente más visitado que el Nôtre-Dame o la Torre Eiffel, Parísla Gran Muralla China, La Estatua de la Libertad en NYC o la Alhambra en Granada. El lugar más transitado del mundo es un lugar que no existe según los apocalípticos. Un lugar del no-retail, un lugar que no demuestra nada. Millones y millones de personas visitan al año sus tiendas, ubicadas en un pasado que por lo visto se acaba, porque los consumidores ya estamos en otra fase hipertecnológica e hiperconveniente. El Gran Bazar lleva con nosotros desde 1455, un par de años después de que los otomanos capturaran la Estambul de los bizantinos, más de 4 décadas antes de que un tal Cristobal Colon descubriera una tal América. Desde entonces, sus pasillos están llenos, y no solo de gente que va a observar y ser mirados, sino también de gente que compra. Los alquileres llegan alcanzar los $ 50000 por metro cuadrado por mes. En otras palabras, más caro que la media de renta en Manhattan, o en los campos Eliseos en París, o en la Via Montenapoleone en Milan.
La gente va a dejar de ir a las tiendas. Es absurdo seguir yendo.
El Gran Bazar de Estambul es historia. Fin