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sábado, junio 02, 2018

Así funciona el primer supermercado virtual del país



Así funciona el primer supermercado virtual del país


Merqueo, emprendimiento colombiano, vende 1,5 millones de productos por mes, por Internet.




Miguel Mc Allister, CEO de Merqueo, cofundó también Domicilios.com.
Foto:

Juan Manuel Vargas / EL TIEMPO

Por: Linda Patiño
01 de junio 2018 , 07:07 p.m.



Como cualquier otro supermercado, las estanterías de Merqueo almacenan frutas, verduras y elementos que van desde artículos para mascotas hasta implementos de aseo personal. La diferencia es que nadie viene a hacer fila para comprar sino que sus clientes recorren los pasillos a través de una aplicación móvil y mercan por internet.
Merqueo es un emprendimiento colombiano que nació hace un año y tres meses y que en sus primeros 10 meses logró, al mejor estilo del grupo Bacilos, su ‘primer millón’ de dólares en ventas mensuales.

Según Miguel McAllister, CEO de la compañía, además de ser el primer supermercado virtual de Colombia es también el más barato. La reducción del costo de los productos puede oscilar entre el 10 y el 30 por ciento.

“El objetivo es darle opciones, más baratas o más diversas, a la gente para que pueda comer, ahorrando”, indicó el joven ingeniero de sistemas de 31 años.

Pero ¿cómo logran entonces precios bajos? La clave está en su modelo de negocio.
“La única forma de hacer más baratos los productos es a través de la desintermediación”, explicó.

A diferencia de otros emprendimientos que compran en las grandes cadenas, Merqueo no tiene una tropa de domiciliarios haciendo mercado por usted sino que distribuye y negocia directamente con productores y fabricantes. Luego, a través de la aplicación, los usuarios pueden elegir sus productos y recibirlos directamente en sus hogares.

Los pedidos se despachan entre las 7 de la mañana y las 10 de la noche. En el caso de las órdenes que llegan antes de la 1 de la tarde, los clientes pueden recibir el pedido esa misma noche.

Con más de 250 empleados, realizan entregas en Bogotá, incluyendo zonas como Soacha y Chía, y en Medellín, donde también llegan a Bello, Envigado e Itaguí. Tienen pensado abrir bodegas en otras partes del país y su proyección para el futuro es lograr ser el supermercado virtual más grande de Latinoamérica. En palabras de Mc Allister, “Merqueo quiere ser la primera experiencia de comercio electrónico de las personas, brindando ahorro y facilidad”.Donde todo comienza

La idea de Merqueo nació en las entrañas de otro reconocido emprendimiento colombiano: Domicilios.com, del que Mc Allister fue uno de los fundadores. Domicilios se convirtió en uno de las principales apps de comidas a domicilio y con más de dos millones de usuarios salió a la bolsa de valores de Frankfurt en junio de 2017.

El interior de una de sus bodegas, ubicada en la calle 18 en Bogotá, es un amplio espacio con estaciones de trabajo organizadas para la preparación y despacho de las entregas. La operación en locaciones como esa es de 24 horas y el volumen de pedidos llega a ser de 1,5 millones de elementos vendidos al mes.

La bodega, a la que solo se puede entrar con casco y punteras en los zapatos, cuenta con estantes en ambos costados, cargados con productos de marcas reconocidas, elementos infaltables en la canasta familiar y uno que otro antojo. Los productos congelados están almacenados en un sector especial y los de aseo tienen unos lugares fijos. Todas las secciones tienen marcadas letras y números que facilitan su clasificación.

En el segundo piso, algunos empleados reciben capacitación y en ese mismo espacio hay algunas oficinas. Sin embargo, todo empezó en una pequeña bodega, lejos de las que ahora son sus oficinas principales en la calle 116.

“Cuando empezamos no sabíamos mucho de esto. En nuestra primera bodega, teníamos las cajas, recogíamos los pedidos y movíamos estibas. Nosotros mismos recibíamos un pedido, empacábamos y despachábamos. Iniciamos con un pedido, luego varios, luego miles y después millones”.

Mc Allister cree que no hay una edad ‘ideal’, pero que “uno debería emprender lo más joven que se pueda, simplemente porque a medida que pasa el tiempo, las responsabilidades llegan y se vuelve mucho más difícil arriesgarse”. En su caso, fue a los 18 años que lanzó su primer proyecto.

La amistad también es uno de los elementos clave en su éxito. El mismo grupo de socios, amigos y compañeros de universidad que le acompañó en Domicilios.com ahora conforma también el equipo detrás de Merqueo.

Por eso Mc Allister enfatiza que lo primero que se necesita para un emprendimiento es crear un buen equipo. Dice: “Emprender es lo mejor que existe. No solo lo hace más feliz a uno y se genera valor a la sociedad sino que también le da a uno la oportunidad de rodearse de la mejor gente, el mejor equipo, con el que uno se quiere rodear el resto de su vida”.

LINDA PATIÑO
Tecnología
Twitter: @LinndaPC

domingo, abril 01, 2018

Un emprendedor existencialista

Fuente: El Pais.com.co

Un emprendedor existencialista

Abril 01, 2018 - 06:35 a.m. Por:Esteban Piedrahíta


Esteban
Piedrahíta

Economista de la Universidad de Harvard con Maestría en Filosofía e Historia de la Ciencia de LSE. Presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cali. Fue Director de Planeación Nacional, Asesor del Presidente del BID y Editor Económico de SEMANA Hace unos días tuve la oportunidad de conversar con quien considero el emprendedor más influyente de esta década en Colombia. Michel Olmi es venezolano, ronda los 46 años, y despacha, con tenis y sudadera, desde un pequeño parque empresarial cerca de Chía. Aunque es prácticamente un desconocido en el país, las empresas que ha fundado (D1, Justo y Bueno, Tostao, y Deliz), han puesto a temblar a algunos de los sectores más tradicionales de la economía nacional y están transformando los hábitos de compra y consumo de los colombianos.

Nos habíamos conocido hace casi 20 años en Miami cuando a ambos nos sedujo la ‘burbuja’ de las puntocom. Tras esa agridulce experiencia, Michel hizo estudios de doctorado en Matemáticas y Finanzas en Londres y trabajó con un banco en Alemania, donde lo pilló otra burbuja, la de los títulos respaldados por hipotecas. Con tiempo entre manos por la virtual desaparición de ese mercado, comenzó a explorar oportunidades de negocio. Lo intrigaba que en el país de la mecánica, la química y la industria pesada, las familias más ricas fueran las fundadoras de dos cadenas de tiendas de ‘descuento duro’: Aldi y Lidl. Dio con un exejecutivo de Aldi que había asesorado cadenas en países en desarrollo, y tras evaluar varios mercados, se decidió por Colombia, país de origen de su esposa de entonces.

Escogió como punto de partida a Medellín, por ser un mercado muy competido, pero que le permitía mantenerse bajo el radar. Con dinero que levantó junto con sus colegas del banco, compró dos supermercados de barrio a principios de 2009. La curva de aprendizaje fue empinada, ante la desconfianza de los proveedores en un modelo nuevo basado en precios muy bajos y surtido corto, y los problemas de seguridad. En octubre de ese año abrieron la primera tienda de marca D1 en Itagüi y cerraron 2010 con 50 tiendas en Antioquia. Lo que siguió fue extraordinario, las ventas se acercaron a los $600.000 millones en 330 puntos en 2014. Sin un peso invertido en publicidad, ya D1 estaba en el radar de todo el mundo.

Tras vender su participación en D1 en febrero de 2015, en abril de 2016 Olmi lanzó Justo y Bueno, un concepto similar con tiendas un poco más grandes y con algo más de referencias. Para garantizar el suministro y los mejores precios montó una comercializadora internacional para la importación, una empresa de ‘factoring’ para financiar proveedores y, de la mano de inversionistas, plantas de gaseosas, lácteos y salsas y mezclas. Aplicando la misma visión de democratizar los mercados para llegar a nuevos consumidores, sin distingo de estrato, ese mismo año lanzó Tostao Café & Pan, y el año pasado la cadena de restaurantes Deliz. Hoy Justo y Bueno tiene más de 400 tiendas en 9 departamentos, Tostao es la tienda de café y panadería con más puntos en el país (290) y Deliz espera cerrar 2018 con 60-70 restaurantes.

Si hubiera que definir la filosofía empresarial de Olmi, se podría decir que no la tiene o que es, de alguna manera, existencialista. Aunque le motiva profundamente sacudir mercados establecidos para bajar precios a los consumidores y pagar buenos salarios, es alérgico a las jerarquías y a la planeación estratégica. Su formación matemática lo hace poner énfasis en la aleatoriedad, por lo que prefiere la noción de uno de sus profesores, el estadístico Nassim Taleb, de que “la racionalidad consiste en evitar la ruina sistémica”. Por eso el cálculo que considera fundamental es del máximo valor que puede perder en un momento dado; una cuenta que harían bien en reproducir sus competidores.

martes, febrero 27, 2018

EL NEGOCIO DE LA COMIDA SE REINVENTA EN COLOMBIA.

Fuente: MALL&RETAIL


EL NEGOCIO DE LA COMIDA SE REINVENTA EN COLOMBIA.


El sector de food service no tuvo un buen 2017. El impacto de la reforma tributaria, tanto en arriendos como en insumos –principalmente importados– y la reducción del consumo le pasaron cuenta de cobro a un sector que emplea a más de un millón de personas.
Esta actividad compuesta por restaurantes, cafeterías y panaderías que, según Euromonitor, vendió $35 billones en 2016 y se proyecta que alcance $38 billones en ventas en 2021, vivió unas de cal y otras de arena. Mientras algunos restaurantes independientes y pequeñas cadenas enfrentaron dificultades, las grandes organizaciones del sector registraron crecimientos importantes, según indica Claudia Barreto, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés).

El año pasado, se cerró La Cigale, reconocido restaurante de Bogotá, mientras otros como Astrid & Gastón, Calentao Express y Deluchi, pizza por metros, iniciaron un proceso de reorganización. Estos dos últimos ante la Superintendencia de Sociedades.




Sin embargo, en el sector hay mucho por hacer. Estadísticas del Dane, que miden al sector como el “consumo fuera de casa”, indican que esta actividad está sustentada en un alto porcentaje en pequeños operadores que compiten con grandes jugadores como IRCC (El Corral), Frisby y McDonald’s, cuyas ventas en 2016 fueron de $328.668 millones, $314.976 millones y $302.827 millones, respectivamente, según el ranking de las 5.000 empresas de Revista Dinero. Si bien se trata de grandes organizaciones, lo cierto es que aún tienen una tajada muy pequeña del mercado.

Esto evidencia que el espacio es gigantesco para que se desarrollen escenarios de competencia que beneficien al consumidor y permitan que el sector siga creciendo.

“El consumo fuera de casa ya no se limita a las meriendas o medias mañanas en una panadería, ni tampoco a la visita a un restaurante en fechas especiales. Por lo menos 42% de los colombianos almuerza o cena al menos una vez a la semana fuera de su casa”, dice Luis Carlos Cadena, director de la consultora Objetivo, quien explica que los cambios en la dinámica de trabajo de las personas y la movilidad caótica en las ciudades se han convertido en motor del crecimiento del sector.
La oferta del canal food sevice no es nada despreciable. Barreto, presidente de Acodrés, indica que, según estadísticas de la Dian, más de 400.000 establecimientos hacen reporte del impuesto al consumo, lo que evidencia la magnitud de un sector que, según la propia directiva, había venido en los últimos 5 años con crecimientos superiores a 5%, pero que en 2017 se estancó, además de los impuestos por la reducción en el consumo.

Un alto porcentaje de estos restaurantes se ubica en el nicho de los que se conocen como “corrientazo”. Datos de Euromonitor indican que el mercado de comidas fuera de casa creció 6% en 2017 respecto a 2016, y en el mismo periodo, considerando solo a quienes buscan hamburguesas, el mercado subió 7% y compañías como McDonald’s son una marca de referencia. “Los colombianos mantienen el apetito por nuestros productos y van a los restaurantes buscando una relación valiosa entre buena calidad a un buen precio”, dicen sus directivos.





En lo que hace referencia a panaderías y cafeterías, el dato de ventas se acerca a los $4 billones, según Euromonitor. Aquí, la oferta de bajo precio es una de las grandes jugadas de los últimos años. Una de esas apuestas ha sido la de Tostao, un negocio enfocado en las necesidades del colombiano de a pie.

“La aparición de cadenas de cafeterías de bajo precio fue el primer conato de que en el sector algo estaba pasando”, dice Cadena, para quien, si bien la oferta es amplia y diversa, sigue representando oportunidades relevantes cuando se apunta a que las personas del común puedan consumir con más frecuencia en lugares bien presentados y de calidad. Esta es, asegura, una de las razones por las que cadenas como Tostao han logrado penetrar en el consumo. Hoy con más de 240 tiendas en Bogotá y Medellín, es un fenómeno que no está lejos de ocurrir en el canal de restaurantes, en donde acaba de incursionar Deliz con un modelo similar.

Este proyecto de los mismos propietarios de Tostao y de Justo & Bueno apunta a contar en los próximos dos años con cerca de 300 puntos de venta ubicados en zonas laborales de las grandes capitales.

Calidad, buena presentación y cercanía al consumidor, por un precio promedio de $10.000, es la propuesta de valor de esta cadena que tiene como matriz a Gastroinnova. La compañía maneja altos niveles de tecnología con los que puede mantener el producto refrigerado hasta 90 días sin ningún aditivo o conservante.


El primer punto de Deliz está ubicado en la calle 94 en Bogotá y se constituye en el restaurante piloto, pero en los próximos días abrirá sus puertas uno más en la 69 con 9 y la apuesta es que al final del año estén en funcionamiento entre 50 y 60, según le explicó a Semana Mónica Calderón, líder del proyecto.

Deliz no se considera una competencia directa de los llamados “corrientazos”, sino un complemento de la oferta que hoy tiene el mercado y su objetivo es cortar la brecha con una opción de comida a buen precio y con una oferta variada.



Informalidad.

En medio de este panorama, una de las preocupaciones de los empresarios es la informalidad. Claudia Barreto dice que esta pesa cerca de 50% en el negocio; afectando a quienes operan de manera legal. Directivas de McDonald’s indican que este flagelo es el principal destructor de valor del sector, pues mientras las empresas formales trabajan para ofrecer productos de calidad, con estrictos procesos de limpieza y salubridad altamente regulados; creando miles de empleos formales y pagando impuestos; deben competir en desventaja con opciones informales que no tienen ningún control en estos aspectos.

Ante esta situación, Barreto señala que vienen trabajando de la mano con el Gobierno con el fin de encontrar salidas tendientes a superar las barreras que han impedido un mejor dinamismo.

Es claro es que el consumidor tiene diversidad de opciones a la hora de escoger en donde comer y que la industria está en proceso de reinventarse para atender su paladar.

jueves, febrero 15, 2018

El negocio de la comida se reinventa en Colombia tras un mal 2017

Dinero.com



El negocio de la comida se reinventa en Colombia tras un mal 2017


El sector de food service vende al año $35 billones y genera más de un millón de empleos. Así se mueve una industria dominada por pequeños negocios.
El negocio de la comida se reinventa en Colombia tras un mal 2017


El sector de food service no tuvo un buen 2017. El impacto de la reforma tributaria, tanto en arriendos como en insumos –principalmente importados– y la reducción del consumo le pasaron cuenta de cobro a un sector que emplea a más de un millón de personas.

Esta actividad compuesta por restaurantes, cafeterías y panaderías que, según Euromonitor, vendió $35 billones en 2016 y se proyecta que alcance $38 billones en ventas en 2021, vivió unas de cal y otras de arena. Mientras algunos restaurantes independientes y pequeñas cadenas enfrentaron dificultades, las grandes organizaciones del sector resistraron crecimientos importantes, según indica Claudia Barreto, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés).

El año pasado, se cerró La Cigale, reconocido restaurante de Bogotá, mientras otros como Astrid & Gastón, Calentao Express y Deluchi, pizza por metros, iniciaron un proceso de reorganización. Estos dos últimos ante la Superintendencia de Sociedades.

Sin embargo, en el sector hay mucho por hacer. Estadísticas del Dane, que miden al sector como el “consumo fuera de casa”, indican que esta actividad está sustentada en un alto porcentaje en pequeños operadores que compiten con grandes jugadores como IRCC (El Corral), Frisby y McDonald’s, cuyas ventas en 2016 fueron de $328.668 millones, $314.976 millones y $302.827 millones, respectivamente, según el ranking de las 5.000 empresas de Revista Dinero. Si bien se trata de grandes organizaciones, lo cierto es que aún tienen una tajada muy pequeña del mercado.

Esto evidencia que el espacio es gigantesco para que se desarrollen escenarios de competencia que beneficien al consumidor y permitan que el sector siga creciendo.

“El consumo fuera de casa ya no se limita a las meriendas o medias mañanas en una panadería, ni tampoco a la visita a un restaurante en fechas especiales. Por lo menos 42% de los colombianos almuerza o cena al menos una vez a la semana fuera de su casa”, dice Luis Carlos Cadena, director de la consultora Objetivo, quien explica que los cambios en la dinámica de trabajo de las personas y la movilidad caótica en las ciudades se han convertido en motor del crecimiento del sector.

Recomendado: Las pymes más grandes en restaurantes y alimentos

La oferta del canal food sevice no es nada despreciable. Barreto, presidente de Acodrés, indica que, según estadísticas de la Dian, más de 400.000 establecimientos hacen reporte del impuesto al consumo, lo que evidencia la magnitud de un sector que, según la propia directiva, había venido en los últimos 5 años con crecimientos superiores a 5%, pero que en 2017 se estancó, además de los impuestos por la reducción en el consumo.

Un alto porcentaje de estos restaurantes se ubica en el nicho de los que se conocen como “corrientazo”. Datos de Euromonitor indican que el mercado de comidas fuera de casa creció 6% en 2017 respecto a 2016, y en el mismo periodo, considerando solo a quienes buscan hamburguesas, el mercado subió 7% y compañías como McDonald’s son una marca de referencia. “Los colombianos mantienen el apetito por nuestros productos y van a los restaurantes buscando una relación valiosa entre buena calidad a un buen precio”, dicen sus directivos.

En lo que hace referencia a panaderías y cafeterías, el dato de ventas se acerca a los $4 billones, según Euromonitor. Aquí, la oferta de bajo precio es una de las grandes jugadas de los últimos años. Una de esas apuestas ha sido la de Tostao, un negocio enfocado en las necesidades del colombiano de a pie.

“La aparición de cadenas de cafeterías de bajo precio fue el primer conato de que en el sector algo estaba pasando”, dice Cadena, para quien, si bien la oferta es amplia y diversa, sigue representando oportunidades relevantes cuando se apunta a que las personas del común puedan consumir con más frecuencia en lugares bien presentados y de calidad. Esta es, asegura, una de las razones por las que cadenas como Tostao han logrado penetrar en el consumo. Hoy con más de 240 tiendas en Bogotá y Medellín, es un fenómeno que no está lejos de ocurrir en el canal de restaurantes, en donde acaba de incursionar Deliz con un modelo similar.

Este proyecto de los mismos propietarios de Tostao y de Justo & Bueno apunta a contar en los próximos dos años con cerca de 300 puntos de venta ubicados en zonas laborales de las grandes capitales.

Calidad, buena presentación y cercanía al consumidor, por un precio promedio de $10.000, es la propuesta de valor de esta cadena que tiene como matriz a Gastroinnova. La compañía maneja altos niveles de tecnología con los que puede mantener el producto refrigerado hasta 90 días sin ningún aditivo o conservante.

El primer punto de Deliz está ubicado en la calle 94 en Bogotá y se constituye en el restaurante piloto, pero en los próximos días abrirá sus puertas uno más en la 69 con 9 y la apuesta es que al final del año estén en funcionamiento entre 50 y 60, según le explicó a Semana Mónica Calderón, líder del proyecto.

Deliz no se considera una competencia directa de los llamados “corrientazos”, sino un complemento de la oferta que hoy tiene el mercado y su objetivo es cortar la brecha con una opción de comida a buen precio y con una oferta variada.

Visite: Calentao Express es admitido en reorganización por la Supersociedades

Informalidad

En medio de este panorama, una de las preocupaciones de los empresarios es la informalidad. Claudia Barreto dice que esta pesa cerca de 50% en el negocio; afectando a quienes operan de manera legal. Directivas de McDonald’s indican que este flagelo es el principal destructor de valor del sector, pues mientras las empresas formales trabajan para ofrecer productos de calidad, con estrictos procesos de limpieza y salubridad altamente regulados; creando miles de empleos formales y pagando impuestos; deben competir en desventaja con opciones informales que no tienen ningún control en estos aspectos.

Ante esta situación, Barreto señala que vienen trabajando de la mano con el Gobierno con el fin de encontrar salidas tendientes a superar las barreras que han impedido un mejor dinamismo.

Es claro es que el consumidor tiene diversidad de opciones a la hora de escoger en donde comer y que la industria está en proceso de reinventarse para atender su paladar.

miércoles, febrero 07, 2018

La nueva guerra del centavo


La nueva guerra del centavo

Los negocios de bajo costo se multiplican en el país. Desde aerolíneas con tentadoras ofertas hasta supermercados, ropa, gimnasios, cafés y ahora restaurantes hacen las delicias de los consumidores. ¿Hay cama pa’ tanta gente?

La nueva guerra del centavo


La democratización del consumo pasó de ser una moda a convertirse en la nueva realidad del mercado colombiano. En un país donde alrededor del 75 por ciento de la población pertenece a estratos 1, 2 y 3, los formatos de bajo costo se han convertido en una alternativa de productos y servicios asequibles para todos.

Las abuelas lo llamaban ‘hacerle la trampa al peso’. Para los empresarios, se trata de un modelo que aunque sacrifica algunos gastos en mercadeo, empaques, exhibición o publicidad, garantiza una adecuada relación entre precio y calidad.

En el país comenzó con las tiendas que ofrecían productos a precios por debajo de los que estaba acostumbrado a pagar el consumidor, se extendió a las aerolíneas que lograron subir al avión a muchos colombianos que antes viajaban en bus, y hoy está en múltiples formatos de productos y servicios.


Actualmente las cadenas de bajo costo representan cerca del 12 por ciento del gasto total que realizan los colombianos en mercado. Una cifra muy similar a la que alcanzó al cierre de 2017 la aerolínea de bajo costo VivaColombia, que de acuerdo con datos de la Aeronáutica Civil, respondió por el 11,8 por ciento de los viajeros que volaron en rutas nacionales e internacionales.

Puede leer: En 2017 se crearon 323.265 empresas en el país

Los restaurantes, las tiendas de ropa y los gimnasios se han convertido en las apuestas más recientes de los empresarios por el modelo de bajo costo. En el caso de la ropa, Arturo Calle, la reconocida marca de confección masculina, acaba de anunciar sus tiendas de bajo costo Colore, enfocadas en consumidores de estratos 2 y 3. Tendrán un formato más reducido, llegarán a centros comerciales y ciudades más pequeñas y ofrecerán productos con terminados y telas más sencillos con una adecuada relación de precio y calidad. Una pinta completa para un hombre puede costar menos de 100.000 pesos, aseguran los directivos.

En el negocio de restaurantes, la cadena Deliz debutó en diciembre con un primer local en el sector del parque de la 93 y esta semana abrirá su segundo local en plena Zona G, cerca de algunos de los restaurantes gourmet más famosos de la capital. La marca Deliz hace parte del grupo Gastroinnova, creado por los mismos dueños de Tostao’ Café y Pan y de Justo & Bueno. Mónica Calderón, líder del proyecto, explica que la idea es darles a los colombianos una opción de comida más económica para quienes deben almorzar fuera y quieren calidad y precio en sus alimentos.

Deliz produce sus platos con tecnología europea en una planta ubicada en Siberia. Allí los empacan y despachan a los puntos de venta donde pueden mantenerse refrigerados hasta por 90 días sin aditivos ni conservantes. Esto genera un beneficio enorme para los restaurantes, ya que su preparación previa permite que en el punto de venta pase solo por una fase de regeneración, lo que agiliza el servicio y la venta final.

La compañía prevé en el primer año abrir entre 60 y 70 puntos de venta en Bogotá, pues el foco es llegar a personas que antes debían traer almuerzo al sitio de trabajo y ahora tendrán la opción de comprarlos a bajo precio. La carta incluye 12 platos, de ellos 8 básicos –carne o pollo grillé, sobrebarriga o pescado al horno, entre otros– por 8.900 pesos cada uno y otros 4 más sofisticados –pollo thai, cazuela de mariscos, solomillo de cerdo o pollo strogonoff–, a 10.900 pesos.

Cada restaurante empleará un promedio de 7 a 8 personas por punto, en su mayoría ubicados en la cocina, una persona estará en la caja y otra dedicada al servicio al cliente. La líder del proyecto destaca que en marzo tienen previsto inaugurar un tercer local, también al norte, en espera de otros puntos en todos los sectores de la ciudad. El primer local puede atender 94 personas y el segundo, ubicado en la carrera 9 con calle 69, tendrá 112 puestos.

La líder de Deliz asegura que su compañía pretende ampliar el mercado. “Le apostamos a la variedad y a facilitarle a la gente el acceso a una comida de calidad, para que no tengan que llevarla de la casa”, dice.

Este modelo tiene la ventaja de que se trata de restaurantes formales, que ofrecen empleos de calidad y con todas las prestaciones, paga todos los impuestos y cumple con altos estándares sanitarios y legales.

En forma y barato

También en el negocio de gimnasios el bajo costo genera oportunidades. Luego de completar 150 sedes en Colombia, Perú y Chile, la reconocida cadena de gimnasios Bodytech decidió apostarle a un segmento poblacional que no ha accedido a estos servicios. Gigliola Aycardi, vicepresidenta ejecutiva de la cadena, señaló que pensando en que la compañía no ha penetrado todo el potencial, decidieron apostarle a un modelo de bajo costo.

Le sugerimos: El S.O.S de los empresarios para rescatar a la industria de confección

La nueva marca saldrá al mercado en las próximas semanas y por ahora el nombre no se conoce ya que está en aprobación ante la Superintendencia de Industria y Comercio. Este nuevo formato planea ‘romper precios’, tendrá lo último en tecnología para hacer ejercicio, aunque contará con áreas más pequeñas, entre 1.000 y 1.500 metros cuadrados. Eso sí, no ofrecerá todos los servicios de un Bodytech. Inicialmente, abrirán en Bogotá y Medellín en el segundo semestre de este año, pero según Aycardi, pretenden, con 9 sedes en proceso, crecer gradualmente en otras ciudades para 2019. “Cada local requiere invertir entre 2.000 y 2.500 millones de pesos”.

Pero no solo las cadenas nacionales apuestan por otros segmentos. En 2016 llegó al país Smart Fit, una compañía brasileña presente además en México, Perú, Chile, y República Dominicana, que cuenta con más de 450 sedes y 1,4 millones de usuarios.

Inicialmente, llegó a Medellín de la mano de un aliado local, Más Fit. El año pasado empezó a expandirse a nivel nacional hacia Bogotá, Montería, Cali, Cartagena, Palmira y Barranquilla. En total, tiene ya 30 sedes y 5 en construcción.

Para 2018 planean incursionar en ciudades como Popayán y municipios de Cundinamarca como Soacha y Mosquera. Tienen la meta de llegar este año a alrededor de 60 sedes. La compañía invertirá en Colombia cerca de 130 millones de dólares en su expansión. “Vimos que en el país no existía este tipo de opciones y llegamos para llenar las necesidades que los colombianos tenían de acceder a un gimnasio de calidad a un precio justo”, dice Stefan Hoffman, gerente general de Smart Fit en Colombia. Los planes de entrenamiento en esta cadena van desde 49.000 pesos hasta 89.000 pesos al mes. Smart Fit cuenta con aproximadamente 700 empleados en el país y finalizaron 2017 con cerca de 100.000 afiliados. En promedio, crecen a un ritmo de 2.000 personas por semana en el ámbito nacional.

Los formatos de bajo costo llegaron para quedarse. Por eso, es de esperarse que a la oferta que ya existe de bienes y servicios a precios más bajos, se sumen nuevos jugadores. ¿Quién será el próximo?

El efecto de comprar barato

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Algunos economistas aseguran que el auge del descuento duro está ligado a periodos de desaceleración económica. Pero el crecimiento de estos negocios en épocas de prosperidad hace prever que será una tendencia duradera en Colombia.

Para Camilo Herrera, presidente de la consultora Raddar, después de la caída de los precios del petróleo y con el severo ajuste que tuvo que hacer el país, los formatos de bajo costo tuvieron un repunte importante porque el consumidor tiene la lógica de que “comprar barato es más inteligente”. Sin embargo, durante una presentación en Colombiatex, el economista señaló que este fenómeno tiene un costo importante para la economía y para el país, pues representa menores ingresos para las empresas, impuestos más bajos para el Estado y una tasa más lenta de contratación de nuevos empleados.

lunes, enero 22, 2018

Modelo low cost de gimnasios y retailers llega al sector de restaurantes con Deliz

Modelo low cost de gimnasios y retailers llega al sector de restaurantes con Deliz




COMERCIO
Modelo low cost de gimnasios y retailers llega al sector de restaurantes con Deliz

Lunes, 22 de enero de 2018


Los platos costarán $8.900 en un sector en el que los precios oscilan entre $10.000 y $25.000.


Lina María Guevara Benavides

Conquistar sectores de alta concentración de oficinas es la apuesta de Deliz. Para lograrlo, LR conoció que los fundadores de D1, que después también crearon Justo & Bueno, arrancaron 2018 con la puesta en marcha de su exitoso modelo de bajo costo en el segmento de restaurantes.



Con una carta de platos “caseros” y “óptimos”, que incluyen pollo y carne grillé, sobrebarriga en salsa, hamburguesas de vegetales y moussaka de zucchini, la nueva marca abrió su primer local en la carrera 13 con calle 94 A, a dos cuadras del Parque de la 93.

Los platos costarán $8.900 con bebida incluida, en un sector en el que los precios van desde $10.000, para un plato promedio y $25.000 para uno mucho más elaborado.

Pero Deliz también tendrá una categoría “gourmet”, en la que ofrecerá cazuela de mariscos, stroganoff, pollo tailandés y solomillo de cerdo agridulce por $10.900 con una bebida.

Bajo ese esquema, fuentes cercanas al negocio dicen que los inversionistas esperan llegar a 300 puntos en un plazo promedio de un año y medio, por lo que el plan de expansión será igual o más veloz que el de D1, Justo & Bueno, Tostao o Smart Fit.

LOS CONTRASTES


CATALINA BRETONPRESIDENTA DE WINGO

“El éxito de los modelos de bajo costo en países como el nuestro radica en el dinamismo que le inyectan al mercado a través del estímulo de la demanda”.

Para Catalina Breton, líder general de Wingo, el éxito de los modelos low cost en Colombia “radica en el dinamismo que le inyectan al mercado a través del estímulo de la demanda”.

La directiva aseguró que en el caso de Wingo, la apuesta es la democratización del transporte aéreo con el compromiso de demostrar que volar bien sin pagar más es una realidad; y que, en su caso, el modelo bajo costo no va en contravía de la calidad y la puntualidad.

VivaColombia también dijo que desde su llegada en 2012, ha democratizado la aviación. “El efecto Viva refleja lo exitoso que ha sido el modelo para el país, donde con la disminución de los precios de los tiquetes vimos mercados que crecieron hasta 300%”, dijo la compañía.

El sector de gimnasios también vivió su mayor transformación entre 2016 y 2017. La llegada de cadenas extranjeras como Smart Fit y locales como Stark Smart Gym y Fit For All, dio un giro de 180 grados al negocio.

“Logramos romper barreras y cambiar el pensamiento de que ir a un buen gimnasio es para pocos. Democratizamos el fitness de alta calidad y revolucionamos el mercado ofreciendo mejores servicios que los gimnasios con precios superiores”, explicó Stefan Hoffman, gerente de Smart Fit en Colombia.

En general, los directivos dejan ver que su propuesta de precios está relacionada con la democratización de los productos y servicios; pero para el experto en retail, Hernán Barbosa, el “boom” también está relacionado con que “en un momento de recesión económica, ellos lograron reducir los precios al consumidor final y también atacaron nichos de mercado en los que las superficies tradicionales tenían deficiencias”.

Carta de desayuno incluye sándwich, huevos y croissant

Desde diciembre de 2017, Deliz lanzó una extensa campaña en redes sociales para acompañar su incursión en el mercado. El “fan page” del restaurante dejó ver que la carta también tiene opciones low cost para desayunar. El menú incluye huevos Napoleón por $4.000; huevos fritos o revueltos por $2.000; croissant Deliz gratinado al horno por $2.500; y sándwich Montecristo por $5.500. En el mismo portal la compañía informó que tendrá servicio entre 7:00 a.m. y 5:00 p.m. de lunes a sábado.