Mostrando las entradas con la etiqueta ialimentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ialimentos. Mostrar todas las entradas

lunes, junio 01, 2015

La trazabilidad como necesidad para la seguridad del consumidor Edición 25

La trazabilidad como necesidad para la seguridad del consumidor Edición 25






La trazabilidad como necesidad para la seguridad del consumidor

Velar por la seguridad del consumidor final es una prioridad fundamental y en un reto para quienes manejan procesos al interior de las empresas, por ello, que diferentes reglamentaciones hacen referencia a la creación de un sistema de trazabilidad eficiente de productos, que garanticen un elevado nivel de protección de la salud pública y de consumidores finales.

Velar por la seguridad del consumidor final se ha convertido en una prioridad fundamental y en un reto para quienes manejan procesos al interior de las empresas, como el diseño y coordinación del flujo de productos, información, dinero e ideas a través de la cadena de abastecimiento.

Los alimentos de origen animal, como los cárnicos comestibles y derivados cárnicos, deben tener una adecuada atención en sus procesos productivos, ya que de lo contrario pueden representar peligros microbiológicos y químicos para quienes los consumen, como fue el caso de la enfermedad de las vacas locas, la cual infectó a 179 mil bovinos en Reino Unido, ocasionando el sacrificio de 4.4 millones de animales durante el programa de erradicación y causó la muerte de 165 personas entre los años 1995 y 2004.

Es por ello, que diferentes reglamentaciones hacen referencia a la creación de un sistema de trazabilidad eficiente de productos, que garanticen un elevado nivel de protección de la salud pública y de consumidores finales.

La norma ISO 8402 de 1994 define la trazabilidad como "la habilidad para trazar la historia, aplicación o localización de una entidad mediante la recopilación de datos". Un sistema de trazabilidad adecuado permite que el consumidor pueda identificar, rastrear y localizar cada producto con rapidez y eficacia, desde el animal hasta el producto terminado. Esto constituye uno de los principales retos de la cadena de valor de los cárnicos.

De acuerdo con esta necesidad, la ley 914 de 2004 establece el Sistema Nacional de Identificación e Información de Ganado Bovino "basado en el análisis de riesgos y tendrá por finalidad proteger la vida, la salud humana y el ambiente y prevenir las prácticas que puedan inducir a error, confusión o engaño a los consumidores".

Para soportar esta ley se utiliza como herramienta una identificación única de cada bovino a través de una marca auricular (etiqueta que se localiza en su oreja), la cual contiene información de código del país, código de especie, código animal y dígito de verificación, que permite registrar las etapas del proceso, desde el nacimiento del animal hasta su sacrificio, así como la comercialización del producto hasta el consumidor final.

Es así como un efectivo y costo-eficiente sistema de trazabilidad ayuda a identificar la historia del bovino para garantizar la seguridad alimentaria, calidad y nutrición de quien consume el producto.



Transporte: elemento esencial para la trazabilidad de productos cárnicos

Para garantizar la calidad e inocuidad de la carne y lograr que llegue de manera segura al consumidor final, el transporte, tanto de animales en pie como de canales y productos procesados, se convierte en pieza clave en la implementación de un sistema eficiente de trazabilidad que permita un seguimiento óptimo hacia adelante y hacia atrás en la cadena.

En la actualidad, existen condiciones mínimas requeridas a cumplir para transportar ganado bovino en pie, así como productos cárnicos y sus derivados. En Colombia existen reglamentaciones al respecto como el decreto 1500 de 2007, donde se establece la normatividad relacionada con el tema, dando las especificaciones técnicas que se deben cumplir a lo largo de todas las etapas de la cadena alimentaria.

De esta manera, el decreto hace referencia en el tema de transporte a las condiciones que deben cumplir los vehículos y las personas involucradas en este proceso, la administración de equipos y las certificaciones correspondientes por diferentes entes del estado. Un punto importante hace referencia al mantenimiento de la cadena de frío del producto y las condiciones higiénicas del transporte de manera que se evite la contaminación.

En el caso del negocio cárnico se debe garantizar la temperatura de refrigeración o congelación en las etapas del proceso: desposte, desprese, empaque, procesamiento, almacenamiento, transporte, distribución, comercialización, expendio, importación y exportación, como lo asegura el decreto 1500 de 2007.

Por esta razón, en el transporte de cárnicos comestibles y sus derivados conservar la temperatura y poderle hacer seguimiento se convierte en una prioridad para que la trazabilidad le brinde un producto seguro al consumidor final y no represente peligro para la salud pública.

La normatividad es muy clara en qué se debe hacer, pero no define cómo ni cuáles son las herramientas para registrar información, sobre todo en la que es generada desde la cadena de frío. Existen formas para controlar este proceso, que puede ser desde lo más básico, registrando manualmente la temperatura en diferentes etapas (cuando sale el camión, en la mitad del camino y cuando llega) o con la implementación de tags de radiofrecuencias, que llevan un seguimiento de los rangos de temperatura que ha registrado el vehículo en sus diferentes trayectos.

viernes, abril 17, 2015

Evolución del control de la temperatura en los alimentos

Evolución del control de la temperatura en los alimentos


En la década de los 50s, el Dr W. Edwards Deming, difusor del concepto de calidad total expresó “Para responder con éxito a la gran cantidad de cambios que agita el mundo, se requiere la transformación en un nuevo estilo de gestión. La ruta a tomar es el conocimiento profundo, conocimiento por el liderazgo para la transformación”.
Luego de observar cómo las personas habían adoptado productos defectuosos y errores como si fueran necesarios para la vida, Edwards desarrolló el TQM (Total Quality Management ) que permitía inspeccionar y probar los productos finales por medio de un análisis de peligros biológicos, químicos y físicos como forma de prevención y control para la manipulación de los alimentos.
Pasados 30 años, los sistemas siguieron revolucionando y fue creado el HACCP (Sistema para Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) por la Pillsbury Company, junto con el ejército de EEUU y la NASA, con el fin de producir alimentos inocuos para el programa espacial, lo cuál la convierte en una de las herramientas más importantes en nuestros días.
De esta forma, para obtener un rango favorable en seguridad alimentaria, las empresas necesitan mantener un sistema de control o monitoreo de la temperatura para asegurar los indicadores de conservación en los alimentos.
La mejor temperatura para conservar
Cada alimento, por sus características específicas, requiere diferentes condiciones de conservación. Aquellos alimentos considerados frescos, como pescado, carne, lácteos o verduras, deben almacenarse a temperaturas de refrigeración entre (0°C - 4°C), para inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos.
A medida que la temperatura disminuye, se reduce también el crecimiento de muchos de los microorganismos, esto con el fin, de prolongar la vida útil del producto y disminuir los riesgos para los consumidores. Es por ello que a temperaturas de congelación (-18 oC), se inhiben las reacciones bioquímicas responsables de la descomposición de los alimentos. Se considera que a -18 oC el nivel de proliferación de bacterias queda prácticamente inhibido, de ahí que no se altere el alimento y se reduzcan los riesgos, manteniendo por periodos mayores las características del producto.
La franja térmica de peligro
Se encuentra plenamente estudiado y caracterizado que entre 5 °C y 65 °C , las condiciones son las óptimas para el desarrollo y multiplicación de la gran mayoría de los microorganismos patógenos que pueden contaminar nuestros alimentos, por lo que se considera a este rango como franja de peligro. Por debajo de 5 °C, su crecimiento disminuye drásticamente y por encima de 65 °C, las bacterias se eliminan.
Debe tenerse en cuenta que bacterias con alto poder patógeno y responsables de muchas infecciones alimentarias, tales como Salmonella, E. coli O157:H7 y Campylobacter poseen un desarrollo óptimo a 37 °C. Se calcula que si un alimento se mantiene en esta zona de dos a cuatro horas, el riesgo de intoxicación aumenta.
Control y monitoreo de temperatura
A pesar de que grandes avances se han realizado en la últimas décadas en tecnología alimentaria, aún muchas industrias no han precisado de herramientas que mejoren sus sistemas de inocuidad. Por ello, Hanna Instruments lanza al mercado los nuevos termómetros digitales, Checktemp® HI 98501 y HI98509, que sirven para medir y monitorear la temperatura de los alimentos, además de ser una herramienta portable, están diseñados para ofrecer mediciones de alta precisión en un amplio rango de temperatura, en cualquier punto de su proceso productivo.