Los negocios de bajo costo aceleran su expansión en el país
Tras la desaceleración, que ayudó a impulsar su aceptación, las inversiones no se detienen.
Tostao proyecta llegar a las 700 tiendas en el 2020. La gente de otras ciudades llama a preguntar cuándo llegan.
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Mauricio León / EL TIEMPO
Por: Ómar G. Ahumada Rojas
10 de febrero 2018 , 10:00 p.m.
Lo que comenzó quizás como una guerra de precios en el sector del comercio y en el aeronáutico hace ya varios años, con la llegada de jugadores ofreciendo verdaderas gangas frente a los productos, servicios y ofertas tradicionales, con formatos más sencillos, se ha consolidado como uno de los hitos que transformó la manera de pensar de miles de hogares, no solo de estratos bajos, sino de los más pudientes, a la hora de hacer rendir el dinero disponible en el bolsillo.
El fenómeno no solo se ha consolidado en estos sectores por el arribo de nuevos jugadores como Justo & Bueno y Ara, que llegaron a hacerles compañía a las tiendas D1, en el caso del comercio, y de la aerolínea Wingo, en el sector aéreo (también Latam Airlines tiene una estrategia dirigida a ese público que busca ahorrar), sino que en poco tiempo la marca Tostao en el sector del café y productos de panadería y los gimnasios Smarfit han tenido una expansión vertiginosa que no para.
Incluso, hace unas semanas el Grupo Arturo Calle, del reconocido empresario de la confección, lanzó la nueva cadena de tiendas Colore, que busca llegarles a los estratos dos y tres, y que está dirigida a quienes les cuesta acceder al precio de Arturo Calle, a pesar de tener la tarifa más competitiva del mercado, según dijo en el diario ‘Portafolio’ recientemente Carlos Arturo Calle, gerente general del grupo.
Para el año 2015, el panel de hogares de la firma Nielsen advertía que el 68 por ciento de los consumidores de las ya reconocidas tiendas D1 eran hogares que antes iban a otros establecimientos, especialmente supermercados de cadena e independientes.
La tendencia no solo se ha afianzado en otros sectores, sino que según algunos de sus representantes, el menor dinamismo de la economía de los últimos años contribuyó a la aceptación de estas propuestas por parte de los consumidores.
Según voceros de D1, controlada por el ‘holding’ Valórem, si bien su oferta es atractiva bajo cualquier circunstancia económica, “en épocas de desaceleración es posible que más consumidores perciban los grandes beneficios del modelo de descuento duro”.
Por su parte, Pedro Gasca, orientador General de BBI Colombia S. A. S., firma que está detrás de la marca Tostao, subraya que la desaceleración genera inmediatamente un sentido de austeridad y de que todo centavo ahorrado es un beneficio para el bolsillo.
“Más allá de eso, confluye en un momento donde cada vez se evidencia más la necesidad y el derecho del consumidor a tener acceso a bienes básicos a precios justos, como lo son los alimentos. El café y el pan hacen parte de una rutina diaria de casi todos los colombianos”, agrega el directivo.Ahorro no tiene estrato
Los consultados aseguran que el ahorro no es un tema de estratos, ya que, según Gasca, la búsqueda de querer obtener el mejor precio-beneficio es algo general. “Además, esos pesos que se ahorran son importantísimos para la economía, ya que se vuelven un activo más de inversión en otros bienes o servicios, como salud, entretenimiento y educación”, agrega.
Y es que por ejemplo en Viva Colombia, reconocida por haber permitido que personas que antes no se subían al avión lo hicieran, dice que quienes viajan por trabajo ahora buscan ahorrar para que sus empresas y negocios sean cada vez más rentables.
En el sector de los gimnasios, donde Bodytech fue por muchos años el rey y punto de referencia, Stefan Hofmann, gerente general de Smart Fit en Colombia, cadena que llegó a revolucionar el negocio, afirma que el éxito ha radicado en haber llegado con una oferta novedosa que antes no existía, a precios más bajos. “Hemos logrado romper barreras y cambiar el pensamiento de que ir a un buen centro de acondicionamiento físico es para pocos”, agrega, y señala que entre los usuarios hay amas de casa, estudiantes, atletas, ejecutivos, personas de la tercera edad, jóvenes y “hasta algunos propietarios de cadenas de gimnasios de la competencia entrenan en nuestras instalaciones”.
Las cifras de crecimiento y los planes de inversión muestran que la apuesta ha valido la pena; por ello, estas firmas alistan más capital para seguir creciendo.
Según voceros de las Tiendas D1, que en el 2017 vendió casi 3 billones de pesos y superó los 700 puntos de atención, la expansión está proyectada para los departamentos donde ya hace presencia (Antioquia, Eje Cafetero, Valle del Cauca, Cundinamarca, Boyacá y Santander), pero también apuntan a irrumpir en el Cauca, Tolima y Norte de Santander.
Por su parte, Tostao, que ha tenido uno de los mayores crecimientos, tiene hoy 267 puntos en Bogotá y 23 en Medellín, para un total de 290, sobrepasando la meta prevista de 242 puntos en 2017.
“Haber sobrepasado ese propósito es un gran indicador de cumplimiento y satisfacción de nuestros clientes”, sostiene Pedro Gasca, quien señala que la meta para el 2020 es tener 700 puntos de atención.
En este aspecto, el gerente general de Smart Fit en Colombia, Stefan Hofmann, señala que la inversión prevista entre el 2016 y el 2020 sumará unos 130 millones de dólares.
En el 2017, esa empresa cerró con casi 100.000 afiliados y, en promedio, en todo el país, hubo un crecimiento cercano a las 2.000 afiliaciones semanales. Smart Fit tiene hoy 34 sedes en Colombia y cuatro más están en construcción, pero para el cierre del año el número deberá llegar a 60.
Por su parte, Viva Colombia tiene previsto que los primeros aviones nuevos, de una flota total de 50, comiencen a llegar en el tercer y cuarto trimestre.
Luego de Perú, la aerolínea ahora estudia de cerca mercados Latinoamericanos para seguir desarrollando su modelo por la región.
Sobre los beneficios de los negocios ‘low cost’, Pedro Gasca, de Tostao, concluye que el éxito y aumento de restaurantes, supermercados, aerolíneas y gimnasios demuestra que reinventar los negocios y la dinámica en la economía vale la pena, especialmente porque es el consumidor quien lo agradece.
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ÓMAR G. AHUMADA ROJAS
Subeditor de Economía y Negocios
En Twitter: @omarahu
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