Canal Saint-Martin, de las mejores vistas de París
Corbis
Son burgueses bohemios ('BoBos') y están decididos a convertir el canal de St. Martin en la zona más moderna de París. Hoteles, restaurantes y tiendas reenplazan a lo que antaño fueron almacenes, molinerías y manufacturas de vidrio.
El primero en acuñar el término bobo (bourgeois bohemian) fue el periodista David Brooks en Bobos in Paradise: The New Upper Class And How They Got There (Bobos en el paraíso: la nueva clase alta y cómo ha llegado hasta aquí) un libro que desgranaba allá por el año 2000 las características de un grupo social adinerado, asociado al capitalismo pero con un espíritu bohermio-alternativo.
En la actualidad, este adjetivo ha encontrado la horma de su zapato en esa clase media-alta parisina que visita restaurantes con la estética de las cocinas de su madres, pero con precios bastante superiores a la propina que estas les darían para comer platos auténticamente franceses. El secreto está en el postureo. Arquitectos, diseñadores web, publicistas, etc... este es el perfil del bobo que encuentra junto al Canal St. Martin el refugio perfecto para presumir con pretensión de su estilo a la vez moderno a la vez acaudalado.
Muchos restaurantes, como Bang! Viandes du Monde, tienen terraza junto al canal.
Bang! Viandes du Monde
¿DÓNDE COMER?
- El
Hotel du Nord ha sido y es el epicentro y punto de partida de la gentrificación que abarca a los barrios parisinos que abrazan al Canal. Hoy, lejos de mostrar ese ambiente canalla que tan bien retrató Marcel Carné en la película homónima de 1938, el establecimiento se presenta como un lugar muy auténtico.
Incluido en la lista de edificios patrimonio de Francia,las habitaciones destartaladas han dado lugar a un restaurante de
gastronomía francesa con sencillos pero originales platos y a un bar repleto de
bobos recién llegados desde sus elitistas trabajos.
- Acompaña con un zumo de fruta orgánica las
recetas de inspiración japonesa del restaurante
Nanashi. El local más cercano al canal está en el 57 de rue Charlot, pero donde descubrirás realmente su personalidad delicada es el establecimiento original del 31 de rue du Paradis, también en las proximidades.
-
Le Dauphin cuenta con una carta a base de tapas y con una
estética vintage aderezada con mármol blanco de Carrara y espejos. Para saber un poco más sobre este restaurante lo mejor es consultar el artículo
París gastrohipster de nuestra crítica gastronómica
Julia Pérez.
- Uno de los recién llegados a la zona es
Bang! Viandes du Monde, especializado en carnes del mundo y del que suelen afirmar que practica una
cocina honesta y sorprendente.
- Si vas a por las
pizzas orgánicas (incluída la harina) de
Pink Flamingo, te quedarás en la terraza por el grupo de jazz que toca en el bar de al lado.
- Encontrarás al momento
Le Floréal por su enome neón ochentero (era un bar de cócteles por entonces) pero no te querrás ir cuando pruebes su
hamburguesa, para muchos la mejor de todo París.
- El histórico bistró
La Fidelité ha regresado como un
restaurante mucho más sencillo y sin pretensiones. Imprescindible tomarse una copa en su oscura y soterrada 'Cava' al tiempo que imaginas historias de amor y espías.
El pequeño hotel Le Citizen presume de carácter nórdico y de iPads.
El pequeño hotel Le Citizen presume de carácter nórdico y de iPads.
¿DÓNDE DORMIR?
-
Le Citizen: La premisa de este
pequeño hotel design de tan solo doce habitacioneses ofrecer servicios de lujo a un precio accesible. Para ello, ha vestido su interiorismo de
carácter nórdico y ha añadido extras tan interesantes como un
iPad para navegar por internet, escuchar música o ver la biblioteca de películas. Todas las habitaciones cuentan con vistas al canal (desde 199 euros).
- Algo más básicas –aunque con el mísmo
espíritu escandinavo– son las 32 habitaciones de
Le 20 Prieuré Hotel (desde 90 euros).Su situación es un extra:
al lado de la Plaza de la República, en la frontera de Le Marais y el Canal St. Martin.
En la vinoteca Le Verre Volé los vinos tienen el precio marcado a tiza.
Le Verre Volé
PARA TOMAR UNA COPA
- A primera hora el sitio donde 'hay que ir' es a
Le Verre Volé, una
vinoteca donde las botellas llevan el precio marcado a tiza y el ambiente es de lo más moderno e informal. Sus vinos de
producción biodinámica o ecológica son singulares y limitados, como su angosto espacio —indispensable reservar—. Si finalmente consigues encontrar sitio, aprovecha para picar alguna delicia de su carta.
- Cuando todo este ambiente rematadamente parisino haya acabado con tu paciencia y el postureo esté ya de más, en la
taquería Candelaria recuperarás [vale, puede que solo un poco] la
naturalidad aunque sea a base de tequilas.
Encuentra ropa urbana y alternativa en Sandro.
D.R.
ARTE Y SHOPPING
- Alrededor de los 4,5 km de longitud que posee el canal de Saint-Martin se concentran algunos de los centros de
creación artística emergentes de París. Imprescindibles:
Point Éphémère y
Le Comptoir Général, un abigarrado espacio de influencia africana con el espíritu lúdico de una Curiosity Shop. También tiene restaurante.
- No te puedes ir de París, sin probar un pan auténtico, artesanal y ecológico en el histórico
Le Pain des Amis de Du Pain et Des Idées, entre la rue de Marseille y rue Yves Toudic.
* Puede que también te interese...
Le Comptoir General, abigarrado y ecléctico
Le Comptoir General